Pese a que hace ya varios meses que se viene conviviendo con el uso obligatorio de las mascarillas, aún a día de hoy son muchas las personas que afirman no poder respirar bien con ellas. El habituarse al uso prolongado de un objeto que cubre las dos únicas vías respiratorias es un hecho con el que todavía no termina de familiarizarse todo el mundo. Esta sensación de falta de aire no sería más que una percepción psicológica, por muy real que les pueda llegar a parecer a quienes la sufren. Así lo afirma Lorenzo Armenteros, médico de familia y portavoz Covid-19 de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia: «La mascarilla permite el paso de aire por diferentes zonas, no podemos decir que no se puede respirar, esta sensación es más de aspecto psicológico que real, excepto en patologías previas».

Ante el hecho de tener que respirar con un objeto que impide el paso directo del aire al que se está acostumbrado, algunas personas desarrollan patologías como la hiperventilación. Para este profesional, esta afección derivada del uso de mascarillas es «un hecho emocional, una sensación psicológica, producida al observar que hay una pantalla que nos separa de la inhalación de aire». Psicológico o no, lo que sí es real es que la forma de respirar ha cambiado en muchas personas a raíz del uso de este nuevo accesorio.

Hay quienes aseguran haber observado como ahora, en lugar de respirar por la nariz, lo hacen por la boca. Para esto, el doctor Lorenzo también tiene una explicación. Siempre que un objeto tapone la boca, explica, se tiende a realizar una inhalación más grande: «Al percibir que podemos estar respirando peor, respiramos también con la boca en un intento de tomar más aire». Armenteros asegura, no obstante, que esta sensación es transitoria y que, en el momento en el que la mascarilla se retira, la respiración vuelve a realizarse con normalidad. Es por ello que afirma que esta alteración no tiene ningún tipo de consecuencia futura para la faringe o la laringe.

Ante los bulos que se ciernen sobre la acumulación de CO2 como la consecuencia directa de no poder respirar correctamente con las mascarillas, este médico responde tajante: «Están diseñadas para que puedan pasar los gases, tanto el oxígeno como el CO2, no hay nada que indique que se produzca un incremento del CO2 y este sea la causa de que se sienta uno mal por la mascarilla».

¿Cómo respirar mejor?

Pese a lo emocional de estas sensaciones, sí existen consejos reales que poder llevar a la práctica para mejorar la percepción de la respiración con mascarilla. El doctor Armenteros recomienda respirar de manera pausada e intentar inhalar por la nariz y exhalar por la boca. «Si se da alguna situación en la que nuestra respiración se llegue a alterar, deberemos relajarnos y volver a recuperar el ritmo respiratorio», aconseja. Este profesional incide en la importancia de no retirar nunca la mascarilla, pese a sufrir este tipo de sensaciones: «Si retiramos la mascarilla en un lugar con riesgo de contagio conseguimos espirar o inspirar más microorganismos, lo ideal es relajarnos y conseguir una respiración más pausada».