El 6,5% de la población española no tendrá acceso a servicios bancarios esenciales, entre ellos el poder acceder a dinero en efectivo depositado en la entidad bajo promesa de libre disponibilidad a través de oficinas y los cajeros automáticos, en cinco años. Según el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, en tan solo un año el porcentaje de población en riesgo de exclusión y sin acceso al efectivo se incrementará en un 30% respecto al último análisis, a causa de la concentración financiera y la previsión de reducción de oficinas físicas y cajeros automáticos.

Este estudio prevé que a finales de este año hayan cerrado unas 5.000 oficinas bancarias y queden menos de 23.500 abiertas al público, un nivel que se daba a finales de los años setenta. En Málaga, por ejemplo, quedan 719 operativas de las 1.400 que llegó a haber abiertas en 2008, con un descenso de casi el 50%.

La digitalización ha propiciado que también entidades financieras que no tienen previsto entrar en procesos de fusión tengan planes concretos de reducción de su red comercial de oficinas cara al público. El Instituto considera que los esfuerzos de los bancos por ofrecer cajeros automáticos volantes, oficinas móviles y otras soluciones no han logrado superar el problema de acceso al dinero en efectivo de una población eminentemente rural que crece.