«A mí esta profesión me ha llenado mucho, volvería a ser policía de nuevo porque creo que lo más importante es ayudar a la ciudadanía», reconoce el cordobés Emilio García Castillero, inspector jubilado del Cuerpo Nacional de Policía.

A su lado está el sevillano Pepe Páez, que de sus 37 años como policía nacional, 20 los pasó en el País Vasco durante la época más sanguinaria de ETA y el resto en Málaga. Pepe reconoce que entró en el Cuerpo por necesidad económica, pero fue en el ejercicio de su profesión cuando descubrió «la vocación de servicio público».

Los dos compañeros, de 67 años, forman parte de la Asociación de Jubilados de la Policía Nacional de España (AJPNE), un colectivo sin ánimo de lucro surgido en Málaga en 2017, pero de implantación nacional: «Ahora mismo en Málaga somos 450 socios y a nivel nacional unos 3.000», cuenta Emilio García Castillero, que es delegado provincial de la AJPNE.

Como detalla, no sólo integra a jubilados, también a agentes en segunda actividad (prejubilados), viudas y huérfanos y en el caso de Málaga, la sede la tienen en la Comisaría Provincial, algo que el colectivo quiere agradecer al comisario provincial.

«La asociación nace para ser el enlace con los compañeros y continuar apegados al Cuerpo Nacional de Policía», reconoce el delegado. Para Pepe Páez, que es vocal de Comunicación y Prensa de la delegación en Málaga, «sirve para que el nexo continúe, y eso es muy importante, incluso desde el punto de vista anímico, porque policía y guardia civil son las dos profesiones donde más suicidio se dan».

Además de mantener el contacto, el otro pilar de la asociación es «prestar en todo momento la ayuda requerida y si es posible acompañar, escuchar y mitigar los problemas que pudieran venir a la persona, sea socio o no», detalla Emilio. En relación con esto, la asociación cuenta con un equipo jurídico y psicológico.

Por otra parte, los policías jubilados ofrecen charlas a los futuros agentes en prácticas, a compañeros a punto de jubilarse así como a asociaciones de jubilados de toda Málaga sobre cómo defenderse de actos delictivos relacionados con su edad.

En el plano del voluntariado social, los jubilados de la Policía Nacional tienen una actividad frenética, de ahí que colaboren con Cáritas Castrense, Corinto, equipos psicológicos, Cruz Roja o el Banco de Alimentos, entre otros.

Además, a raíz de la pandemia la AJPNE formó junto con otros colectivos la plataforma Sporti, en la que han realizado mascarillas, pantallas faciales y trajes para sanitarios, una labor que les ha merecido el premio Ecofin.

Reivindicaciones

En el terreno de las reivindicaciones, Emilio García Castillero reclama en nombre del colectivo la existencia de la figura del policía jubilado dentro de la Dirección General de Policía.

«No queremos ser olvidados por la Dirección General de la Policía. En otros países como Francia o Italia cuando los policías se jubilan voluntariamente pueden desempeñar funciones de protección civil o de otra índole, puestos de ayuda a la ciudadanía sin necesidad de usar arma», cuenta el delegado provincial.

El colectivo también reclama la supresión del copago farmacéutico. «Cuando se jubila alguien del régimen general, de medicinas paga lo mínimo; en cambio una viuda de policía nacional, si tiene una pensión de 800 o 700 euros debe pagar el 30 por ciento de las medicinas», señala el delegado.

Otra situación que consideran injusta es que el pago de la orfandad termine a los 22 años y en el régimen general a los 25.

Los policías nacionales jubilados siguen con su vocación de servicio público y un compañerismo que no quieren perder.