Un total de 31 empresas están interesadas en ejecutar el proyecto de semipeatonalización de la calle Carretería, cuya inversión supera los 4,9 millones de euros. Todas ellas concurrirán hoy a la mesa de contratación para subsanar documentación y realizar otros trámites, aunque no habrá decisión aún sobre quién se impone en el concurso de una de las grandes obras públicas pendientes de la capital.

La Gerencia Municipal de Urbanismo de Málaga licitó a finales de septiembre pasado el proyecto de renovación urbana de la calle Carretería por 4,9 millones de euros, una iniciativa que irá acompañada, en el futuro, de una segunda fase que consistirá en una intervención similar en la calle Álamos (1,6 millones de euros, sumando ambas 6,6 millones). El plazo de ejecución de la obra es de 18 meses. Urbanismo concluyó en diciembre, como adelantó este periódico, la redacción del proyecto de semipeatonalización de Carretería y Álamos que busca, fundamentalmente, dar mayor protagonismo al peatón. De hecho, el espacio para tráfico rodado se reduce a la mitad, desde los 6.000 metros cuadrados actuales a 3.000 (superficies aproximadas), lo que supondrá reducir la intensidad media diaria del tráfico desde los 6.400 coches también a la mitad. La intención de Urbanismo era, al menos a finales de 2019, que la vía estuviera en obras a finales de 2020, aunque el coronavirus, como saben, lo ha trastocado todo.

El proyecto, al formar parte del programa EDUSI y tener parte de la inversión un origen en el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, ha requerido de un importante y profundo trabajo de participación ciudadana, realizado a través del Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU), al menos desde 2017. Son dos proyectos separados (Carretería y Álamos) que ahora se unen al recorrer «el trazo del recinto medieval amurallado». Se busca, según las fuentes, «una reordenación interior, cambiar la imagen urbana de la vía para favorecer el tránsito peatonal y reducir la emisión de dióxido de carbono con la instalación de elementos verdes y captadores de CO2».

Habrá, asimismo, áreas peatonales y carriles bici, «se limita la intensidad del tráfico y se reduce e impide el tráfico de paso», además de actuar y «poner en valor» los puntos singulares. Las líneas de trabajo son «incorporar estructuras verdes y sostenibles, el calmado del tráfico y un mayor uso peatonal, ganando espacio al tráfico».

Los usos del espacio, por tanto, se racionalizan, eliminando o reduciendo algunos e impulsando otros. Entre los objetivos también se encuentra «la mejora del ámbito de proximidad peatonal entre la residencia y los desplazamientos habituales, es decir, hacer cómodo que el vecino vaya de su casa a la compra». «Otro de los aspectos importantes es reconocer el carácter histórico de ambas vías romo ronda del recinto amurallado», de ahí que se revalorizarán las zonas de esta naturaleza.

Las dos calles tendrán una plataforma única, es decir, aceras y calzada contarán con la misma altura, aunque el pavimento central se diferenciará del de las zonas peatonales; se seguirán criterios de accesibilidad universal y se usarán materiales absorbentes, fotocatalíticos y fonoabsorbentes. La superficie total de actuación es de 10.000 metros cuadrados.