Adacema es una asociación de daño cerebral adquirido de Málaga que se fundó en 2005 y desde entonces no ha dejado de prestar su ayuda a todos los afectados. Su fundadora y actual presidenta de la asociación, Ángeles Araujo, tiene un hijo afectado por daño cerebral adquirido (DCA). Día a día, junto a su hijo, fue dándose cuenta de todas las carencias y dificultades que se encontraba en todos los ámbitos de su vida diaria. Fue ahí cuando comenzó su lucha y empezó a llevar a cabo el movimiento del DCA, con el objetivo de ayudar a sus familiares y amigos.

Con motivo del día 26 de octubre, día del daño cerebral, la asociación quiere recordar que están para ayudar a todo el que lo necesite: «Todos los años hacemos un acto presencial, pero como este año no podemos hacer nada presencial en nuestra asociación, queremos dar voz y visualización porque para nosotros es muy importante», exclama Ana Ruiz, terapeuta ocupacional de Adacema.

Adacema se completa con un equipo multidisciplinar que incluye Neuropsicología; Terapia Ocupacional, Fisioterapia, Logopedia y trabajadora social. Así, Ana Ruiz, explica que además de realizar una rehabilitación integral a la persona, «rehabilitación física y cognitiva», tienen otra función muy importante que es guiar y apoyar tanto a los afectados como a sus familiares. «Nuestro fin es su mejora y que su vida sea lo más normalizada posible».

«Estas personas tienen muchas dificultades en su vida diaria y en su ámbito social y nosotros lo que queremos es llegar hasta ese colectivo dándonos a conocer y prestar ayuda». Además, Ana Ruiz afirma que ahora, con el Covid-19 «las necesidades de ellos se están viendo todavía más afectadas».

Ruiz señala que la trabajadora social del centro se encarga de asesorar y ofrecer ayudas tanto a los familiares como a los afectados: «Nuestras neuropsicológicas se ponen en contacto con los familiares de manera regular y sobre todo cuando ellos demandan ayuda por alguna necesidad especial», asegura Ana Ruiz. «El resto de profesionales tenemos una relación cercana con ellos», añade.

Por otro lado, Ana Ruiz relata que «una persona con DCA tiene una pérdida muy grande en su vida porque su vida tal y como la conocía, ya no existe. Todo cambia para ellos y para su familia, y ya no es solo el miedo o las limitaciones físicas y cognitivas que puedan sufrir; son sus consecuencias sociales, familiares y personales porque la percepción sobre ellos mismos deja de ser la misma y sufren en muchos aspectos». Por ello, en Adacema «luchamos por mejorar, recuperar y adaptar la vida de nuestros usuarios, que para nosotros son más que usuarios, porque como te he dicho tenemos una relación muy cercana tanto con ellos, como con sus familiares».

Talleres grupales

Para ayudar a combatir todo esto, Ana Ruiz añade que la asociación dispone de talleres grupales en los que se hacen salidas «como ir a la playa en verano, o a alguna exposición artística, al cine…» También, otra de las funcionalidades que abarcan estos talleres son los aspectos cognitivos, sociales y ocupacionales, «y un taller de música que también hacemos».

«La mayoría de nuestros afectados han sufrido un ictus, que por desgracia es una patología que está en alza en estos tiempos. También hay casos de traumatismos craneoencefálicos, tumores, hipoxias, aneurismas y otras afectaciones que causan daño cerebral».

«Queremos que todas estas personas afectadas por un ictus o cualquier otro tipo de patología, sepan que estamos cerca, que nuestra asociación está a su alcance y que somos una entidad sin ánimo de lucro, que se encuentra en la calle Generación, número 7, de la barriada El Tarajal, en Campanillas para todo aquel que lo necesite», afirma Ana Ruiz.