En su juventud, Jacinto Pariente se marchó nada menos que a Pakistán para enseñar español. De ese tiempo en Oriente le ha quedado una querencia que se manifiesta en sus estudios actuales de parsi, la lengua de Irán, con el fin de convertirse en uno de los pocos traductores que de esta lengua existen en España.

Sin embargo, el último reto de este licenciado malagueño de Filología Hispánica y traductor de inglés le llegó de la mano de los grandes clásicos latinos de hace dos mil años. «Me llamaron de la editorial independiente Koan para saber si conocía a algún traductor de latín. Me mandaron una prueba, les gustó y ahora soy traductor de inglés y de latín,», sonríe Jacinto Pariente.

El malagueño reconoce que entendió «muy bien» la línea que quería esta editorial, que entre otras responsables tiene al frente a Eva Congil, directora general de Anagrama. «Quieren traducciones fieles al texto pero más fieles al mensaje que a esa vieja traducción filológica de Gredos, que un lector medio educado y universitario no es que no entienda, es que no disfruta», explica.

Con estos mimbres, ha traducido hasta la fecha ‘El arte de envejecer’ y ‘El arte de cultivar la verdadera amistad’, las dos de Cicerón, y ‘El arte de mantener la calma’ de Séneca. Además, ha escrito el prólogo a una obra de Epícteto para la misma colección y para el Día del Libro del año que viene prepara la traducción de una obra «muy bonita» de Séneca.

Además de los tres años de latín en el Colegio Cerrado de Calderón, Jacinto Pariente cuenta que, al ver el temario de Latín de Filología Hispánica, se decidió a recibir clases particulares de su antiguo profesor del Cerrado de Calderón, don Augusto Flores. «Estuve tres años yendo a su casa tres tardes a la semana», recuerda.

Para abordar la traducción de estos clásicos, explica que se valió en primer lugar tanto del texto original en latín como de la traducción inglesa, pues la editorial había comprado los derechos de la traducción bilingüe de la Universidad de Princenton. Y además, tuvo delante varias traducciones españolas, así como una en italiano y otra en francés.

Como reconoce, ha sido tan ardua la labor de cotejo, que al final ha optado por su propio criterio.

El traductor malagueño es consciente de que los autores son el reflejo de un mundo de hace dos mil años, «una sociedad patriarcal y muy machista», capaz de referirse de forma despectiva a los esclavos y las mujeres, pero es lo que toca traducir, señala, aunque en otros pasajes pueda optar por referirse, por ejemplo, a ‘personas’ en lugar de a ‘hombres’. «Pero hay que hilar muy fino para no blanquear y convertir el texto en una especie de Cicerón para Twitter», advierte.

Jacinto Pariente subraya que estas traducciones, que están siendo muy bien recibidas, son una prueba más del creciente interés por los clásicos en España, como dejan constancia novedades de otras editoriales.

«Escritores como Cicerón o Séneca llegan totalmente a la persona de hoy porque no hemos cambiado nada», argumenta. Y como ejemplo, que parece salido de un manual de redes sociales o contra el acoso escolar, estas palabras de Cicerón: «No provoques temor ni sufrimiento a otro ser vivo, desprecia el insulto, la afrenta, la violencia o el daño».

Los clásicos, más vivos que nunca y con traducción malagueña.