La Fiscalía pide 11 meses de prisión para cada uno de los seis miembros de un retén del Infoca a los que acusa de un delito de incendio forestal por imprudencia grave al entender que fueron los responsables del incendio que en 2012 afectó a 788,65 hectáreas de masa forestal de la Serranía de Ronda. Según el escrito de la acusación, el fuego causó daños en fincas de los parajes El Helechal, Riajana y Sierra Bermeja de los municipios de Pujerra y Júzcar que han sido valorados en más de cuatro millones de euros y que supuso un gasto de extinción que sobrepasa los 345.382 euros. La petición fiscal incluye que tanto los acusados como la Consejería de Medio Ambiente indemnicen de manera solidaria a los cuatro propietarios privados afectados, entre los que se encuentra un banco libio, y a la propia comunidad autónoma como propietaria de los montes públicos que sufrieron daños. Además, pide para los procesados 11 meses de multas a razón de 10 euros diarios. El juicio está previsto que comience este próximo lunes.

El relato de la fiscal sostiene que los hechos tienen su origen el 3 de febrero de 2012 en el marco de unos trabajos preventivos contra los incendios forestales. Concretamente, en la formación de una faja auxiliar cortafuegos que requería la eliminación de residuos vegetales mediante el uso del fuego en una zona situada entre la pista forestal asfaltada de Pujerra y el Puerto de las Allanadillas. El escrito añade que ese día los miembros del retén de Igualeja realizaron tres hogueras (dos en la cuneta y otra en el arcén contrario) en la pista que comunica el pueblo con la A-397 para eliminar los residuos, pero establece que las dos quemas de la cuneta no contaban con el perímetro de seguridad necesario de 50 centímetros ni se apagaron con agua. «Fueron abandonadas antes de su completa extinción, dejándose a merced del fuerte viento reinante en la zona en aquella fecha», subraya el documento antes de recordar que ese día existía un aviso de meteorología adversa para el riesgo de incendios y su propagación por una ola de frío y seco siberiano e intensidad de viento alta. Estas condiciones, añade la acusación, provocaron que dichas hogueras fueran reavivadas y que el fuego se propagara hacia arriba por una ladera de castaños con el suelo tapizado de hojarasca seca y por una tira de matorral que había junto al cortafuegos hasta llegar a una línea divisoria de aguas por la que circulaba un camino de tierra. En este punto, el fuerte viento hizo que las pavesas saltaran el camino y originaran focos secundarios en el pinar que había al otro lado para que el incendio continuara hacia el sur.

El fuego fue detectado a las 11.15 horas del 4 de febrero, se controló a las 6.00 horas del 6 de febrero y quedó extinguido a las 19.30 del 7 de febrero.