«Amo Málaga, mi tierra, y siempre he considerado que no se valora como se merece», confiesa Miguel Ángel Pérez. En agosto, este técnico superior en Formación Turística y guía no profesional mostró en varias visitas las luces y sombras de la Alcazaba a concejales y parlamentarios de Adelante Málaga, PSOE y Vox, después de invitar a todos los grupos políticos.

Como explica, en su día fue el primero en dar la voz de alarma por el deficiente estado de la Cripta del Santuario de la Victoria, y ahora le toca el turno a la fortaleza árabe,

Fruto de esas visitas fue una reciente moción del PSOE en la Comisión de Cultura que pedía la protección e iniciativas económicas para la Alcazaba. No salió adelante por los votos en contra de PP y Ciudadanos.

Además, la parlamentaria andaluza de Vox Ana Gil confirmó la pasada semana a La Opinión que su grupo preguntará a la consejera de Cultura en el Parlamento de Andalucía sobre el estado del monumento, a juicio de Ana Gil «muy dejado».

Mientras tanto, Miguel Ángel Pérez ha enviado un informe sobre la fortaleza árabe a la propia consejera de Cultura, Patricia del Pozo. En este documento, que viene acompañado de fotografías, se señala que desde los años 60, «la Alcazaba de Málaga apenas ha tenido actuaciones de importancia en su restauración y reconstrucción».

Además, compara las visitas recibidas por el monumento en 2019 (711.067 visitantes) y una recaudación de 1.741.191 euros ese año, con la inversión que «desde las últimas décadas ha sido casi nula».

Por eso, reclama actuaciones inmediatas «para que el deterioro no sea reversible».

Muros, arcos y columnas en mal estado, carteles informativos deteriorados, máquinas expendedoras que provocan grandes colas... Este defensor del Patrimonio pide en el informe, entre otros puntos, la restauración y reconstrucción de elementos decorativos «en mal y pésimo estado»; la limpieza «exhaustiva» de paredes, suelos, elementos decorativos y salas; cambiar toda la iluminación del monumento porque hoy es «totalmente deficiente» y se podrían hacer visitas guiadas nocturnas y también reclama la conexión de la Alcazaba y Gibralfaro a través de la coracha terrestre, hoy cerrada al público.

A este respecto, el informe critica que sólo se puede visitar alrededor del 50 por ciento de la Alcazaba, por lo que plantea aprovechar para abrir espacios, una actuación a la que suma la propuesta de reconstruir muros, murallas, torres, accesos y almenas, «de los elementos que no pudieron restaurar en el siglo XX».

Entre estos elementos por reconstruir estaría la Torre del Homenaje, una obra que permitiría apreciar desde las alturas el barrio de viviendas cerrado al público, «el más antiguo de España», pero también visitar la Torre del Socorro, el Pozo Airón, la Torre del Tiro y las mazmorras.

Por último, el informe reclama aumentar el número de trabajadores y de personal de seguridad «pues es intolerable que en 15.000 metros cuadrados y con el flujo de visitantes tan alto anualmente la atención sea tan precaria».

En resumen, lo que Miguel Ángel Pérez demanda es «un plan integral», en el que si también se incluyera el Castillo de Gibralfaro calcula que podría costar «entre 40 y 50 millones de euros». «Si contamos los millones que se han gastado en museos franquicia los últimos diez años da de sobra», argumenta.

Respuesta del Ayuntamiento

La concejala de Cultura, Noelia Losada, reconoció la semana pasada a este diario que en la Alcazaba «queda mucho por hacer, tanto en la renovación como en hacer aflorar nuevas zonas y hallazgos». En cualquier caso también resaltó que está en marcha «un plan de modernización y mejora», aparte de que la intención es realizar «un plan integral de la Alcazaba y Gibralfaro y me gustaría que se incluyeran partes cerradas al público para ver si se pueden abrir».

Además, informó de que están en trámite los contratos para nuevas señalizaciones, la gestión de visitantes, la actualización de folletos informativos y nuevas máquinas expendedoras «para agilizar las colas».

También indicó que se ha creado una nueva web de la Alcazaba y Gibralfaro, se preparan contenidos virtuales y está en proceso la venta online de entradas.

«Miguel tiene razón, la Alcazaba hay que mirarla con más cariño del que se le ha tenido hasta ahora», concluyó la concejala.