El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, aprovechó ayer la rueda de prensa telemática para presentar el plan económico de ayudas a pequeñas y medianas empresas comerciales u hosteleras para dar a conocer el desplome de ingresos que ha sufrido en este aciago ejercicio el Ayuntamiento de la ciudad debido a la pandemia social y económica del coronavirus: se trata de un desplome de 50 millones de euros.

Así, el regidor malagueño ha explicado que la caída de ingresos se sitúa en esa cifra, aunque de la totalidad del desplome «no todo va a ir a déficit, hemos hecho un ajuste de gasto y tenemos un incremento también de gastos de más de 20 millones de euros, de apoyo a temas sociales o del incremento del déficit de la EMT, que es de 11 o 12 millones de euros, que se suman a los 25 o 26 millones de euros de cada año debido a la política de tarifas sociales».

Anunció el regidor, por cierto, que el 28 de octubre los ayuntamientos pudieron conocer que podrían acceder al remanente de 2019 para hacer frente a las necesidades derivadas del impacto del coronavirus en los respectivos municipios, una reivindicación en la que había hecho mucho hincapié el Consistorio malagueño, tanta que era una reflexión habitual del concejal de Economía y Hacienda, Carlos Conde, en todas y cada una de sus intervenciones. De cualquier forma, el alcalde malagueño atacó, de nuevo, a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por no haber contestado antes a la carta que le remitió en enero para poder acceder a esos fondos y solicitarle que diera margen a los consistorios para reducciones fiscales e impositivas. «Si el sí a la disposición del remanente de 2019 se hibiera producido en primavera, habríamos tenido más avance», dijo.

El alcalde también destacó la necesidad de reducir los números sanitarios en Málaga y Andalucía, que, aunque no eran tan negativos en la provincia hace apenas unas semanas, se han disparado en tan sólo 15 días. Así, destacó la política del Consistorio de hacer test de antígenos en hoteles y restaurantes de la capital, destacó que ahora se iban a hacer estas pruebas rápidas en los comercios de la Cruz de Humilladero y recordó que se van a comprar 30.000 nuevos, de forma que se podrían hacer en carpas ubicadas en grandes plazas de Málaga, al menos uno a la semana, a los trabajadores de comercios, hostelería y turismo. Al menos, ello habría de hacerse uno por semana tras el día de descanso. El regidor confirmó ayer que se ha puesto en contacto, por ejemplo, con el embajador de España en la Unión Europea para hablarle de los test rápidos y la necesidad de aplicarlos en los viajes turísticos, y reflexionó sobre la necesidad de que Málaga forme parte de los corredores seguros con otros países para que los viajeros vengan a la provincia y a su aeropuerto, uno de los más importantes del continente. También ha planteado este tema al Gobierno español. También insistió en el tema de los test de salida a estos turistas.

Lo que sí explicó el regidor es que van a tratar de equilibrar el presupuesto del 21 con cargo al remanente del 19, pero indicó que las cuentas de 2021 reflejarán un esfuerzo importante del equipo de gobierno, «realista», de forma que las inversiones que se dibujen se hagan. «Trataremos de no bajar las inversiones en 2021 respecto al 20», indicó el alcalde, para reseñar luego que no se están teniendo en cuenta los fondos europeos que pudieran llegar, aunque las comunidades ya han solicitado a los ayuntamientos, en este caso la Junta, para que establezcan una lista con las prioridades. «Estamos aportando ideas», dice. El Consistorio malagueño, de hecho, está viendo qué proyectos licitar con cargo a ese dinero que pudiera llegar, «hay que hacer una inyección de recursos de forma inteligente», recalcó. No sólo se trata de impulsar proyectos constructivos, que también, sino de impulsar la educación, la formación profesional o la transformación digital. Los fines son temas sociales y de reactivación.