¿Cuál es el balance de estos quince años de actividad de CTA?

Hago un balance muy positivo. CTA acaba de cumplir 15 años de existencia promoviendo la innovación, en los que ha impulsado más de 4.000 proyectos empresariales de I+D+i y ha concedido más de 175 millones de euros a más de 700 proyectos, que han movilizado una inversión privada en innovación superior a 521 millones de euros. La fundación ha ayudado a cientos de empresas de todos los sectores y tamaños, desde grandes corporaciones hasta incipientes startups, a aprovechar la I+D+i como una herramienta estratégica para ser más competitivas y generar más negocio. Ha desplegado una importante actividad internacional y ha desarrollado una cartera de servicios de apoyo para ayudar a cualquier entidad innovadora a acelerar su I+D+i y conseguir mejores resultados.

¿Es la innovación la mejor forma que tienen las empresas para paliar la situación que ha provocado el Covid-19?

La innovación juega un papel fundamental y será un factor clave durante y después de la emergencia sanitaria por la Covid-19. La investigación y la innovación resultan más necesarias que nunca en este contexto. Durante la emergencia, hemos asistido a una carrera para luchar contra la pandemia: nuevos tratamientos, la búsqueda de la vacuna, tecnologías al servicio de la desinfección, producción de materiales sanitarios de protección€ pero, también será crucial el papel de la investigación y la innovación para la futura reactivación y recuperación tras la pandemia. Queda una importante tarea de reconstrucción de la economía en la que la innovación será una herramienta fundamental para la supervivencia y crecimiento de las empresas. La I+D+i ayuda a ser más eficientes y sostenibles y a desarrollar nuevos productos y servicios con los que diferenciarse y encontrar nuevas oportunidades.

Fue elegido hace cuatro meses. ¿Cuáles son las líneas maestras a desarrollar durante su mandato?

Me gustaría que CTA sea una herramienta útil, un aliado estratégico para empresas, administraciones y cualquier otra entidad innovadora. También somos una interfaz público-privada para promover proyectos de innovación, es decir, podemos ayudar a conectar la iniciativa privada con el impulso público. El mayor reto es seguir ofreciendo a nuestros patronos una propuesta de valor que les anime a continuar vinculados a CTA. Queremos ser el mejor aliado en I+D+i, seguir ofreciendo servicios de apoyo a la innovación de calidad y seguir creciendo en el ámbito internacional, donde ya nos hemos consolidado como un socio de referencia para proyectos europeos y estamos afianzándonos en proyectos multilaterales.

La corporación es uno de los mejores ejemplos que tenemos de colaboración público-privada, ¿cómo se consigue este éxito?

Con mucho trabajo y dedicación y partiendo de un modelo diferente: CTA es una fundación privada, gestionada de manera privada por sus empresas miembro, pero con impulso y apoyo público. Desde nuestro origen entendemos que la I+D+i sólo es posible bajo el prisma de la innovación abierta, basada en la cooperación: entre las empresas, el sector público y los centros de investigación de las universidades. Creo que ésta es una de las claves del éxito del modelo CTA. Precisamente, hemos lanzado una nueva herramienta online de innovación abierta, conneCTA (http://connecta.corporaciontecnologica.com), en la que las entidades innovadoras pueden darse de alta de forma totalmente gratuita y que facilita esa cooperación y ayuda a encontrar los aliados idóneos. Por otra parte, estamos especializados en prestar apoyo en procesos de Compra Pública de Innovación, que es una de las herramientas más potentes de cooperación público-privada en innovación en la actualidad.

El cambio de modelo productivo de Andalucía ¿pasa exclusivamente por el binomio Ciencia-Tecnología?

Sin duda, hay que apostar por un modelo de crecimiento más basado en el conocimiento y el valor añadido. CTA aspira a seguir contribuyendo al cambio de modelo productivo en Andalucía, a colaborar en la digitalización y la descarbonización de la economía y a fortalecer el ecosistema de ciencia-tecnología en la región, contribuyendo a que la ciencia que se genera en Andalucía se ponga en el mercado.

Piden al Gobierno central y a la Junta que se sirvan del conocimiento de organismos como CTA para ayudar a dar buen destino a las ayudas europeas que van a llegar próximamente, ¿cómo implementarían esa labor?

Entidades como CTA pueden ser de utilidad, por un lado por su capacidad de interlocución con las empresas y de movilizar proyectos transversales, y, por otro, por su profundo conocimiento regional y su experiencia en la gestión de fondos europeos. Tenemos un gran reto compartido por delante porque el gran desafío no es solo gastar los 140.000 millones de euros del Fondo Europeo de Recuperación (Next Generation EU) a los que puede acceder España para no perderlos, sino optimizar su impacto para garantizar una reconstrucción sólida de la economía y generar riqueza y empleo a medio y largo plazo.

¿Cómo se imagina el tejido productivo y empresarial de nuestra comunidad dentro de una década, en 2030?

Pues confío en que mucho más sólido y competitivo, menos vulnerable a los envites de las turbulencias de los mercados o del impacto de fenómenos imprevistos como la pandemia de la Covid-19. Espero que consigamos un tejido productivo más innovador e internacionalizado, generador de riqueza y empleo de calidad. También espero ver una Andalucía con una intensidad en I+D+i regional superior al 2% del PIB y encaminada al 3%. Para alcanzar estos objetivos, tenemos que trabajar mucho desde ya.