La evolución negativa de la pandemia ha conllevado el regreso de los plenos telemáticos a las instituciones públicas con sus consiguientes avatares, que no siempre obedecen a cuestiones técnicas. A medida que avanzaba la primera hora de la sesión plenaria en la Diputación, el presidente Francisco Salado entendió como una provocación que el portavoz socialista, José Bernal, interviniese con un cartel de fondo en el que abrazaba la imagen de Salado a la del diputado no adscrito, Juan Cassá, y calificaba de fraude el Plan Málaga para la recuperación económica puesto en marcha por el ente.

Salado le recordó a Bernal que estaba prohibida la exhibición de publicidad política en las sesiones plenarias y le pidió que lo retirase mientras lo acusaba de «estar montando el circo como siempre». El portavoz socialista aceptó, en primera instancia, y lo atribuyó -aunque no resultaba creíble- a que se encontraba en las dependencias del grupo socialista y esa era la decoración que tienen allí. Sin embargo, la discusión se enconó y Bernal llegó a decir que no lo quitaría hasta que le pagase a los ayuntamientos el dinero que se les debe por el Plan Málaga, que es lo que rezaba en el polémico cartel. «A usted no le gustaría que yo tuviese aquí un cartel de Bildu y Pedro Sánchez», llegó a decirle el presidente.

Aunque finalmente Bernal lo retiró, el ambiente se caldeó de tal modo que cuando, justo después, intervino la vicepresidenta Natacha Rivas (PP), ella denunció la «falta de respeto» de algunos diputados socialistas que tenían apagada la pantalla del ordenador. Enseguida, la viceportavoz del PSOE, Antonia García, aclaró que «no era voluntario». De hecho, igual le sucedió más a delante a otra de las vicepresidentas del PP, Francisca Caracuel, y Salado advirtió de ello. Luego, hubo lluvia de problemas técnicos y apagones varios. También ataques de Manuel Marmolejo (PP) a Patricia Alba (PSOE) que sus compañeros socialistas condenaron repetidamente invitando al 'popular' a pedir disculpas.

La controvertida relación entre el debate, las tecnologías y el teletrabajo que introduce este formato también fue tenido en cuenta por la secretaría de la institución, que llegó a asegurar que el voto de aquellos diputados que no apareciesen en sus pantallas durante las votaciones se contabiizaría como abstención.