Fernando Lozano, director general del metro malagueño, reivindica el original carácter sostenible del subterráneo malagueño. Lozano no se conforma con el trabajo hecho hasta ahora y ya piensa en la mejora de los procesos sostenibles de la empresa.

El transporte y la movilidad son claves para la sostenibilidad. ¿Cómo encara Metro de Málaga esta nueva realidad?

Yo añadiría también el urbanismo como otra de las claves pues de éste se derivan los usos del suelo, la estructura del viario y, en definitiva, la demanda de movilidad. La verdad es que Metro de Málaga, desde el inicio de su andadura como empresa de transportes, en julio del 2014, lleva la sostenibilidad escrita en su ADN. Aspiramos a ser el modo troncal de transporte público una vez que completemos nuestra red con la llegada a Atarazanas y al Hospital Civil. Y más oferta de transporte público es siempre más demanda de transporte público, por lo que esperamos que en el futuro se produzca un trasvase modal importante desde el vehículo privado. En la medida que consigamos esto habremos conseguido nuestro objetivo principal que es hacer nuestra ciudad más amable, más accesible, más sostenible.

¿Cuál es la estrategia de Metro de Málaga en cuestión de sostenibilidad?

No cabe duda de que un sistema de transporte como el metro de Málaga es, de partida, sostenible pues emplea de forma mayoritaria energía eléctrica en su actividad y es más eficiente no solo desde el punto de vista de consumo energético sino también del uso del espacio público. Sin embargo, no nos conformamos con esto y trabajamos de forma continua para mejorar nuestros procesos desde el prisma de la sostenibilidad. En el año 2019 elaboramos nuestra primera Memoria de Sostenibilidad, según el estándar internacional GRI, en donde analizamos no solamente el desempeño ambiental de nuestra actividad sino también el correspondiente a los aspectos sociales y los de gobernanza. Además, tratamos de alinear nuestra estrategia con los objetivos de desarrollo sostenibles, tratando de contribuir a la consecución de estas metas, propiciando condiciones laborales y salarios dignos, fomentando la igualdad de género, implementando el respeto a los derechos humanos y reduciendo los impactos ambientales.

El transporte público, ¿eje para la movilidad sostenible?

Sin lugar a ninguna duda, esto es incuestionable. Se habla mucho de la electrificación del parque de vehículos privados, lo cual está muy bien pero no es concebible una ciudad sostenible como Málaga sin una red de transporte público potente. En otras palabras, no es posible pensar en una ciudad sostenible con un grado de motorización alto, debido al alto consumo de espacio público para el viario, a los inevitables problemas de congestión del tráfico y a la limitada eficiencia energética de los otros modos.

¿Tienen la certeza de que los usuarios de Metro de Málaga demandan cada vez un transporte más sostenible?

Sabemos, por la encuesta de satisfacción del año 2019, que el 94,8% de nuestros usuarios consideran que el metro de Málaga es sostenible. En la encuesta de este año, que hicimos este mes, queremos saber un poco más, de manera que hemos ampliado las preguntas para saber cómo de importante es para nuestros usuarios que seamos sostenibles. Tendremos los resultados dentro de tres semanas. Sabemos que cada vez hay más malagueños que quieren que su actividad y la de las empresas en las que confían sean sostenibles. En materia de movilidad, por ejemplo, ya existen algunos planificadores de ruta que, junto con la información del tiempo de viaje, te ofrecen el cálculo de las emisiones de gases efecto invernadero que cada uno de los posibles itinerarios produce.

Descríbame brevemente el desempeño medioambiental de Metro de Málaga.

Estamos comprometidos con la protección del medio ambiente mejorando de forma continua el desempeño ambiental. Ayudamos a crear una ciudad más sostenible, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyendo a mejorar la calidad del aire de la ciudad. El sistema de gestión ambiental implantado, que se encuentra certificado por AENOR, conforme la norma ISO 14001, desde finales de 2016, asegura que todas las áreas de la actividad de la empresa estén involucradas en minimizar los impactos ambientales mejorando continuamente el desempeño. En concreto, en lo relativo a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero se ha ido reduciendo en los últimos años hasta llegar a valores extraordinariamente bajos, 55 tCO2 en el año 2019. Por otra parte, optimizamos año tras año, no solamente el consumo del principal recurso que es la energía eléctrica con medidas de eficiencia energética, sino también otros recursos como son el combustible, el agua y el papel.

En junio obtuvieron el certificado Aenor de la Huella de Carbono que acredita su contribución a la reducción de emisiones contaminantes en 2019

Lo que certifica Aenor es que el cálculo de huella de carbono realizado es correcto y conforme a estándares reconocidos, como es la ISO 14064. Además, para nosotros es una motivación para reducir año tras año las emisiones, que ya de por sí son bajas, al ser el modo de tracción de nuestro material móvil eléctrico.

¿Cuáles son las pautas a seguir en el transporte público de viajeros en la próxima década?

Una de las cuestiones clave será, una vez que la crisis sanitaria haya concluido, la recuperación de la demanda perdida estos últimos meses. Como sabemos, la demanda de transporte es una demanda derivada fundamentalmente de la actividad económica y, por tanto, la recuperación de los tráficos que hemos conocido en los últimos años irá ligada a la recuperación económica. A medio plazo esperamos recuperar el terreno perdido. En todo caso, tenemos un gran recorrido en Málaga para impulsar el uso del transporte público incidiendo en la política tarifaria, consiguiendo una integración real de los distintos modos, contando con la tarjeta multimodal del Consorcio de Transporte Metropolitano como soporte técnico, así como avanzando en la complementariedad e intercambio entre cada uno de los diferentes modos.

¿Se hace necesaria una educación ambiental y mejoras en las políticas de comunicación hacia la población para concienciar de lo grave de la situación actual y de la necesidad de iniciar una transición hacia lo sostenible y ecológico?

Es absolutamente necesario concienciar a la población de que el riesgo de una catástrofe ecológica a nivel planetario no es una quimera, sino que es algo que puede ocurrir en un plazo relativamente corto si no tomamos las medidas necesarias ya.