La pandemia ha hecho que perdamos un poco la noción del tiempo. ¿Cuánto ha pasado desde marzo? Nadie está totalmente seguro, pero el calendario marca que queda un mes para la Navidad. El 2020 está a punto de completarse y muchos, cuando hablan de este año catastrófico, piensan que con la llegada del 2021 la situación cambiará. Y puede que sí, la vacuna está cada vez más cerca, o eso parece, y esto aporta un aire de esperanza delicioso.

Mientras tanto, las semanas van pasando y poco a poco llegan esas fechas tan señaladas para muchos. Época de reencuentros, momentos familiares, fiestas, felicidad por los que pueden disfrutarla... Este año dejará un sabor agridulce, pero que seguramente se recordará con alegría el año que viene y todos los venideros, cuando todos brinden por la alegría, la felicidad, el amor, la familia y la ilusión.

Esta Navidad será diferente, no hay duda. No habrá grandes fiestas, cenas de empresa, reuniones familiares, cotillón de Nochevieja o Cabalgata de Reyes. Por lo pronto, se sigue con la incertidumbre de cuáles serán las restricciones que tendremos en ese momento. A qué hora habrá que estar en casa, cuántas personas se podrán reunir, hasta qué hora abrirán los comercios... y más dudas que rondan por la mente.

Ahora mismo, hay que pensar en lo que sí se podrá hacer y que entre los pequeños núcleos familiares se podrá disfrutar. Llenar la casa de decorados navideños: árbol, belén, guirnaldas por todos lados, el típico Papá Noel con música... ¿quién da más?

Turrón, mazapán, polvorones, mantecados, Roscón de Reyes... ¡bombones! Aunque no haya grandes comidas o celebraciones, más de uno seguro que aprovecha bien estos dulces. También se puede enviar Christmas a aquellos que van a estar lejos, comprar y hacer regalos, pedir los juguetes de los más pequeños a Papá Noel o a los Reyes Magos, salir a la calle a disfrutar de la alegría que despiertan las luces y claro, comerse las 12 uvas, eso no se descarta. Ah, ¡no olviden comprar lotería! La suerte tiene que llegar por algún lado y este año puede presentarse en forma de boleto.

A pesar de todo, las fiestas dejarán un sabor amargo, por eso hay que suplirlo con todas esas pequeñas cosas de las que podremos disfrutar con nuestra familia. Los expertos explican que hay que centrarse en las cosas positivas, en todo aquello que tendremos y disfrutaremos. Javier Álvarez, psicólogo, expresa que «hay que suplirlo todo a través de la actitud, tenemos que tener una actitud positiva, pero no desmesurada e idealista». A su vez, manifiesta que «hay que decorar las casas, casi más que años anteriores, para rodearnos de estímulos».

«No va a haber estas cenas familiares como ha habido otros años, pero podemos crear nuevas tradiciones como podría ser un vermú, un café virtual, adaptándonos un poco a las nuevas tecnologías», expone Álvarez, y además, «tener muy en la cabeza que esto es temporal, que el año que viene vamos a poder volvernos a juntar, que tenemos que celebrar un poco que estamos aquí aunque sea con limitaciones».

Por su parte, el psicólogo Juan Miguel Enamorado asegura que «en el momento que tengamos una claridad, un informe de qué se va a poder hacer y qué no, empezaremos a organizar de otra manera y habrá unas navidades diferentes, pero no necesariamente negativas». «Esto es un pequeño sacrificio que tenemos que hacer para que dentro de poco estemos todos bien, estemos bien de salud y podamos reencontrarnos con alegría», expone. A su vez, subraya que «al final, la clave de la felicidad es que la realidad mejore las expectativas».

Enamorado explica que esta Navidad atípica afectará más a aquellas personas que son más vulnerables emocionalmente. «Por edad o bien por la situación socioeconómica, las personas lo están pasando mal y posiblemente en estas fechas se va a acentuar», declara, agregando que «no va a ser lo mismo en una familia acomodada, que tengan una buena vivienda y posibilidad de hacer compras online, que en otras familias, que ahora hay muchas que se han quedado en desempleo, tendrán una vivienda más pequeña y van a tener más dificultades para hacer estos típicos regalos junto con las cenas que siempre son un poco más lujosas».

En cuanto a aquellas personas mayores que tendrán que quedarse en residencias, Álvarez expone que el trabajo de las enfermeras es espectacular y «a veces, poniendo un poco de música o un gorrito» pueden alegrarles los días. «No se puede suplir la falta de la familia, pero una videollamada por lo menos que se puedan ver y que el año que viene podamos volver a estar juntos», subraya.

Los niños, sin duda, son los que mejor pasan siempre las navidades, aislados de todo lo malo que pueda haber alrededor y disfrutando de sus regalos y el cariño de sus familias. Este año, aunque algunas situaciones sean difíciles, seguirá siendo así. Al fin y al cabo son niños y el espíritu navideño les atrapa. Además, los niños dan felicidad, como bien explica Javier Álvarez, puesto que afirma que «no es lo mismo tener niños que dan alegría alrededor que estar en una residencia o personas que viven solas y no van a poder salir a algunos sitios». Por lo general, estas navidades afectarán más a estos últimos grupos que se encontrarán solos, a aquellas casas en las que haya niños correteando. Asimismo, este psicólogo cuenta que los niños son muy buen ejemplo para disfrutar de estas fechas, hay que hacer como ellos y dejarnos «embriagar un poco de las luces, los sonidos y focalizarnos más en lo que tenemos que en lo que no tenemos».