«Como policías no podemos cambiar el mundo pero sí hacerlo un poco mejor», resalta José Manuel Salcedo, vicepresidente de la Asociación Cultural de Policías Nacionales La Biznaga Azul.

Este colectivo malagueño, que agrupa a policías nacionales en activo, en segunda actividad y jubilados así como a funcionarios del Ministerio del Interior, además de a familiares, se constituyó en mayo de 2011, pero como explica este policía nacional, comenzó a surgir hace ahora una década, en 2010, a raíz de una visita nocturna a la Alcazaba de varios compañeros con sus familias: «Fue una visita con la asociación Zegrí y cuando terminamos la gente estaba encantada, así que empezó a decir que por qué no hacíamos más actividades».

Alrededor de 150 socios forman este colectivo, que luce el escudo de la Policía Nacional cruzado por una biznaga azul. «El color se lo da el uniforme», explica Abel Molina, presidente de este colectivo, que nació, en palabras de José Manuel Salcedo, «para relacionarnos con nosotros y nuestros familiares fuera del trabajo, en una asociación en la que ya no hay escalas entre nosotros».

Y como ejemplo, el responsables de relaciones institucionales, el coruñés «y casi malagueño de adopción», Jesús Cacheiro, que es comisario jubilado.

Para Abel Molina, el éxito de La Biznaga Azul radica no sólo en una plantilla «con gente de todos sitios» y muchas ganas por conocer Málaga, también en la «mucha unión» que hay en un cuerpo que ha vivido años muy difíciles».

Las actividades de La Biznaga Azul descansan en cuatro pilares: el primero, las actividades culturales, que han llevado a los socios a conocer casi todos los museos de Málaga o a visitar ciudades como Tánger, Sevilla, Córdoba o Granada. A continuación están las deportivas, como hacer senderismo o, por ejemplo, practicar kayak en las playas de Burriana.

También se implican en la imagen institucional, de ahí que en su tiempo libre colaboren en la fiesta del Patrón de la Policía, una fiesta infantil o en el homenaje a compañeros jubilados. «Todo lo que resalte la imagen de la corporación», recalca Salcedo.

Pero donde más se nota la fuerza de La Biznaga Azul es en su amplísimo abanico de actividades solidarias.

Y así, como ejemplo, tras un trabajo de organización de más de cuatro meses lograron que cerca de 5.000 personas acudieran al estadio de atletismo, en un partido de fútbol a beneficio de una niña con una enfermedad rara y una asociación de mujeres operadas de cáncer de mama.

También organizaron un evento en el Palacio de Congresos de Torremolinos a favor de un compañero que sufrió un grave accidente o, durante el confinamiento, ofrecieron vídeos de apoyo psicológico a los agentes, para ayudarles a afrontar aspectos como el contacto directo con el virus y, tras la jornada de trabajo, el confinarse en casa. Esta campaña tuvo el respaldo a su vez de casi un centenar de vídeos enviados por famosos de toda España.

Y ahora, «este año más que nunca», como reza su campaña anual, todas las comisarías locales y de distrito de toda la provincia se suman a una recogida de alimentos, productos de aseo y juguetes a beneficio de la Guardería Santa Teresa de La Palma-Palmilla y la Ciudad de los Niños.

La Biznaga Azul, sinónimo de esfuerzo y generosidad.