El parque del Campamento Benítez está en vías de realizarse a medio plazo. Esa, al menos, es la obsesión del edil de Ordenación del Territorio, Raúl López, quien ha señalado varias veces que la anterior Junta socialista exigía, antes de ejecutar la zona verde (más de seis millones de euros), encauzar el arroyo del Cañuelo (actuación que cuesta 4,7 millones). Tras el cambio de partido en el Gobierno (Cs y PP), se ha desbloqueado la infraestructura porque el Ejecutivo andaluz comunicó a finales de octubre a la Gerencia Municipal de Urbanismo, en un escrito, que aceptaba hacer primero el parque y ya se hablará del Cañuelo, siempre que el Consistorio malagueño explicase y justificase las obras «blandas» para reducir la inundabilidad en esta enorme parcela. Las exigencias para encauzar el Cañuelo, de hecho, iban encaminadas a lo mismo. Urbanismo ha contratado a una empresa especialista en temas hídricos, una asistencia técnica, y esta ha propuesto ya al departamento de López implementar un sistema de drenaje sostenible que reducirá los efectos potencialmente destructivos de un temporal de agua con una red de embalses en cascada para laminar el caudal.

Esta es la tan anhelada solución blanda por Urbanismo, que le ha sido entregada por la empresa contratada en la asistencia técnica, y que ahora deberá unirse a la memoria del proyecto del parque Benítez enviada a la Junta de Andalucía para su valoración, como pidió el Gobierno andaluz a finales de octubre. Esto permitirá demorar el encauzamiento del Cañuelo, una actuación cara, dicen los técnicos, para prevenir inundaciones en una zona que, tal vez, explica Raúl López, no necesite de las mismas soluciones que habría que implementar en una zona habitada. Es, recordemos, una zona verde.

«En una carta le planteábamos a la Junta de Andalucía incluir en el proyecto del parque un sistema de drenaje sostenible. El rediseño iría encaminado a usar movimientos de tierra para lograr diferentes cotas, generando un sistema de embalses en cascada, lo que nos proporcionaría zonas de almacenamiento para laminar las avenidas de agua», reflexiona el concejal, quien insiste en que ello se introduciría en el proyecto del parque. Asimismo, indica López, las cercanas carreteras y las vías del ferrocarril actuarían ante determinadas avenidas y escorrentías como diques naturales. «Las zonas de almacenamiento estarían conectadas entre sí», recalca.

En este sentido, afirma el concejal que es una auténtica oportunidad «almacenar los caudales en zonas próximas a la fuente que las genera», en referencia al arroyo, e insiste en la necesidad de laminar el caudal. «Con movimientos de tierra tienes una suerte de microembalses que permiten controlar las escorrentías lo más cerca posible a la fuente en la que se producen. Cuanto más cerca del caudal, menos tierra tienes que mover». Esta propuesta es, por ahora, una intención, es decir, no se ha plasmado más que en escritos preliminares o previos al paso que supondrá rediseñar el parque, manteniendo las líneas principales ya esbozadas, pero introduciendo este sistema. Los cambios serían mínimos. «Hemos encargado, por medio de un contrato, todo esto a un especialista en temas de inundabilidad, que nos va a redactar y hacer las propuestas de medidas encaminadas a generar un drenaje sostenible en el parque», recalca López, lo que se enviará a su vez a la Junta de Andalucía para su análisis y el sí definitivo.

«Cuando tengamos el ok parcial podremos licitar el Benítez. Estas son las ideas básicas de la asistencia técnica, ahora hay que redactarlas y darles consistencia», dice el concejal, quien considera que, en relación a los datos técnicos, los periodos de retorno del Cañuelo hacen innecesario su encauzamiento, «de forma que si se fuera el agua sea el parque el que lo sostenga con un drenaje sostenible y natural, que la orografía del parque haga ese trabajo con las balsas».