«Aspiraba a ser reelegida porque teníamos un proyecto sólido con una experiencia previa de cuatro años». Inmaculada Postigo contaba con el apoyo de la comunidad universitaria, hecho que quedó patente en las pasadas elecciones del mes de junio cuando fue reelegida como decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación. «La renovación del equipo informático, la creación de una pantalla vegetal que mitigue el ruido de la autovía y la implantación de dobles grados» son algunos de los nuevos objetivos que se marca la decana.

«La actualización de los ordenadores de los laboratorios, tanto a nivel de hardware como de software en temas de licencias es una propuesta que pondremos en marcha tras realizar un análisis exhaustivo sobre cuáles programas son más urgentes y requiere más el profesorado», concreta Postigo. La decana aclara que «la renovación no será inmediata, las cosas de palacio van despacio».

Con respecto a la creación de una pantalla vegetal, Inma Postigo resalta que «el ruido de la autovía se hace insoportable y con la retransmisión de las clases virtuales este problema se acentúa aún más». Los docentes tienen permitido cerrar las ventanas si el sonido imposibilita el seguimiento de la clase por parte de los alumnos aunque Postigo puntualiza: «Las aulas deben ser ventiladas al menos cada 50 minutos y se recomienda que las puertas permanezcan abiertas». La decana deja claro que «no existe una solución técnica que el centro pueda implantar, el micrófono coge mucho sonido de fondo porque requiere potencia para captar las intervenciones de los alumnos que se encuentran en el aula» por lo que, según Postigo, «la única vía sería separar el propio edificio de la autovía con una pantalla vegetal e insistir a las autoridades competentes para que lo lleven a cabo con la mayor brevedad posible».

La Facultad de Ciencias de la Comunicación plantea ´sumarse al carro´ de las dobles titulaciones, tan de moda estos últimos años. «Se está trabajando en colaboración con otras universidades andaluzas para poder ofertar dobles grados en la facultad y que los alumnos puedan optar a una doble titulación», anuncia la decana. Postigo no se compromete a finalizar este proyecto durante su mandato puesto que lo califica como «un plan a largo plazo que requiere mucha planificación».

Para rematar la lista de ´nuevos propósitos´, la decana se centra en la búsqueda de espacios para «implantar un aula polivalente requerida en el grado de Audiovisuales». Dicho problema podría quedar solventado cuando se produzca el traslado del grado de Turismo a su propio edificio, ya en construcción. «Cuando la Facultad de Turismo disponga de su propio centro, se tendrán muchas más aulas para impartir clases en grupos más reducidos, incrementar el número de laboratorios y ampliar los despachos del profesorado», expone Postigo. La decana marca como principal inconveniente «el tiempo que tarde el traslado en hacerse efectivo debido a los retrasos que suelen presentar las obras públicas».

Como asignatura pendiente de su anterior mandato, Inmaculada Postigo pretende ampliar la oferta de plazas para los proyectos de colaboración y voluntariado: «Se acaba de solicitar a la Junta un nuevo proyecto en Palestina». La actual pandemia ha paralizado la llegada de estudiantes a los destinos programados, por lo que «los alumnos ya seleccionados se han quedado sin poder viajar y realizar su voluntariado, cuando la situación se regularice dependerá de las autoridades legislativas determinar si se mantienen las mismas personas o se abren unas nuevas listas», aclara.La decana hace autocrítica de su trayectoria en el cargo aludiendo a que «los errores que se hayan podido cometer no han sido por desidia ni por falta de ilusión, sino porque en el momento que se tomaba la decisión se creía que era la acertada». Postigo hace referencia a sus aciertos mostrándose orgullosa de «la renovación que se ha producido en las instalaciones y el equipamiento», asegurando que «todo se ha pagado con la financiación que se ha obtenido de los fondos europeos, invirtiendo 180.000 euros en renovar el plató y los materiales audiovisuales sin contar con los 30.000 euros que ha costado el servidor K2».

«Tenemos la necesidad de que la facultad sea la segunda casa de todos los que conforman la comunidad universitaria, razón por la cual el decanato se ha centrado en crear espacios de colaboración sostenibles como la Isla Verde», manifiesta. Postigo se jacta de la «estrecha colaboración entre los estudiantes y el decanato» afirmando que «el estudiantado se ha dado cuenta de que es un valor imprescindible dentro de la universidad y de que sus propuestas son escuchadas y ejecutadas».

La decana destaca que «la Facultad de Ciencias de la Comunicación posee una alta demanda de los grados que oferta, cubriendo siempre todas las plazas».

En referencia al catálogo de asignaturas ofertadas, señala que «se han hecho modificaciones puntuales en la carga de créditos de determinadas asignaturas pero el incluir o eliminar materias requiere un proceso de 3 o 4 años».

La decana expresa su deseo de convertir Comutopía, medio de comunicación de la facultad, en un proyecto consolidado dentro de la universidad para poder ampliarlo y extender su oferta a las prácticas extracurriculares.

Alumnos de Audiovisuales piden una renovación del material técnico de la Facultad de Comunicación

El grupo de alumnos compuesto por Rocío Campos, Rafa Flores, María del Ríos, Adrián de la Flor y Ángela Angulo, todos estudiantes del grado de Audiovisuales, coinciden en que «la facultad necesita ordenadores más rápidos y una renovación en los equipos del plató»

«Las pantallas que utilizamos en el plató de televisión están a 4:3, por lo que nos dan problemas a la hora de montar los informativos», manifiesta Campos.

El grupo alude a «una falta de enchufes en las aulas, asientos incómodos y un contenido demasiado teórico durante los primeros años de formación».

Aumentar los espacios para que los estudiantes puedan trabajar en grupo

«A la hora de tomar apuntes, los asientos de la facultad son muy incómodos puesto que la espalda se te queda totalmente doblada», se lamenta María Ramírez.

La alumna del grado de Relaciones Públicas y Publicidad asegura que «teniendo en cuenta que el alumno pasa sentado horas y horas en las aulas se debe buscar una fórmula para que se mejore su comodidad».

Otro espacio en el que pone el foco María Ramírez es en la sala de la que dispone la universidad para que los estudiantes se puedan reunir y trabajar en grupo. La propia decana, Inmaculada Postigo, la califica como «espacios colaborativos». «Considero que la estancia se queda corta puesto que la gran afluencia de estudiantes y las características de los grados que se imparten en la facultad hacen casi imposible coger sitio para trabajar con tu grupo al final del semestre», destaca Ramírez. La alumna de Publicidad propone poner a disposición del alumnado otras salas con las mismas características para solventar este problema.

«Es cierto que comparados con otras facultades considero que disponemos de más material y la facultad, a nivel general, me parece que está bastante bien», concreta la estudiante. Esto no quita que la alumna manifieste su deseo de «arreglar el mobiliario y los espacios que puedan ser mejorados para conseguir un cambio significativo en la facultad».

Alumnos de Audiovisuales piden una renovación del material técnico de la Facultad de Comunicación

Más acceso al plató de televisión o al estudio de radio, «vitales para la formación de los futuros periodistas»

Juande Toral, estudiante de Periodismo, hace alusión a «la desactualización de las licencias en programas como InDesign, Illustrator o Photoshop» y considera que, aunque «los ordenadores dispongan de una gran variedad de programas de edición, se han quedado obsoletos debido a que no se produce su renovación».

Este alumno del grado de Periodismo expresa su descontento con el acceso de los estudiantes durante el desarrollo de las asignaturas a aulas como el plató de televisión o el estudio de radio: « En los dos primeros años del grado apenas se acude a estas aulas y en tercero la situación no mejora demasiado». Juande Toral insiste en la importancia de las prácticas y lamenta que con el confinamiento «no se pudieran disfrutar de estos espacios vitales para la formación de los futuros periodistas».

En lo referente a las mejoras en la infraestructura de la Facultad, este estudiante echa en falta «una zona específica en la que los alumnos que tengan que quedarse en la universidad para comer puedan hacerlo sin ningún problema de espacio». Juande Toral expresa «la necesidad de proporcionar al alumnado un mayor número de microondas», aludiendo a su gran uso y considerando «desesperantes» las colas que se forman.