La pandemia de coronavirus está asestando un durísimo golpe a la actividad económica, con unos posibles efectos a futuro que son todavía difíciles de calcular dado lo incierto de la duración que tendrá esta crisis. En materia de empresas, por ejemplo, se sabe que el ritmo de creación de sociedades mercantiles ha caído un 27% en la provincia de Málaga desde el mes de marzo, cuando se declaró el primer estado de alarma. Y tanto la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) como el Colegio de Economistas han advertido recientemente de que en los próximos meses el tejido productivo necesita de más apoyos públicos para asegurar la supervivencia de muchos negocios.

La irrupción del Covid-19 en este 2020 ha roto así la senda alcista que venía manteniendo en los últimos años la economía de Málaga. La foto fija registrada antes de que la amenaza de la pandemia que estaba por llegar hubiera sido todavía correctamente evaluada, mostraba a una provincia líder del parque de empresas de la comunidad andaluza, al concentrar casi un cuarto de todas las firmas con actividad económica en la región (en concreto un 23,76%), gracias sobre todo a su predominio en segmentos como los servicios, la hostelería, la construcción y el comercio. Algunos de estos segmentos están siendo precisamente los más castigados por esta crisis sanitaria, social y económica.

Según los datos publicados hace unos días por el Directorio de Empresas y Establecimientos con Actividad Económica en Andalucía que elabora el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), Málaga aglutina a 120.239 empresas del total de 506.080 presentes en Andalucía, por delante de Sevilla, que aglutina otras 113.647 sociedades (otro 22,4% del total). Así, Málaga y Sevilla concentran cerca de la mitad de las empresas de la comunidad.

El Directorio, cuyos datos actualizados ahora son de inicios de 2019, excluye de su ámbito de estudio las actividades agrarias y de administración pública.

El número de establecimientos operativos (cada empresa puede tener uno o varios) también ratifica el papel de la provincia como motor andaluz: de los casi 600.000 que hay en la comunidad, más de 142.500 están en Málaga. La tasa en este caso es del 23,8%.

El sector servicios, donde se incluye los segmentos de turismo, hostelería y comercio, es el protagonista indiscutible del tejido productivo malagueño. Casi un 75% de las empresas y de los establecimientos operativos de la provincia se engloba en este apartado. La construcción incorpora a otro 13% y la industria a otro 4,3%. Banca/seguros, información/comunicación o transporte/almacenamiento completan con distintos porcentajes el mapa.

Dentro de las cifras andaluzas, Málaga lidera los apartados de servicios, información y comunicaciones, hostelería y construcción, mientras que Sevilla encabeza los capítulos de industria, energía agua y residuos; comercio; transporte y almacenamiento; y banca y seguros.

Hay que recordar que, en términos generales, en Andalucía predominan las empresas de menos de 20 asalariados o directamente sin asalariados (97,7%), siendo el sector servicios el que mayor número total de empresas agrupa (81,8%).

En el caso de Málaga, el predominio de las microempresas es también absoluto con unas 75.000 firmas sin asalariados, 23.800 con uno o dos trabajadores, 10.700 con entre tres y cinco trabajadores, y otras 4.500 más con entre seis y diez. Así, 114.000 empresas (un 95% del total en la provincia) estarían incluidas en el rango de micropymes. Luego hay 3.231 entre diez y veinte empleados y, finalmente, unas 2.200 que superan esa cifra, entre ellas unas 250 que rebasan el centenar. y en las que figuran las grandes firmas empleadoras de la provincia. Con todo, puede decirse que unas 118.000 firmas, el 98,1% del total de Málaga, no alcanzan la veintena de empleados.

En cuanto al empleo por sectores, en servicios trabaja el 82,3% de los ocupados, mientras que industria, energía, agua y gestión de residuos y construcción representaron el 10,8% y el 6,9% del empleo, respectivamente.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Sergio Cuberos, afirma a este periódico que muchas empresas «lo van a tener duro para sobrevivir» si no se articulan ayudas directas que compensen las pérdidas por la limitación horaria de actividad o la caída del negocio.

«La situación es durísima y se debe a algo totalmente ajeno a las empresas, por lo que es lógico que se las apoye. Hablamos de bares, comercios, agencias de viajes, muchos negocios que ahora mismo no tienen prácticamente mercado entre tantas restricciones», afirma Cuberos, que recuerda que en Alemania o Francia sí hay ayudas para compensar a los establecimientos parte de la facturación que están dejando de ingresar.

El responsable de la Cámara asegura que hay empresas «en fase de hibernación» y advierte de que, si la situación no cambia a lo largo del ya cercano invierno, serán bastantes las que opten por el cierre. «En realidad ya hay muchas empresas zombies, muy endeudadas y que, salvo que cambie la situación, presentarán el concurso de acreedores el próximo año». Como dato revelador, la Cámara ya ha detectado un descenso del 6% en su censo provincial, que engloba a empresarios y autónomos: si a inicios de año se contabilizaban 168.000 negocios activos a partir de los datos del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), a estas alturas del ejercicio se han dado de baja unos 10.000.