La segunda ola de la pandemia y la crisis económica y social asociada a la misma está profundizando la caída de las ventas de vehículos, que en Málaga acumulan ya en este 2020, a falta solo de las cifras de diciembre, un descenso del 41,8% en relación al pasado año, con sólo 17.282 matriculaciones. Noviembre volvió a ser un mes muy flojo, con 1.669 operaciones y un descenso interanual del 28,1%, según los datos publicados ayer por la asociación de fabricantes Anfac y las de distribuidores Faconauto y Ganvam. Las cifras de caída son peores que las de España, donde las matriculaciones de turismos y todoterrenos bajaron el 18,7 % en noviembre (75.708) y un 35,3% en el acumulado del año (745.369).

En la provincia, todos los canales recortan sus ventas respecto al año anterior: el de particulares lo hace un 35% (11.389 matriculaciones), el de empresas un 38,5% (4.535) y el de rent a car un 70% (1.348).

Faconauto ya advirtió hace unos días del «impacto negativo» que están teniendo sobre el sector las restricciones de horarios y de movilidad, «que han ahondando en la caída de las ventas y comprometido el mantenimiento del empleo». Por ello, reclamaban que los concesionarios sean considerados como un servicio esencial en su parte comercial y en su parte de posventa.

El presidente de la Asociación de Concesionarios, Talleres y empresas afines a la Automoción de Málaga (AMA-Asomauto), Carlos Oliva, reconoce que las restricciones han afectado a las ventas. «En noviembre hemos notada una bajísima afluencia de clientes a los concesionarios. Ha sido un mes muy malo, porque ni los clientes han podido desplazarse entre municipios ni la temprana hora de cierre ayuda. Esperamos que tras el puente de la Constitución mejore algo la actividad», dijo.

Oliva explicó que la incertidumbre está reduciendo mucho lo que se conoce en el sector como «compras por capricho», dejando sólo a los cliente que adquieren un nuevo vehículo por necesidad de reponer el antiguo. A su juicio, Málaga también se está viendo especialmente golpeada por la caída de ventas debido a su fuerte dependencia del turismo, que también ha bajado de forma ostensible este año reduciendo el número de potenciales compradores.

El responsable de AMA-Asomauto espera también un año difícil, debido a que en enero subirá el impuesto de matriculación por la aplicación de la nueva forma de medir las emisiones de CO2 (WLTP). De aplicarse esta nueva medición (obligatoria en la Unión Europea) sin variar los actuales tramos del impuesto, muchos vehículos que ahora se ven exentos «saltarán de tramo» y pasarán a estar gravados con el 5% que afecta a aquellos que emiten entre 120 y 160 gr/km de C02.

«La mitad de los vehículos que se vendan en 2021 verán incrementada su tributación en el momento de la compra», señalan en el sector, que destaca que países como Francia y Portugal ya han modificados los tramos del impuesto (elevando las emisiones permitidas) y que pide que se haga lo mismo en España para evitar un incremento de precios que pueda perjudicar aún más las ventas.