El ser humano ha llegado a la Luna, ha sido capaz de descubrir la penicilina y de descifrar parte de sus enigmas genéticos, ha logrado levantar catedrales y presas descomunales pero al menos el ser humano malaguita que de forma circunstancial está al frente de la administración es incapaz de mantener una calle de Málaga mínimamente limpia a lo largo del año.

El portento burocrático lo tienen ustedes en la calle Werther, en la barriada 26 de febrero, en el distrito de La Palma-Palmilla.

No es la primera vez que esta sección se pasa por esta calle porque, ustedes perdonen la expresión, suele estar ´comida de mierda´ hasta unos extremos indecentes, sea cual sea el día del año.

El pasado miércoles no fue una excepción. Esta sección volvió a recorrerla en la compañía de Francisco García Vigo, presidente de la Asociación de Vecinos Palma-Palmilla Un nuevo futuro.

La porquería se presenta en dos focos principales. Y es bien cierto que la basura no crece por el riego, detrás de cada plástico, cartón o pieza metálica oreada en esta calle hay detrás un incívico de campeonato, pero tanto la Junta de Andalucía como el Ayuntamiento de Málaga se encogen de hombros y el caudal diario de basura continúa.

Un foco lo tenemos al pie de un bloque, se trata de basura acumulada detrás de una valla, por lo que los barrenderos de Limasam no pueden acceder. El concejal de La Palma-Palmilla informó en octubre de 2018 a este periódico de que el Ayuntamiento retiraría la valla para que los operarios pudieran «acceder a limpiar continuamente».

Al parecer, la operación se presenta tan complicada como la de mover de sitio los templos de Abu Simbel, pues dos años después la valla sigue en su sitio.

El segundo foco es una ristra de porquería en forma de colchones, muebles, plásticos, latas de cerveza y otros desechos a todo lo largo de la calle, por el lado que linda con el parque periurbano de La Virreina. Pese a que la basura está junto a la acera, ahí no entra Limasa porque no es de su competencia.

En 2018, el jefe de Parques y Jardines informó a La Opinión de que esa zona no pertenecía al parque periurbano sino parcelas «cedidas a la Junta o zonas libres».

Francisco Vigo se pregunta cómo es que el Ayuntamiento y la Junta, gobernados por el mismo partido, no se ponen de acuerdo para limpiar la calle Werther más a menudo. Pues no ha caído la breva. Lo dicho, hemos llegado a la Luna pero a ver quién es el guapo que consigue limpiar esta calle de Málaga.