El año 2021 está a la vuelta de la esquina y todo los interrogantes económicos se centran en ponerle fecha a la tan anhelada recuperación. Esta y otras muchas cuestiones serán abordadas en el webinar que organiza La Opinión de Málaga el próximo día 10 de diciembre a las 18.00 h y en la que participarán José María O´Kean y Miguel Cardoso. Ya está abierta la inscripción de forma gratuita en el enlace: https://zoom.us/webinar/register/WN_1_wAjK98SOqIHHLEX_C6Cw

Me gustaría empezar esta entrevista preguntándole: ¿cómo ve la radiografía económica española para 2021?

Veo dos partes muy diferenciadas. En los primeros meses del año estaremos inmersos en la vacunación (hasta mayo o junio). Cuando se vacune de forma mayoritaria a la población de entre 30 y 55 años, la economía va a tener un gran impulso, que se va a recoger a partir del segundo semestre. Si los países de nuestro entorno (Francia, Italia, Alemania y Reino Unido) también tienen vacunada a su población, podrán venir de visita a nuestro país y ahí empezará a recuperarse el turismo, no en las cifras de 2019 ni mucho menos, pero sí para reactivar ese sector tan importante. Respecto al consumo, creo que la gente en este posible nuevo escenario va a volver a consumir con alegría en el segundo semestre; la inversión de las empresas va a ir lenta durante el 2021 y el gasto público va a ser también muy fuerte el año que viene. Además, las exportaciones también se irán recuperando.

¿Se pueden sostener los ERTES más allá del 31 de enero?

Creo que más allá del 31 de enero habrá algún tipo de prórroga para empresas del sector turístico. Va a depender también un poco de una posible tercera ola del virus. Va a seguir habiendo dinero público para apoyar a empresas en crisis porque así se recoge en los Presupuestos que va a aprobar el Congreso y que son muy expansivos. Además, el ajuste no llegará hasta 2023.

Hablando de Presupuestos. ¿Qué le parecen los que están a punto de aprobar el Congreso?

El proyecto que tenía Podemos para hacer en ocho años lo va a llevar a cabo en 6 meses. Ellos siempre han dicho que el Estado tenía que gastar 70.000 millones más, como hacen Francia y los países más intervencionistas. Hasta ahora el Estado controlaba a través de pensiones, gastos, etc. un 42% del PIB y vamos a pasar con los nuevos presupuestos a cerca de un 49%. Además, esas previsiones se mantienen para 2022 con lo que el ajuste viene para 2023 porque Europa nos lo va a exigir y habrá que subir impuestos en ese ejercicio para recaudar 60.000 millones más.

La OCDE ha tirado por tierra las previsiones del Gobierno, que dijo que España iba a crecer en el próximo año cerca de un 10%.

Era una estimación irreal la del Gobierno, desde mi punto de vista. Este año vamos a caer entre un 12 y un 14%; el año que viene crecemos seguro porque 2020 ha sido un año pésimo pero nunca vamos a llegar al 10% de aumento. Es imposible.

Los fondos europeos parecían el maná pero ya no lo van a ser tanto. De momento, no se van a pedir los 70.000 millones en créditos. ¿Esto nos resta margen de maniobra para reactivar la economía?

Europa nos ha dado margen. El dinero europeo hay que gastarlo cumpliendo muchos requisitos. De los 140.000 millones, la mitad son préstamos que hay que devolver y la otra mitad es a fondo perdido. España no va a pedir la parte de préstamos y sí va a recibir 27.000 millones de esos 70.000 a fondo perdido para el ejercicio de 2021 y ese dinero hay que gastarlo en lo que Europa exija (programas agrarios, etc.). Esto nos va a llevar a un endeudamiento que va a llegar hasta el 140% del PIB.

¿Qué cambios económicos provocados por la pandemia van a tener ya un carácter permanente a partir del año que viene?

Había tendencias que antes de la pandemia ya se intuían y con la pandemia se han acentuado. El proteccionismo es una de ellas. Está calando la idea que lo que es de fuera te puede hacer daño, de ahí que ocurran cosas como el Brexit o el ultraproteccionismo americano de Trump con los aranceles, y esto va a ser muy difícil cambiarlo. Luego está la transformación digital, que ha llegado de golpe. Esto, traducido al comercio electrónico de las grandes operadoras, provoca que con su gran actividad desaparezcan muchos comercios de los llamados «tradicionales» porque no pueden competir. La salud la vamos a entender de otra manera y habrá que destinar por parte de los estados muchos más recursos porque se ha visto que nuestro sistema no estaba preparado para asumir la pandemia.

¿Y cómo ve el turismo, un sector esencial en Málaga?

Será, evidentemente, mejor que en 2020. España ha llegado a recibir 84 millones de turistas. ¿Volveremos a esas cifras? Lo veo difícil. El turismo vacacional creo que se mantendrá, pero el resto (turismo cultural, el desplazamiento de personas de la tercera edad, pensionistas, el residencial, etc.) creo que se va a resentir y no va a alcanzar las cotas de hace dos años. El nuevo turismo es un turismo de proximidad, más rural, más cercano.

¿Qué tipo de empresas pueden buscar su hueco en el escenario económico de 2021 y cuáles lo van a pasar mal?

Creo que has formulado bien la pregunta cuando hablas de empresas y no de sectores. Las empresas que vendan cosas que se puedan encontrar con facilidad en internet lo van a tener complicado si sus canales de venta son los tradicionales (tiendas, almacenes,etc). Las empresas que den el salto digital y empiecen a vender en internet, organizando muy bien la logística de sus envíos, podrán por lo menos competir. Internet es ahora el gran escaparate comercial. El que siga trabajando con el esquema clásico tiene que aportar cosas diferentes a su producto, diferenciarse de la competencia, que ahora, en la era tecnológica, es más feroz que nunca. Los sectores relacionados con la Alimentación van a seguir creciendo, al igual que todo lo relacionada con suministros del hogar, un espacio que ha adquirido un papel muy importante durante el confinamiento y la postpandemia.

¿Cómo podemos aliviar la crisis económica?

Asumiendo los retos que tenemos por delante. El mercado de trabajo no funciona, lleva muchos años sin funcionar y hay que cambiarlo a un modelo que podamos aplicar en un futuro donde las empresas formen a los trabajadores, donde los contratos sean fijos, con empresas con mucha más tecnología que sea asumida por los propios trabajadores. Necesitamos más empresas y que sean más grandes, en un mercado laboral más flexible y donde las empresas formen a los trabajadores como capital humano. Además se hace más necesaria que nunca la transformación digital de las mismas. Lo hemos comprobado durante el confinamiento.