Las cifras por diagnósticos de depresión y ansiedad son mayores en las mujeres, en concreto más del doble que en los hombres. Así, el 9,2% de las mujeres han sido diagnosticadas de ansiedad crónica frente a un 4% de los hombres. Mientras que el 9,1% de las mujeres han sido diagnosticadas de depresión, frente al 4,3% de los hombres.

Estos son los datos que recoge el número siete de los Cuadernos para la Salud: Mitos y realidades, que edita el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), con el que busca acercarse a la realidad de la salud mental de las mujeres, despojándola de falsas creencias, mitos y estereotipos.

En este cuaderno se explica que las mujeres son más propensas a sufrir ciertos problemas de salud mental, debido a diversos factores socioeconómicos.

«Diversas investigaciones indican que la alta frecuencia de problemas de salud mental está asociada con la pobreza, bajos niveles educativos, desestructuración social y desempleo. Todo esto relacionado con la situación laboral, desempleo, estrés laboral o permisos por maternidad, se señalan como factores de riesgo de sufrir trastornos mentales», indicó María Encarnación Santiago, asesora del programa del IAM en Málaga.

Según el estudio, las diferencias socioeconómicas entre sexos influyen especialmente en la salud mental de las mujeres, así como la desigualdad producida por la distribución patriarcal de tareas, con la asignación a las mujeres de la función de atender el cuidado del hogar y de la familia, duplicando el tiempo que dedican los hombres.

A estas desigualdades hay que añadirle las consecuencias psicológicas que sufren las mujeres víctimas de violencia de género.

«En la salud mental influyen elementos psicológicos y sobre todo sociales y culturales, como la clase social, el nivel educativo y condiciones laborales», aseguró Santiago.

El cuaderno recoge datos de la Encuesta Nacional de Salud (2017), que indica que en lo relativo a salud mental, los intentos de suicido son aproximadamente tres veces más frecuentes entre mujeres, así como 8 de cada 10 personas que consumen antidepresivos son mujeres.

El estudio asegura que «padecer un problema mental limita las oportunidades laborales y económicas de las mujeres», un hecho que denomina como «doble o triple discriminación» (por sexo, enfermedad mental, y discapacidad).

Por ello, la Asociación Jomad trabaja y colabora con el Instituto de la Mujer, en Málaga, para atender a mujeres víctimas de violencia de género y en riesgo de exclusión social.

«Ha mejorado mucho el tratamiento de las mujeres, hemos atendido a 23 mujeres de entre 25 y 55 años, todas con estudios básicos y que han sufrido violencia de género», dijo José Blanco, presidente de Jomad.

Blanco ayuda en su asociación a mujeres con consecuencias graves, derivadas de esta violencia y que han desarrollado agorafobia, depresión o algún tipo de adicción.

«Entendemos que el sistema patriarcal no solo afecta de manera física, sino también emocional. Hablar de salud mental nos da una visión más coherente de la visión feminista, que implica visibilizar el androcentrismo que ha producido en el estudio clínico y experimental», afirmó Santiago.