La justicia poética puede pesar unos 20 kilos, estar hecha de aluminio y tener la forma de una campana que entronca con la Historia de España en América.

La Asociación Bernardo de Gálvez presentó este martes en la Sociedad Económica de Amigos del País una réplica de una de las centenares de campanas que a partir de 1769 jalonaron el Camino Real, 1.200 kilómetros de costa entre los actuales México y Estados Unidos, un proyecto del ministro malagueño de Indias José de Gálvez, que consiguió así frenar a los rusos en Alaska y evitar, quién sabe, que hoy en los estados de Washington, Oregón y California se escribiera en cirílico.

La iniciativa, acompañada de la labor evangelizadora de Fray Junípero Serra que fundó 21 misiones, fue recordada por los estadounidenses en 1906 con la colocación de 90 réplicas de estas campanas a lo largo del antiguo Camino Real.

Una de ellas fue pintarrajeada y más tarde retirada en 2019 por la Universidad California-Santa Cruz, gracias a los desvelos de la asociación de nativos americanos Amal Mutsum Tribal Band, al responsabilizar a los españoles de la masacre de los indios en Norteamérica, pese a las evidencias de las películas de John Ford.

La Asociación Bernardo de Gálvez trató de traer a Málaga esta campana maltratada por la leyenda negra, pero ante la falta de concreción de la universidad californiana, decidió encargar una réplica a la fundición original que en 1906 realizó estas copias, la California Bell de San Francisco.

La campana, que estará suspendida por un báculo, se instalará en los jardines frente a la puerta principal de la Aduana, una construcción que promovió José de Gálvez, informó la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía, Carmen Casero.

La académica e investigadora malagueña María Elvira Roca, que animó a la Asociación Bernardo de Gálvez a recuperar la campana, calificó la retirada en California de esta pieza histórica de «acto infamante», así como de un paso más, «en la destrucción del patrimonio hispano en el interior de Estados Unidos».

La profesora Roca resaltó que la campana no es sinónimo «de ninguna forma de barbarie», sino que se trata de hitos en un camino que hizo posible la comunicación entre las personas y el nacimiento de ciudades. En su opinión, la campana de José de Gálvez es también el símbolo «de un pasado compartido y afecta al honor de toda la comunidad hispana».

Miguel Ángel Gálvez, presidente de la Asociación Bernardo de Gálvez, explicó por su parte la peripecia de traer a España, en plena pandemia, la campana, algo que finalmente pudo hacerse realidad gracias a amigos mexicanos de la asociación y personal de Iberia, a través de un vuelo desde Miami.

También intervinieron en la presentación los responsables de Cultura de la Diputación, Víctor Manuel González, y el Ayuntamiento, Noelia Losada, que felicitaron a la asociación por este logro.

La campana, por cierto, arriba a Málaga en el 300 aniversario del nacimiento de don José de Galvez. No es casualidad.