Una aplicación de la Universidad de Málaga (UMA) para el tratamiento del Dolor Pélvico Crónico (DPC) busca financiación a través del micromecenazgo en la plataforma Goteo. El proyecto, que es el primero de la Universidad en ser seleccionado este año por la plataforma, pretende recaudar un total de 14.490 euros, de los que 4.500 euros están destinados a su base fundamental para poder desarrollar el proyecto. «Aunque la idea llevaba mucho tiempo gestándose, esta es una oportunidad para conseguir esa financiación y ese impulso al proyecto. Estamos ilusionados y pendientes para ver si podemos lograr lo que necesitamos», explica la profesora del Departamento de Fisioterapia Esther Díaz Mohedo.

Esta recaudación tiene como objetivo realizar el desarrollo y el uso gratuito de la aplicación, diseñada para móviles iOS y Android y basada en técnicas de imaginería motora graduada para Disfunciones de Suelo Pélvico que cursan con Dolor Crónico. La denominada ´App Mohedo´, que estaría a disposición de pacientes y profesionales de la salud, también pretente objetivar científicamente su utilidad terapéutica con un diseño y ejecución de un ensayo clínico aleatorizado. Para ello, han destinado un presupuesto mínimo para poder llevarlo a cabo: tres mil euros para el desarrollo informático inicial, mil euros destinados a un fotógrafo profesional y 500 euros para la edición del material fotográfico. El resto del presupuesto, que permitiría su completa realización, se invertiría en investigación (6.000 euros), diseño gráfico de la aplicación (1.500 euros), desarrollo informático tras su uso (1.490 euros) y en los honorarios de los modelos fotográficos (1.000 euros).

Esta campaña dura cuarenta días, por lo que la aplicación tiene hasta el 31 de diciembre para cumplir su propósito. En lo que va de recaudación, se han logrado obtener 2.155 euros gracias a 57 cofinanciadores, rozando casi la mitad del dinero necesario: «Goteo nos dijo que conseguir en la primera semana el 20% era muy positivo. No solo lo hemos conseguido, sino que las donaciones siguen aumentando todas las semanas», contaba la especialista en disfunciones de suelo pélvico la semana pasada.

El Dolor Pélvico Crónico (DPC) es un dolor persistente que se percibe en estructuras relacionadas con la pelvis durante más de seis meses cuando no existe una infección o una patología visceral que lo certifique. Las personas que lo padecen pueden sufrir desde consecuencias negativas cognitivas, de comportamiento, sexuales y emocionales hasta síntomas de disfunciones del sistema urinario, sexual, intestinal o ginecológico. Se trata de una enfermedad que afecta al 20% de la población, en especial a las mujeres. «Al ser un dolor de la pelvis en la zona genital, no es lo mismo que un dolor como el de espalda, ya que tenemos esa zona más vinculada a la intimidad o es más tabú. El porcentaje es bastante alto, con un 20% de la población afectada, y es un proceso complejo, porque no hay nada orgánico responsable del dolor», afirma Díaz Mohedo.

Esta aplicación terapéutica realizaría de forma gratuita un tratamiento complementario de esta enfermedad, mediante el entrenamiento de la lateralidad con imágenes del suelo pélvico, cambios a nivel cerebral que deriven en una modulación y disminución del dolor. «Ese procedimiento se estaba llevando a cabo de forma efectiva en otros tipos de dolor crónico, como el dolor lumbar. Había evidencias científicas que sugerían que ayudaba, por lo que pensé que esto también debía funcionar con el dolor crónico en suelo pélvico».

Al iniciar sesión en esta aplicación, se muestran imágenes que los pacientes tendrán que identificar, lo que hace que se imaginen su propio suelo pélvico en la posición de la imagen mostrada y comprueben que realmente coincide con la que se muestra en la imagen. Aleatoriamente, aparecen imágenes tanto del lado izquierdo como el derecho. Así, el paciente se imagina su zona afectada, haciendo ese entrenamiento de lateralidad, que le ayuda a restaurar su imagen corporal a nivel cerebral y a modular la intensidad de su dolor.

Según la especialista, el fundamento teórico de la aplicación se estaba haciendo de forma rudimentaria: «Hace años empecé a enseñarles imágenes a los pacientes con un powerpoint muy simple para que identificaran el lado derecho o izquierdo y veía que me ayudaba en el resto del tratamiento. Una vez que lo puse de forma empírica, pensé en facilitar este trabajo, intentar buscar la forma de hacerlo más cómodo y mejor diseñado».

Junto a la profesora de la UMA, participan en este proyecto investigadores como Carmen Suárez y Esther Medrano, de la Universidad de Sevilla (US) y Fidel Hita, de la Universidad de Jaén (UJA), y profesionales de la Salud como la fisioterapeuta del Hospital Xanit de Benalmádena Elena Molina.

«La motivación que realmente me mueve es poder demostrar si este procedimiento es de utilidad para estas personas, porque son pacientes que tienen muy limitada la calidad de vida. He tenido tanta relación con ellos por mi ejercicio profesional que sé cómo les afecta el DPC en su vida: están muchos años sin poder tener relaciones o sin salir porque al sentarse padecen mucho dolor. Intentar crear una una herramienta que les ayude un poco a disminuir ese dolor y que mejore su calidad de vida es lo que realmente me motiva», declara Esther Díaz Mohedo.