La incertidumbre sobre las negociaciones entre la Unión Europea y Gran Bretaña sobre el Brexit, cuyo periodo transitorio culminará con o sin acuerdo este 31 de diciembre, está provocando colas y retrasos en la entrada de los camiones de mercancías para acceder al puerto de Calais y al Eurotúnel, en el paso fronterizo entre Francia y Reino Unido. La anticipación de compras por parte de los británicos ante el temor de un desabastecimiento temporal en los supermercados ha elevado tanto el tránsito de vehículos como los tiempos de espera, que normalmente son de una o dos horas pero que estos días alcanzan y superan incluso las doce horas, según explicaron ayer a este periódico desde el sector agro alimentario y transportista de Málaga, que cada semana envía decenas de camiones a tierras británicas con productos de la provincia.

Reino Unido representa este año el 5% de las exportaciones malagueñas (83 millones de euros hasta septiembre, de los que 53 corresponden al sector agroalimentario), según los datos de la Agencia Andaluza de Comercio Exterior (Extenda), y existe preocupación sobre cómo afectará el brexit a este comercio por el riesgo y nuevos controles fitosanitarios que hagan menos competitivos los productos de la UE si no hay acuerdo comercial, de que se impongan aranceles. El británico es el séptimo destino en importancia del comercio exterior de Málaga.

«Se están produciendo retrasos importantes en la entrada de los camiones a Gran Bretaña, con esperas de entre ocho y catorce horas, cuando lo habitual es pasar en una o dos. Esta situación viene dándose desde la primera semana de diciembre, y nos tememos que pueda ir a más y durar hasta enero, a la espera de saber si hay o no acuerdo en torno al brexit», comentó Enrique Colilles, el gerente de la cooperativa Trops de Vélez-Málaga, especializada en cultivos subtropicales y que cada semana envía entre ocho y diez camiones cargados de aguacates a este país.

Según afirmó, la demora en la llegada de estos envíos a las plataformas logísticas de los alrededores de Londres, desde donde se distribuyen a todo el país, está afectando a los supermercados, cuyos lineales cuentan con menos género del habitual.

Colilles recordó que el Reino Unido representa entre el 10% el 20% de las exportaciones totales de su empresa y, en general, del subtropical malagueño, por lo que la preocupación de cara a 2021 es también evidente. «Si hay aranceles encarecerían nuestra producción y perderíamos seguramente parte de ese mercado, porque el cliente británico no va a querer pagar esa posible subida. El problema es que es un destino muy importante y rentable, difícil de suplir con alternativas de otros países», dijo. Otra preocupación es que haya un aumento de controles fitosanitarios que entorpezcan el flujo exportador malagueño. «Nosotros le pedimos a la UE que podamos seguir como hasta ahora. Suiza, por ejemplo, tiene un tráfico general libre con Gran Bretaña. Somos un cultivo limpio, y no tiene sentido que tengamos restricciones», apuntó.

Los transportistas también lamentan las largas colas que están soportando para entrar en Gran Bretaña, después del largo viaje desde Málaga. «Hay muchos problemas y controles, porque también se está vigilando mucho el tema de la inmigración ilegal. Lo normal es pasar en una o dos horas, pero ahora es habitual estar por lo menos seis», informó Eduardo Cabello, gerente de Transportes Cotravelma, empresa de Vélez-Málaga con una flota de 80 camiones y 150 conductores que cada semana envía entre 30 y 40 vehículos con productos agroalimentarios hasta Gran Bretaña.

Cabello detalló que los conductores, en su trayecto desde Málaga, suelen descansar en la zona de Poitiers, y luego siguen hasta Calais. «Cuando llegan, el tacógrafo que marca las horas de conducción ya está bastante consumido, con lo que las horas en la cola generan muchos problemas. Las áreas de descanso en Calais están llenas y es difícil aparcar para el descanso. Son semanas complicadas», adujo.

El responsable de Cotravelma añadió que el Brexit le puede generar además a su empresa un gasto extra, ya que los nuevos requisitos técnicos que están programando los británicos en el transporte pueden obligarles a realizar un desembolso de alrededor de mil euros por vehículo.

En todo caso, hay empresas del agro malagueño que no se están viendo afectadas por las retenciones de tráfico. Fuentes de la firma axárquica Frutas Montosa, especializada también en subtropicales, afirman que sus envíos en grupajes (palés sueltos) están llegando de momento sin incidencias. Y el grupo Dcoop, con sede central en Antequera y que manda aceitunas y aceite, afirma que adelantaron pedidos en semanas precedentes para evitar el actual tapón. En cuanto a 2021, Dcoop dice que Gran Bretaña será destino extraeuropeo, algo que, a su juicio, no debe ser un gran problema. «Ya exportamos a muchos destinos de fuera de la UE», dicen.

La organización agraria Asaja Málaga ha denunciado la «ruina» que supondrá para los agricultores y ganaderos malagueños las modificaciones de la nueva Política Agraria Común (PAC), y acusa al Ministerio de Agricultura de apoyarlas. «La nueva política comunitaria tiene unos componentes cada vez más verdes, más requisitos medioambientales, más controles. Requisitos que los agricultores y ganaderos cumplen de manera rigurosa, algo que Europa paga con un menor presupuesto», lamentó ayer el colectivo.

«Cada vez que hay una reforma los agricultores nos echamos a temblar porque no sabemos por dónde pueden llegarnos las exigencias y modificaciones comunitarias, pero en esta ocasión no sólo nos aprietan desde Bruselas, sino que nuestro Estado, dentro de la potestad que le otorgan determinados artículos, quiere ir tres pasos más allá abocándonos a una ruina absoluta por un reparto de los recursos arbitraria y sin sentido», explica Santiago Sánchez, técnico de Asaja Málaga.

La reforma entrará en vigor a partir de 2023, y reduce el actual sistema de regiones económicas basado en 50 regiones, a un mínimo de entre 5 y 7, lo que supondría un gran cambio en los derechos y asignaciones históricas, sin tener en cuenta las particularidades de cada cultivo, la mano de obra y/o su rentabilidad. «No tiene sentido que en una hectárea de cereal secano de escaso rendimiento se llegara a percibir la misma ayuda que en una de regadío o de olivar, pues no tiene los mismos costes, no genera la misma mano de obra y un largo etcétera», apuntan los agricultores malagueños.

Asaja dice que todas las organizaciones agrarias y cooperativas de Andalucía han pedido cambios al Ejecutivo en la negociación, sin que haya accedido por ahora a sus reclamaciones. «Nuestro Gobierno no mira la realidad de los agricultores y ganaderos», critican.