Un río Guadalmedina que a lo largo de todo su cauce urbano, en lugar del suelo de hormigón, estaría repleto de álamos, adelfas, sauces, higueras y fresnos y entre la fauna, la presencia de ánades, gallinetas, garzas reales, garcetas comunes y el martín pescador.

Este es el proyecto de renaturalización del río Guadalmedina de Ecologistas en Acción, presentado ayer en el Puente de los Alemanes por su coordinador, Santiago Martín Barajas, responsable de la exitosa renaturalización del río Manzanares, que en cuatro años se ha transformado en un vergel y ha dejado de ser motivo de burla para los madrileños.

«La mejora medioambiental en el Guadalmedina sería evidente. Cualquier cosa es mejor que esto», dice el ecologista mientras señala el sucio suelo de hormigón del río.

Aparte de la mejora medioambiental, Santiago Martín resalta el «componente social enorme» que llevaría consigo la renaturalización del Guadalmedina: «Este es el río que ven a diario miles de personas durante buena parte de su vida y no es lo mismo que ver un río bonito, natural, donde corra el agua entre los árboles».

Los ecologistas, que han presentado el proyecto tanto ante la Junta de Andalucía como ante el Ayuntamiento, incluidos todos los grupos municipales, calculan que la reforma costaría 4,5 millones de euros. «Afortunadamente los movimientos de tierra son baratos y las plantaciones también», destaca el coordinador.

Para conseguir el agua, subraya, sería imprescindible la aportación de la presa del Limonero, «que es un embalse para la lucha contra las avenidas y tenerlo lleno es una temeridad, hay que devolver el agua, su agua, al Guadalmedina, aparte de que con los embalses del Guadalhorce Málaga tiene asegurada el agua potable de sobra».

Precisamente, en caso de grandes avenidas, al eliminarse el hormigón, incluidos los gigantescos 'parterres' para las fuentes, se aumentaría la sección del río, es decir, su capacidad de evacuar agua. Además, señala el ecologista, la presencia de vegetación reduciría la velocidad del agua, «que es lo que mata».

El proyecto de Ecologistas en Acción choca con el plan de las 'plazas puente' para el río en el que trabaja el Ayuntamiento, con un coste aproximado de 250 millones de euros.

Para Santiago Martín el proyecto municipal «no es viable y no creo que la Junta permita embovedar el río porque es un peligro tremendo».

El coordinador explicó que junto al Manzanares, trabaja en diez renaturalizaciones de ríos, de las que ya se ha realizado la primera fase del río de Oro de Melilla. «Lo ha pagado el Ministerio de Transición Ecológica con un coste de 2.600.000 euros», informa.

Para el ecologista, la ciudad de Málaga podía aprovechar la coyuntura actual, dado que los presupuestos generales del Estado incluyen unos 60 millones de euros para la renaturalización de ciudades, de los que la mayoría, estima, serán para ríos».

A su juicio, devolverle el verde al Guadalmedina sería un proyecto más exitoso que el del Manzanares porque la vecindad del mar atraería a más fauna.