El sector turístico costasoleño afronta la Navidad con unos niveles inéditos de pesimismo. Los empresarios de la hostelería y las cadenas hoteleras dan «por perdida» de antemano la campaña de las fiestas navideñas. Ni siquiera aprecian ante la llegada de fechas tan señaladas un atisbo de revulsivo que les haga recuperar parte de los perjuicios acumulados por la pandemia.

El presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga (Mahos), Javier Frutos, se encuentra entre quienes consideran que la situación de su sector va a seguir siendo «crítica» y da «prácticamente por perdida» la Navidad. No obstante, en un tono menos beligerante que en días pasados, Frutos agradeció el ´indulto' a última hora de las cafeterías con la medida de la Junta de Andalucía que les permitirá abrir de 18.00 a 20.00 horas, aunque sin servir bebidas alcohólicas. «Era de sentido común y más en unas fiestas como la Navidad, donde muchas familias vienen a merendar», expresó Frutos.

En la misma línea, los hoteles tampoco llegan con buenas sensaciones a la Navidad y descartan que las fiestas vayan a insuflarles ese balón de oxígeno de antaño que atenuaba los estragos de la estacionalidad. El presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Luis Callejón, manifestó que «las previsiones para finales de año siguen siendo malas». «La apertura de la movilidad no le quita el miedo a la población, y ese miedo es la barrera que tenemos a día de hoy para conseguir clientes», apostilló el portavoz del sector hotelero.

El empresario Luis Callejón sostuvo que este miedo también salpica a la organización de cotillones de Nochevieja en la que trabajan algunos de los escasos alojamientos que siguen abiertos en la provincia malagueña durante estas fechas tan señaladas: «Si hay miedo a no juntarnos, no se puede bailar y tienes que estar sentado todo el rato, la verdad es que estas circunstancias no invitan a nada», dijo en declaraciones a Europa Press.

En opinión de Luis Callejón, la que en estos momentos está atravesando el sector «es una situación insólita y difícil de remontar» y, por ello, recalcó «el esfuerzo que está suponiendo en muchos casos la apertura en estas fechas navideñas». «Un hotel de unas 100 habitaciones de media cuesta al mes 50.000 euros y, pese a ello, no estamos recibiendo ayudas, teníamos inicialmente un colchón económico pero eso ya se ha terminado», resaltó sin abandonar el tono pesimista el empresario Luis Callejón.

Por su parte, el responsable de Hostelería y Turismo del sindicato Comisiones Obreras a nivel nacional, el malagueño Gonzalo Fuentes, también dio por perdida la inyección económica que solían aparejar las fiestas de diciembre para el sector turístico y recordó que, en términos económicos, «será la peor Navidad desde que existe el turismo».

Ahora bien, la postura de Fuentes contrasta con la de los empresarios hosteleros y hoteleros e insistió en la necesidad de que en estos días primen «la responsabilidad y la prudencia». A su juicio, «el objetivo ahora mismo debe ser el de evitar una tercera ola, pues -además de sus consecuencias sanitarias en relación a la salud y la pérdida de vidas humanas- sería muy grave para la economía y, en definitiva, para el turismo».

El dirigente sindical tiene muy claro que «si en enero y en febrero hay una nueva ola, nos cargaremos el verano». Por ello, Fuentes vio lógico el panorama actual en el que «casi todos los hoteles de la costa están cerrados y la parte de Málaga capital que está abierta tiene unas ocupaciones bajísimas». «La Navidad ya estaba perdida de antemano, ahora lo que toca es hibernar y luchar para prorrogar los ERTE y las ayudas a los autónomos al menos hasta mayo», enfatizó Fuentes con la certeza de que «si no se produce esa nueva ola, a Semana Santa se llegará en condiciones óptimas para empezar a remontar con vistas al verano».

Sin perder de vista que esta recuperación pasa «por la llegada de la vacuna», el dirigente de Comisiones Obreras dijo que ahora mismo «lo poco que está abierto, abierto está, pero se debe actuar en todo momento acatando las normas». «La salud debe ser lo primero, lo que podemos recuperar en Navidad no merece la pena comparado con lo que podemos perder después; hay que hacer un esfuerzo a todos los niveles, entiendo lo que significan estas fechas para la hostelería, los hoteles y para las familias, pero una nueva ola de la pandemia tendría consecuencias aún más graves», sentenció Gonzalo Fuentes.