Esta semana siempre ha sido una de las más frenéticas del año, porque, entre otras cosas, las vísperas de Navidad obligan a nuestros concejales a tratar de dejarse hechos, lo antes posible, los deberes de cara al próximo ejercicio. La crónica municipal que presentamos aquí cada semana podría subdividirse en decenas de capítulos y reflexiones, aunque hay varios asuntos que han sobresalido en la agenda mediática e institucional: por un lado, el Ayuntamiento, con once años de retraso debido a las dificultades para lograr financiación europea y por la crisis económica, ha presentado por fin las primeras cinco promociones de VPO de alquiler, 476 domicilios, del barrio que coronará la ampliación del campus universitario de Teatinos. Ahí, recuerden, se han previsto 1.001 viviendas protegidas, pero de momento se va a empezar con esas cinco promociones. Así, habrá, para este primer tramo, 37 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) (¿ven por qué nos conviene estar en Europa?), 6,4 millones del Consistorio y 12 del Estado gestionados por la Junta de Andalucía. Las otras 525 viviendas prometidas recibirán 33 millones de euros del mismo crédito, más nuevas aportaciones del Estado, la Junta y el Consistorio. En total, son más de cien millones de euros de inversión en un claro ejemplo de lo que puede lograr la colaboración institucional cuando las diferentes administraciones trabajan juntas.

Todo fue aprobado por unanimidad de los grupos en un pleno extraordinario y urgente celebrado el jueves a las dos y cuarto, que es una hora más propia para comer que para debatir. Allí, dijo el equipo de gobierno, en ese nuevo barrio habrá un total de 3.000 viviendas, un tercio de ellas de VPO, y, una gran parte de esta, de alquiler. Parece que quiere evitarse lo ocurrido con otros barrios destinados únicamente a VPO, para cuya mala imagen, por cierto, me gustaría hallar algún día una respuesta. Yo vivo allí, sé de lo que hablo. Lo cierto es que esa nueva barriada tiene ante sí muchos interrogantes, porque según reveló el alcalde allí posee parcelas la promotora de la ONCE, entre otras empresas, y la mitad del suelo, el que debe acoger esas 525 viviendas de VPO está en proceso de ser permutado con el Gobierno central en la operación de traer a Málaga una Exposición Internacional relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2027, una empresa compleja rodeada de incienso y, por tanto, aún no visible al 100%. Si se corona esa operación, por tanto, ese medio millar de casas protegidas las haría el Gobierno; si no, el Consistorio. De cualquier forma, el debate siguió los parámetros de siempre: el y tú más o menos, según el caso, conformó las vías por las que avanzaron las intervenciones. Alicia Murillo, aplicadísima concejala socialista, recordó que parte del dinero con el que se va a pagar el barrio viene del Gobierno, y atizó a un atónito edil de Derechos Sociales, que se puso muy poético con 22.000 almas apuntadas en la lista para tener una casa protegida, con el hecho de que se ha retrasado once añitos el nuevo barrio. Paqui Macías, de Unidas Podemos, destacó que llega un poco tarde también ese barrio e insistió en hacer políticas de vivienda más ambiciosas. Ya saben lo que dice el alcalde, Francisco de la Torre: que en 20 años el equipo de gobierno, sin tener competencias en la materia, ha hecho más de cinco mil casas y la Junta socialista hizo en torno a unos cincuenta en ese periodo. Para el PSOE, los planes de alquiler no están funcionando y, como recuerda Murillo, cada vez son menos los beneficiarios y muchos de ellos, al recibir el dinero para alquilar, no encuentran casa. IU y Podemos ligan el problema, también, a la proliferación de viviendas turísticas, que tienen una clara incidencia en el precio del alquiler, y además de pedir su regulación por parte del Consistorio y de la Junta, proponen crear un mapa por zonas según el precio y favorecer el alquiler con bonificaciones fiscales, por ejemplo. Al menos, este es un primer paso para paliar el déficit de vivienda pública que tiene la ciudad y lo que está bien hay que decirlo.

Por otro lado, esta misma semana se ha aprobado en Junta de Gobierno Local el plan de la Térmica, más de 800 viviendas residenciales, un hotel, oficinas, zonas verdes, de equipamiento y comerciales en el extremo más al Oeste de la fachada litoral que nace en Huelin y muere junto a Arraijanal. Los edificios están más recortados: hasta los 57 metros. Al lado, recuerden, van los rascacielos de Torre del Río, tres. El urbanismo vertical se abre paso en una ciudad que, en principio, lo recibe con muchas dudas. Es un debate que hay que abrir ya, porque la ciudad en dos décadas tendrá poco suelo para crecer.

El tercer tema destacado ha sido, sin duda, la propuesta de Ecologistas en Acción para volver a convertir en río el enorme estercolero del Guadalmedina. Ya saben que hay un plan especial que va a llevarse 250 millones de euros con el soterramiento del tráfico de las dos orillas, la este y la oeste, y el semiembovedamiento que supone colocar puentes-plaza a lo largo del río. Son 20 años de actuación. El sector turístico ha señalado ya varias veces que este es, junto al auditorio, uno de los asuntos de ciudad en los que hay que actuar ya. Por imagen.

Por cierto, han pedido una calle para El Pulga, pero no se aprobó el jueves porque ya hay un parque, que fue lo que eligió en su día la familia. La edil de Cultura dijo que adecentarán la zona verde y repondrán el busto, si es necesario. La oposición lo criticó. Muchos siguen exigiendo esa calle para el artista. Habría que mirarlo con cariño.