El sector bancario ha suprimido casi 2.350 empleos en la provincia de Málaga entre 2008 y el inicio de 2020, lo que equivale prácticamente a uno de cada tres puestos de los 7.400 que llegó a a haber operativos antes del estallido de la anterior crisis económica (la caída exacta es del 31,6%), según datos recopilados por el sindicato CCOO. Las entidades financieras siguen inmersas en una dinámica de reducción de costes y de ajuste de estructuras en un escenario definido en estos años por las fusiones, la irrupción de las nuevas tecnologías en el servicio al cliente o por unos tipos de interés en mínimos históricos que mermaron la rentabilidad de los bancos. A lo largo de este 2020, el sector ha venido además aplicando parte de los planes de prejubilación pactados en anteriores ejercicios, por lo que la cifra debe haberse reducido todavía más.

La tendencia tendrá además muy probable continuidad en 2021, ya que el Banco Santander alcanzó hace unos días un principio de acuerdo con los sindicatos para aplicar un ERE que supondrá la salida de 3.572 empleados en España y el traslado o reubicación de otros 1.500. La afectación que tendrá sobre el empleo en Málaga, donde la entidad cuenta con 645 trabajadores, queda pendiente de aspectos como el volumen de trabajadores que quieran acogerse de forma voluntaria al plan de bajas incentivadas. Sí se sabe que el plan, que contempla el cierre de 1.033 oficinas, clausurará en Málaga 20 de las 88 sucursales que hay en la provincia, con una reducción del 22,7%.

Por otro lado, la posible fusión de Unicaja Banco y Liberbank también podría suponer un recorte de plantilla, aunque en este caso los sindicatos confían en que sea poco significativo en Málaga, ya que ambas entidades son bastante complementarias en cuanto a zonas de influencia e implantación, lo que da lugar a pocos solapamientos de oficinas y estructura.

En Andalucía hay ahora 22.800 empleos en el sector, 14.500 menos que hace doce años (el descenso es del 39%). Málaga es la provincia andaluza donde menos ha bajado en porcentaje (en Huelva y Cádiz, por ejemplo, se ha perdido el 48-49% y en Sevilla el 40%). CCOO lo achaca en gran medida a la presencia y fortaleza en la provincia de Unicaja que, tras la gran reestructuración que sufrió en su momento el sector, se quedó como el único banco con sede social en Andalucía. Así, el peso de Málaga en el empleo bancario de la comunidad ha crecido ligeramente: de suponer en 19% en 2008 se ha pasado al 22% en 2020, una tasa que la coloca líder en representatividad junto a Sevilla.

La caída del empleo va en consonancia con la clausura de oficinas. En la provincia de Málaga ya se han cerrado cerca de 690 sucursales desde 2008 (cuando se alcanzó el tope histórico de 1.400), según los últimos datos del Banco de España, correspondientes a junio de 2020. Así, quedan 720, el nivel más bajo desde 1985.

El goteo de cierres continuará, según explican los expertos, ya que la perspectiva es que el cliente realice cada vez más sus gestiones de forma telemática. En estos años se ha echado el candado en el país a 22.300 oficinas (un 40% del total que había). Quedan cerca de 24.000 y el pronóstico del Consejo General de Economistas es que en el próximo lustro podrían cerrarse la mitad, es decir, unas 12.000. Ese vaticinio dejaría a Málaga con unas 360 sucursales.

«El proceso de operatividad digital es imparable y hará que cada vez sea menos necesario ir a las oficinas. La situación originada por el coronavirus ha servido incluso para acelerar esta dinámica. Las sucursales se quedarán sólo para servicios especializados, tipo banca privada o empresas, o para operaciones donde los clientes vayan a asesorarse sobre productos financieros», dicen.

España, de entrada, tiene aún más sucursales que la media europea, por lo que hay margen de ajuste. La ratio es de 55 oficinas por cada 10.000 habitantes, frente a las 40 de Italia, las 34 de Francia o la 11 de Alemania.

Málaga es la sexta provincia con más cierres desde 2008, también porque es una de la zonas con mayor red. Barcelona es la primera con 3.690 que dejan el total en 2.233 y Madrid ha suprimido 3.138 y se queda con 2.954. En Valencia se han cerrado 1.434 (tiene 1.207), en Alicante 942 (hay 820) y en Sevilla 752 (hay 776).

El ajuste está siguiendo, por otro lado, criterios de rentabilidad: los cierres han ido afectando a oficinas de menos clientes y menor volumen de negocio. Las que más han caído son las de los pueblos. Una quinta parte de los municipios de la provincia (22 de 103) no tiene ya sucursales. Al tratarse de municipios muy pequeños, sobre todo de la Serranía de Ronda y la Axarquía, el porcentaje de población en esta coyuntura es bajo. Un estudio del IVIE con datos de toda España apuntaba a unas 24.600 personas (el 1,5% de la provincia).