Málaga lleva algo más de un año tratando de armar una candidatura que le permita acoger, en junio de 2027, una exposición internacional sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas. En enero, los miembros de la Oficina Internacional de Exposiciones, organismo que elige la ciudad que acoge un proyecto de esta naturaleza, visitaron la capital en enero, antes de que se decretara la alerta sanitaria por el coronavirus y la decisión deberán tomarla en junio de 2021. Así, el alcalde, Francisco de la Torre, y José Manuel Domínguez, director general de la Secretaría General Técnica de Unicaja Banco, han presentado hoy un informe de Analistas Económicos de Andalucía en el que se asegura que el impacto económico de ese evento podría llegar a rozar los 3.000 millones de euros.

En concreto, el movimiento económico que podría generar esta exposición, que podría celebrarse en los terrenos de Buenavista, ubicados en Campanillas, con una superficie de más de 250.000 metros cuadrados más otros terrenos al este y al oeste, llegando a los 800.000 metros cuadrados, sería de 2.915 millones de euros (en torno al 8,1% del PIB provincial de 2019) , de forma que la inversión directa sería de en torno a 700 millones de euros y la complementaria, de 140 millones. En cuanto al número de empleos que podría generar este evento, ha explicado Domínguez en su intervención, asciende a 31.343, el 4,8% del PIB de 2019.

Domínguez ha añadido que se esperan 4,6 millones de visitantes y más de 11 millones de visitas. Cada persona se dejaría entre 50 y 60 euros en su visita al recinto. El informe añade que los efectos se verían incrementados si se tienen en cuenta los impactos positivos a largo plazo, una vez acabada la exposición, derivados de la generación de nuevas actividades, de la localización de nuevas empresas atraídas a la ciudad, de los efectos sobre el turismo, las actividades culturales y el empleo. No en vano, dice Unicaja, el estudio recuerda que a largo plazo impulsará la atracción de nuevas empresas y profesionales en actividades que no cuentan con tradición en la ciudad (actividades innovadoras y de base tecnológica). Las infraestructuras y edificios creados a tal efecto se convertirían en nuevos espacios productivos y educativos para Málaga a medio y largo plazo, dando respuesta, siempre según el estudio, a la demanda de suelo logístico y oficinas y de equipamiento educativo y residencial.

El alcalde, por cierto, ha explicado que ha estado en conversaciones con la Secretaría de Estado de España Global y que ya se ha enviado el cuestionario del Gobierno sobre el proyecto, muy parecido al que, en junio de 2021, se presentará ante la Oficina Internacional de Exposiciones. Por ahora, la acogida del Ejecutivo central ha sido “muy cordial y colaborativa”. Así, ese proyecto se llevará al Consejo de Ministros, una “propuesta que el Gobierno debe hacer suya”, y habrá, o debería haber, una respuesta a mediados del año que viene.

El regidor malagueño ha dicho que el proyecto más parecido a esta exposición es la que hubo en Zaragoza en 2008 sobre el agua, y ha destacado que Málaga tiene infraestructuras necesarias para hacer frente a esta exposición, desde el Aeropuerto a Vialia, pasando por hoteles. No espera De la Torre otra candidatura española que divida la estimación del Gobierno, pero sí podría haberla en la escena internacional.

En este sentido, antes habrá que cerrar un acuerdo con Sepe, la entidad estatal de suelo, por el que el Ayuntamiento recibirá una serie de suelos del Gobierno central y este, otras tantas parcelas, en las que habrá de construir en torno a medio millar de VPO, que complementarían a las cinco promociones ya en trámite para el nacimiento de un nuevo barrio en la ampliación de la Universidad. El regidor ha dicho que en enero o febrero podría firmarse el acuerdo. Hay una inversión que sí deberá hacerse, concluir la A-7054, la carretera de Campanillas, un tramo para llegar a estos terrenos valorado en más de 30 millones de euros, dinero que tendría que venir de la Junta.

La exposición se titulará ‘La Era Urbana: hacia la ciudad sostenible’ es una propuesta de reflexión en torno a uno de los principales retos de la humanidad: hacer compatible el crecimiento demográfico y el desarrollo urbanístico con la protección del medio ambiente y la adopción de soluciones innovadoras que garanticen una mejora de la calidad de vida a los residentes en las ciudades.