La Junta de Andalucía ha lanzado una iniciativa de innovación para mejorar la calidad de vida y atención de los menores con diabetes en el colegio. El Oscar del II Reto Andalucía por una propuesta diferente y reconocida como primera mejor solución es para el equipo Insulclock Liquid Hospital. La pediatra endocrinóloga del Hospital Materno Infantil de Málaga, Isabel Leiva, explica que el premio ha sido el resultado de la unión de dos proyectos. La primera fase del reto es el desarrollo de la idea; y la segunda fase la respuesta. La fusión de ambas ha dado lugar a una solución real, originando la plataforma de Sistema Insulclock Liquid Hospital.

La plataforma ha sido desarrollada por el equipo de Insulclok Liquid Hospital, formado por una empresa de tecnología aplicada a la diabetes y por profesionales del Hospital Regional de Málaga. Leiva explica que iniciaron el proyecto porque «hay alrededor de 40 niños que debutan cada año». Además, el mayor problema que encuentran es «la ansiedad de los padres por la integración de los niños, especialmente en el periodo escolar», indica .

La pediatra asegura que el tiempo en el colegio (donde los niños pasan casi el 40% del día) era un «agujero negro en cuanto a seguimiento» ya que ni el profesional sanitario ni los padres pueden controlar la instancia escolar del menor. La diabetes Mellitus tipo 1 es la diabetes insulino dependiente, es decir, el paciente diabético necesita insulina para su correcto tratamiento diario. Si no existe una formación adecuada, la doctora asegura que puede ser «una barrera en los colegios» debido a que la patología puede acompañarse de descompensaciones agudas, entre ellas, hipoglucemia (bajada de glucosa).

Isabel Leiva enfatiza que es un tratamiento complejo, ya que se necesita medicación de insulina con una administración subcutánea. «La falta de formación unido al miedo de no saber cómo abordar estas situaciones en un centro educativo puede ser un gran reto para la integración de los niños con diabetes», subraya. Además, explica que son menores que llevan un monitor de glucosa continuo, algunos de ellos tienen infusores continuos, bombas de insulina... El desconocimiento del funcionamiento de estos dispositivos genera «una cierta dificultad en la capacidad de actuación del profesor».

La estancia escolar del menor con diabetes requiere de varias fases: bajada de glucosa, administración de insulina y la comida. En la hora del almuerzo, el profesor debe saber qué cantidad exacta de hidratos de carbono lleva la comida y cuánta insulina necesita el niño en dicha ingesta (datos que solo saben los profesionales sanitarios y los padres). Así como, el tipo de actividad que realizará el menor en las próximas horas porque dependiendo de la misma necesitará una cantidad u otra de insulina.

Esta especialista indica que la plataforma es un espacio de formación acreditado, único y de comunicación. En este entorno, se podrán comunicar los tres puntos más importantes para el menor con diabetes: familia, sanitarios y colegios. «El profesor ofrece la información, por ejemplo, con una fotografía de la comida; y el padre da otra, con la cantidad de insulina que necesita el menor según los datos que le proporciona el profesor», explica.

La plataforma también es un espacio de ejecución: «Es muy individualizada, se muestran todos los aspectos clínicos del paciente», mejorando la conectividad y la realización de tareas de formación, comunicación y acción.

Algunos de los riesgos a los que se puede enfrentar el docente es a una hipoglucemia grave: control de glucosa en sangre por debajo de 70. Leiva subraya que esta patología puede generar síntomas neurológicos como convulsiones o pérdida de conciencia. No obstante, cuando ocurre una situación de emergencia como esta «es vital tener una actitud eficaz para controlar al menor», subraya. La respuesta del equipo ha sido incluir en la plataforma un código rápido de actuación sobre que hacer hasta que llegue el 061.

Insulclock Liquid Hospital afirma que el proyecto se diseñó para los niños dependientes escolarizados. No obstante, aseguran que también se podría poner en funcionamiento en guarderías y en personas adultas con diabetes que necesiten el cuidado de los especialistas. «Nuestro propósito es que esta plataforma pueda mejorar el cuidado y la administración de insulina de todas las personas diabéticas dependientes». Leiva explica que también quieren que sea un modelo para pacientes con otras enfermedades crónicas y con riesgo de descompensación aguda como el asma, las alergias o las epilepsias.

La profesional indica que la enfermera de endocrinología y nutrición del Hospital Regional de Málaga, Ana Gómez, ha enriquecido mucho el proyecto debido a su «visión como pediatra y como paciente». Gómez, diagnosticada de diabetes por primera vez con 11 años, afirma que la finalidad de la plataforma es crear una protección invisibilidad.

La enfermera Gómez dice que este proyecto permite controlar la evolución clínica del menor, crear una alarma preconfigurada y un mensaje para dar respuesta a las posibles situaciones. Y explica que uno de los grandes objetivos es que el joven no tenga la sensación de necesitar una supervisión continua porque «esa protección en edad escolar puede generar debilidad en el menor».