El crecimiento se previó en un contexto de reactivación permanente de la actividad económica del municipio, que se observaba con anterioridad a la crisis sanitaria. Este aumento de los gastos presupuestados para el año que finaliza adquiere mayor valor si tenemos en consideración que los ingresos que los financian se componen de impuestos y tasas cuyas tarifas y tipos de gravamen se encuentran por debajo de los de otros municipios de similares características, algo en lo que profundizaremos más adelante. De igual modo, en la configuración de estos presupuestos se trataba de favorecer a los contribuyentes malagueños con una importante batería de beneficios fiscales, que han resultado ser de los más altos de España tanto en importe como en el número de contribuyentes y sectores desfavorecidos beneficiados. Política en la que se ha continuado profundizando, con el alcance permitido por las leyes, en los últimos y difíciles meses. Adicionalmente, el incremento de los ingresos asociado al del gasto se fijó en un contexto de congelación de esas tarifas y tipos, reflejando así que su origen se encuentra tanto en una creciente eficiencia para maximizar los recursos sin incrementar la presión fiscal, como en los esfuerzos realizados para que todos contribuyamos al sostenimiento de nuestra ciudad.

Un simple repaso de las grandes cifras presupuestarias aprobadas en los últimos años por el Excmo. Ayuntamiento de Málaga acredita la capacidad del consistorio malagueño para cuadrar sus presupuestos anuales bajo la premisa fundamental de la moderación fiscal. Este hecho se ve corroborado por la actual situación de pandemia, cuyos elevados gastos suplementarios imprevistos han podido ser abordados incluso con ingresos mermados por la paralización y posterior ralentización de la actividad económica.

Los datos actualizados publicados en la web del Observatorio Tributario Andaluz (www.ota.malaga.eu) ponen de manifiesto que la fiscalidad en la ciudad de Málaga es más ventajosa para los ciudadanos que la establecida en otros municipios de su entorno y más propicia respecto a otros municipios de similares características y dimensiones.

En concreto, Málaga es la ciudad con el IBI Urbano más bajo entre las ocho capitales andaluzas (tanto en el tipo de gravamen establecido como en los ingresos recibidos por dicho impuesto) y de los más bajos entre seis capitales con mayor población de España. Ocupa, además, el número 41 entre las capitales de provincia de toda España. Según estas mismas fuentes, es una de las ciudades que dispone de menores ingresos tributarios por habitante de las seis capitales españolas de mayor población.

Una visita a la nueva plataforma web del Observatorio Tributario Andaluz (OTA) nos presenta numerosas comparaciones sobre la fiscalidad municipal muy favorables a la ciudadanía malagueña y que, desde luego, contribuyen al desarrollo económico de nuestra ciudad.

Lo anterior se ve completado, además, con las bonificaciones potestativas (aquellas que permite pero que a cuya implantación no obliga el marco legal) disponibles, a las que se añadirían las reducciones aplicadas en el IBI y la exención de la plusvalía por la dación en pago, destacando entre ellas el conjunto de bonificaciones en la cuota de este último impuesto aplicable a las transmisiones de inmuebles por herencia. Por ello puede afirmarse sin temor a equivocarse que el Excmo. Ayuntamiento de Málaga sigue dando muestras de gestionar el dinero público con criterios de eficacia, rigor fiscal y de eficiencia: de saber hacer más con menos, como ha sido el caso, especialmente en los últimos nueve meses.

Esa eficacia y eficiencia tienen su reflejo en que los presupuestos del Excmo. Ayuntamiento de Málaga para el ejercicio 2020 van a permitir gastar en servicios un 2,68% más que en 2019 o lo que es lo mismo, la prestación de servicios a los malagueños y malagueñas supondrá más de 20 millones que los que se emplearon en 2019. El gasto social, que se ha incrementado significativamente desde marzo, vuelve a ser el de mayor envergadura y las inversiones, sumados los planes de conservación en distritos y en parques industriales, superarán los 92,5 millones de euros, con un aumento respecto al presupuesto anterior del 10% (muy superior al crecimiento del importe total presupuestado comentado anteriormente).

A grandes rasgos, los presupuestos aprobados para este difícil año van a permitir en primer lugar, soportar los embates de la inesperada y devastadora crisis que padecemos, mantener el empleo público, mejorar, especialmente ahora, la calidad de los servicios municipales, aumentar la inversión (lo que ocurre por séptimo año consecutivo), dar una especial prioridad a las políticas sociales, aplicar políticas de fomento del empleo en esta difícil situación, acortar los periodos de pago a proveedores con mayor agilidad y reducir la deuda en un 36,5%, una de las reducciones de pasivo bancario más importantes entre las 6 grandes capitales de España o las capitales de Andalucía, de forma que el abordaje de la recuperación en los próximos años se realice desde sólidos cimientos y de la forma más saneada posible.

Además, con objeto de contribuir a una pronta recuperación del tejido socio-económico de nuestra ciudad, apoyando de la misma forma el mantenimiento de sus cimientos, se sigue trabajando de cara al próximo año en medidas como las implantadas en 2020, de aplazamiento de los pagos, modificaciones del calendario fiscal, reducción de la carga tributaria o paquetes de ayudas y subvenciones a los sectores más perjudicados por la crisis, orientando tanto las políticas de ingreso como las de gasto hacia criterios de máxima flexibilidad que permitan cuanto antes el restablecimiento de los niveles de actividad y progreso previos a este fatídico año.

Para concluir, la ciudad de Málaga está contando en 2020 con unos presupuestos que van a permitir soportar firmemente los embates de esta pandemia, mantener a nuestra ciudad en la posición de liderazgo nacional de la que disfruta y, sobre todo, incurrir en el importante gasto social que la situación requiere, saliendo seguramente reforzada, más unida y más solidaria. Todo ello en un escenario de congelación de impuestos, con un ahorro fiscal de más 20 millones de euros para los ciudadanos de Málaga gracias a las reducciones de tributos y las nuevas bonificaciones fiscales puestas en marcha en la legislatura anterior y un índice de endeudamiento que se situará a finales de 2020 en el 53,23% (56,7 puntos por debajo del límite legal). Adecuadas bases para el futuro esperanzador que comienza afortunadamente a atisbarse.