El año 2020 ha estado marcado por la pandemia del coronavirus, que en la provincia de Málaga ha alcanzado estas últimas horas de 2020 más de 40.000 personas contagiadas y 774 víctimas mortales. Es la tercera provincia andaluza más afectada por la pandemia que ha marcado en todo el planeta el año que ya concluye, aunque durante toda la primera ola se mantuvo a la vanguardia tanto en casos positivos como en número de fallecidos.

De hecho, la enfermedad del Covid-19 dejó en la provincia de Málaga las dos primeras muertes en territorio andaluz. Fue el 12 de marzo y aún restaban horas para que el Gobierno central decretase un histórico estado de alarma y confinamiento general de la población. Han sido en el ámbito sanitario cerca de diez meses de absoluta tensión, con las dependencias hospitalarias al borde del colapso durante muchas semanas, especialmente en primavera.

El año arrancaba precisamente con unas primeras noticias que fijaban la atención en China, a raíz del brote de un virus hasta entonces desconocido por su extraordinaria capacidad de contagio. Algunos malagueños relataban a este periódico, a finales de enero, la imposibilidad de regresar a su puesto de trabajo en suelo chino, justo como consecuencia de las restrictivas medidas impuestas por las autoridades de aquel país. Con el paso de las semanas, a lo largo del mes de febrero, Italia empezó a sumar los primeros focos activos y a decretar confinamientos perimetrales en determinados territorios y ciudades.

La alerta en España no se extendió hasta horas antes de que se confirmaran los primeros fallecimientos en provincias como la malagueña. Para el primer fin de semana con medidas extraordinarias, Málaga alcanzaba ya casi 200 contagiados de los más de 400 que acumulaba la comunidad autónoma y cuatro de las seis víctimas mortales andaluzas con coronavirus. Apenas un mes más tarde, a mediados de abril, los contagiados eran ya más de 2.200 y las muertes, cerca de 200.

Las urgencias sanitarias empezaron a acercarse al colapso, así como las camas para cuidados intensivos, de manera que la Consejería de Salud y Familias empezó a acondicionar recintos excepcionales, como las instalaciones del pabellón deportivo de Carranque en el caso de Málaga capital.

La primavera fue muy dura. No sólo por la incertidumbre que generaba un virus hasta entonces poco conocido y sin margen para encontrar rápidamente una vacuna. Pesaba asimismo la situación económica que, en sectores como la hostelería y el turismo en general, propició que las organizaciones benéficas tuviesen que triplicar su capacidad de asistencia.

Fueron tres meses de confinamiento que se llevaron por delante a unas 290 personas que habían dado positivo por coronavirus. Hasta 6.000 positivos acumuló la provincia hasta mediados del mes de agosto, cuando ya se daba por controlada la primera ola.

Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Si el regreso a las aulas en septiembre no deparó nuevos focos de contagio ni peores cifras respecto a la evolución de la enfermedad, las primeras semanas de octubre marcaban un claro punto de inflexión y la proliferación de brotes en residencias y empresas. La segunda ola que ahora vive sus mejores datos de todo el trimestre ha sido especialmente virulenta en cuanto a la mortalidad. De hecho, en la provincia malagueña se han registrado en este periodo 484 fallecimientos frente a los algo menos de 300 de la primera oleada. Es decir, dos de cada tres decesos en la provincia corresponden a estos últimos meses.

En cuanto a contagios, aunque las autoridades subrayan que en los primeros meses se hicieron muy pocos PCR y de esa forma escaparon a las estadísticas muchos positivos, el número total ha pasado de más de 6.000 a más de 40.000. Así, el 85% de todos los positivos son de la segunda ola. Al mismo tiempo han aumentado exponencialmente los curados, de 4.000 a más de 30.000. En este capítulo, el 89% de las personas que han superado la enfermedad también lo han hecho a partir de mediados de agosto.

Todos estos números son globales, sumados los seis distritos sanitarios malagueños. Pero hay que hacer justicia respecto a las diferencias que ha mostrado la pandemia de unos a otros territorios. El distrito sanitario Málaga rompe la estadística general y lamenta por ahora menos muertes en la segunda oleada que en la primera. Fueron 159 hasta mitad de agosto y 138 desde entonces.

En el extremo opuesto figuran tres distritos sanitarios que durante la primera ola fueron de los que registraron mejores números de toda Andalucía. Costa del Sol, Axarquía y Serranía de Ronda han incrementado el número de fallecidos, respectivamente, en un 83,5%, 74% y 74,5%. Son números que se sitúan muy por encima de la media provincial del 62,5%. Así, en el litoral occidental se ha pasado de 45 decesos hasta agosto a cerca de 200, por ejemplo.

También es destacable que la provincia malagueña haya afrontado los últimos días del año con 99 municipios con al menos un contagiado. Restan por lo tanto apenas cuatro pueblos sin ningún positivo confirmado. En la comarca de la Axarquía, el único término en tal situación es el de Canillas de Albaida, mientras que en la Serranía rondeña son hasta tres: Atajate, Benadalid y Faraján. En otro capítulo meramente estadístico, hasta 59 términos municipales han contabilizado al menos un fallecimiento con la enfermedad.

Hasta 15 municipios ha superado hasta la fecha la decena de víctimas. Los más afectados son Málaga capital, con 276 sobre un total de 774 de toda la provincia, y Marbella, con 85 muertes. Les siguen Vélez-Málaga (45), Ronda (40), Benalmádena (33), Antequera (22), Guaro (22), Fuengirola (20), Torremolinos (20), Rincón de la Victoria (19), Estepona (17), Alhaurín de la Torre (16), Cuevas de San Marcos (16), Mijas (14) y Archidona (14).