El año 2020 que ahora acaba ha sido catastrófico en muchos sentidos debido a la pandemia y también en lo referente a la economía y el empleo, que han sufrido en Málaga un batacazo sin precedentes. Se calcula que el PIB de la provincia puede sufrir una caída sin precedentes en la era moderna de entre un 12,5% y un 15,2% lo que, además, será el descenso más elevado de entre todas las provincias andaluzas. El paro ha subido en más de 45.000 personas en los últimos doce meses, fruto de la parálisis de sectores claves para la provincia como el turismo, la hostelería o el comercio, lo que ha elevado la cifra de parados hasta los 194.500 (el incremento es del 30%). Este dato de desempleo no se veía desde hace seis años, cuando todavía se estaba saliendo de la anterior crisis.

El impacto del coronavirus en la actividad ha sido brutal, como evidencia el que Málaga sea la tercera provincia española donde más ha subido el paro tras Madrid (86.655) y Barcelona (66.942).

Respecto al empleo, el número medio de afiliados a la Seguridad Social en Málaga evidencia también los estragos de la pandemia, ya que hay 24.543 menos que en 2019. La cifra de cotizantes se sitúa ahora en 601.539.

Todas estas cifras podrían ser aún peores si no se hubieran articulado mecanismos especiales para la ocasión como los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En Málaga hay actualmente 30.847 personas incluidas en los mismos, y no contabilizadas por tanto como desempleados, según los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La cifra de personas en ERTE alcanzó un máximo de más de 122.000 personas en los primeros meses de la pandemia y fue bajando en verano, pero con la llegada del otoño el volumen se ha estancado y ahora, en el último mes, ha crecido de nuevo debido a las medidas de restricción horaria y de movilidad que se han adoptado en las distintas comunidades, entre ellas Andalucía.

El cobro de las prestaciones de los ERTE ha sido otro de los caballos de batalla en este dificilísimo año, donde los ciudadanos han tenido que realizar la mayoría de los trámites ante la Administración de forma telemática. Muchas personas se han quejado de no haber cobrado en tiempo las prestaciones. El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que tiene 315 empleados en Málaga, ha reforzado la plantilla este año con motivo de la pandemia con 60 trabajadores extra. Treinta de ellos se incorporaron en verano y otros treinta lo han hecho este otoño. El objetivo es sobre todo agilizar la recepción y tramitación de los ERTE para que los afectados cobren sus prestaciones en el menor tiempo posible. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) también se está reforzando con medio centenar extra de empleados públicos para gestionar los expedientes relativos al Ingreso Mínimo Vital, que en Málaga se ha reconocido de momento a 6.899 familias (el 12% del total de las que lo han solicitado, tras comprobar que cumplían los requisitos).

El turismo, la hostelería o el comercio son algunos de los segmentos que más han sufrido en este fatídico año 2020, que mantuvo negocios cerrados durante los meses de marzo, abril y mayo y obligó a cancelar celebraciones tan importantes a nivel social y económico como la Semana Santa y la Feria de Agosto. El verano, en el que se tenían ciertas expectativas de recuperación, fue también un fiasco debido a la imposibilidad de que llegaran turistas extranjeros en masa a la Costa del Sol. Hoteles, restaurantes, chiringuitos y actividades de ocio sufrieron la peor temporada que se recuerda. La cifra general de visitantes ha caído un 73%, con meses donde los descensos de turistas foráneos superaban incluso el 90%.

El golpe que se ha llevado la economía se ha traducido también en una sensible caída del número de empresas. Ahora mismo hay 52.870 firmas de alta en la Seguridad Social, con un descenso del 10% en relación a las mismas cifras del pasado año. Por el camino se han quedado 5.260 empresas, a la espera de saber si en los próximos meses el censo de compañías se va recuperando.

Con todo este panorama, se prevé que la economía de la provincia de Málaga sufra este año la mayor caída de toda Andalucía, con un descenso previsto del PIB del 12,5% en el mejor de los escenarios y del 15,2% en el cálculo más pesimista si la recuperación se retrasa. Las previsiones son de Analistas Económicos de Andalucía, la sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco, que destaca el tremendo daño que la pandemia ha provocado en el turismo, donde Málaga es el indiscutible motor andaluz.

El año 2020 también deja malas noticias para la industria de Málaga. Coca Cola anunció en octubre el cierre de su histórica fábrica situada en las inmediaciones del aeropuerto, junto a la barriada de San Julián, y que contaba con 60 años de historia. Tras un mes de negociaciones se pactaron finalmente prejubilaciones para los mayores de 55 años, indemnizaciones por despido para quienes decidan extinguir su contrato y recolocaciones en la planta sevillana de La Rinconada con ayudas sociales para el traslado. La fábrica, que todavía sigue en producción, cerrará definitivamente sus puertas el 15 de enero.

Esta noticia volvió a encender en Málaga el permanente debate sobre el modelo productivo y su necesidad de diversificación. Los servicios concentran ya el 82% de la riqueza de la provincia, la construcción aporta otro 8,4%, la industria marca mínimos del 5,3% y la agricultura se queda en el 3,2%. En todo caso, sindicatos y empresarios discrepan sobre el cambio de modelo: los primeros creen que se necesita más industria para generar empleo estable y mejor remunerado mientras que los segundos piden que no se denoste el turismo, y abogan por potenciar un tejido tecnológico que entienden como de más futuro que el de la industria tradicional.

Pese a todas las malas noticias que deja el año, hay también aspectos positivos. El PTA, con sus más de 600 empresas y 20.000 trabajadores, resiste con un modelo muy fácilmente adaptable al teletrabajo. El sector agrario también se ha revelado como esencial y es el principal sostén de unas exportaciones malagueñas que crecen internualmente un 1,2% hasta octubre, escapando de la tónica de descenso de otras zonas. El ´agro' reúne el 58% de la facturación total y la Cámara de Comercio de Málaga constata una gran subida de operaciones. China es un mercado donde se vende cada vez más, mientras está por ver el impacto del brexit en las ventas al Reino Unido en 2021.