Crisis del coronavirus

El impacto del Covid-19 podría elevar las pérdidas en Málaga hasta los 5.500 millones de euros

Se baraja una caída de entre el 12,5% y 15,2% en el PIB de 2020 mientras el paro sube un 30% y las empresas caen un 10% - Empresarios y economistas hablan de annus horribilis y piden la prórroga de los ERTE así como apoyo fiscal ante el riesgo de que haya una cascada de quiebras a partir de marzo

Un establecimiento de hostelería recoge sus sillas durante una de las jornadas sujetas a restricciones horarias de la actividad.

Un establecimiento de hostelería recoge sus sillas durante una de las jornadas sujetas a restricciones horarias de la actividad. / Álex Zea

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

El año 2020 dejará una enorme factura en la economía, el tejido empresarial y el empleo de Málaga por el impacto de la pandemia, tras el desplome sin precedentes del consumo y la actividad. Los cálculos de Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja, vienen señalando que el Producto Interior Bruto (PIB) de Málaga puede haber sufrido una caída en el ejercicio de entre un 12,5% en el mejor escenario y de un 15,2% en el más pesimista, a falta de ver la evolución de este último trimestre. Teniendo en cuenta que, según el instituto andaluz de estadística IECA, el PIB malagueño a precios corrientes fue en 2019 de 36.200 millones de euros (el mayor de toda la serie histórica), las pérdidas originadas por la pandemia se moverían así, según un cálculo realizado por este periódico con extrapolación a precios reales, entre casi 4.500 y 5.500 millones.

Para este 2021 sí se espera, de entrada, un repunte del PIB, aunque su intensidad estará sujeta a la evolución sanitaria. No se prevé, de cualquier forma, que pueda paliar todo lo perdido este año, por lo que habría todavía que esperar a 2022 o 2023, si todo va bien, para tratar de llegar a un punto económico más o menos similar al previo a la pandemia.

De momento, los daños en el ámbito empresarial y laboral son tremendos. El paro en la provincia ha subido en más de 45.000 personas en los últimos doce meses, lo que ha elevado la cifra de parados hasta los 194.500 (el incremento es del 30%). Este dato no se veía en Málaga desde hace seis años, cuando aún se estaba saliendo de la anterior crisis. La tasa de desempleo afecta al 22,6% de la población activa malagueña.

Las cifras podrían ser aún peores sin los mecanismos especiales articulados para la ocasión, caso de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). En Málaga hay actualmente 30.847 personas incluidas en los mismos, y no contabilizados por ello como parados. La cifra de personas en ERTE alcanzó un máximo de 122.000 en los primeros meses de la pandemia y fue bajando en verano, pero con la llegada del otoño el volumen se estancó e incluso repuntó debido a las medidas de restricción horaria y de movilidad que se adoptaron.

El golpe a la economía se traduce también en una sensible caída del número de empresas. Ahora mismo hay 52.870 firmas de alta en la Seguridad Social, con un descenso del 10% en relación a las cifras del pasado año. El descenso es de 5.260 firmas.

La secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Natalia Sánchez, califica el 2020 con el conocido término de annus horribilis. «Ha sido el peor año de toda nuestra historia reciente en términos económicos, al margen por supuesto de la tragedia de pérdida de vidas humanas. El año ha sido letal para muchos negocios. Por ver algo positivo, diría que ha servido para evolucionar mucho en temas como la digitalización de las empresas, el teletrabajo el comercio electrónico», comenta. Pero hay un dato devastador: en toda la anterior crisis, cuyos efectos más nocivos se reflejaron entre 2008 y 2013, la caída acumulada del PIB ni fue tan grande como la que se calcula para este fatídico 2020.

Sánchez también destaca los planes para Málaga y Andalucía que la patronal ha firmado, acompañada por los sindicatos, con la Diputación y la Junta. «Con el diálogo social se han puesto en marcha iniciativas para sobreponernos a la situación socioeconómica y al empobrecimiento empresarial y de las familias», dijo.

De cara a 2021, afirma que el arranque será difícil, sobre todo si hay un tercera ola de contagios. El primer frente a solucionar debe ser la nueva prórroga de los ERTE, que expiran a final de enero y que los empresarios quien prolongar a todo el ejercicio. «Sería lo lógico, porque la recuperación será en todo caso paulatina y seguimos en estado de alarma. El desgaste de las empresas es importante. Eso daría para aguantar», dice.

LA CEM reclama al Gobierno un plan de apoyo fiscal al empresariado, algo que, a su juicio, no ofrecen los Presupuestos Generales del Estado, además de planes de rescate específicos para sectores como el turismo. «Es fundamental preservarlo para que cuando se recobre la movilidad internacional y vuelvan los turistas podamos ocupar de nuevo nuestro lugar», asevera. Destaca también la necesidad de recabar proyectos entre las empresas para presentarlos a los fondos europeos Next Generation, que se habilitarán en este nuevo año.

Por su parte, el decano del Colegio de Economistas de Málaga, Juan Carlos Robles, explica que, según sus estimaciones, el año cerrará con un descenso del PIB del 14%, y que para 2021 la evolución económica está pendiente de despejar incertidumbres y de que la vacunación vaya generando una «inmunidad del rebaño».

«El primer trimestre va ser también muy parado. Y le tengo mucho miedo al 14 de marzo, porque es cuando expira la moratoria aprobada por el Gobierno que permitía a las empresas con problemas evitar la presentación del concurso de acreedores. Temo que a partir de ese día asistamos a una cascada de declaraciones de quiebras. De hecho, ya estamos viendo un repunte», apunta.

El decano echa en falta ayudas públicas más decididas que aportan liquidez a las empresas y autónomos. «Se han adoptado aplazamientos de pagos muy básicos que no han servido para nada. Se trata de descargar a los negocios de obligaciones fiscales en estos momentos tan complicados. A las empresas hay que darles aire», comenta. Medidas como los créditos ICO o los ERTE tendrán a su juicio que prorrogarse, aunque Robles se pregunta si muchos de los trabajadores acogidos a estos expedientes, que les permiten ir cobrando prestaciones, tendrán una empresa a la que volver. «Hay negocios en ERTE que, si entran en concurso, pasarán a presentar un ERE para extinguir los puestos de trabajo», avisa.

Así, ve un 2021 donde el paro seguirá creciendo y el turismo volverá a sufrir, con la Semana Santa ya perdida y el verano con perspectivas inciertas. La mejor noticia que deja este aciago 2020, a su juicio, son las exportaciones, que suben en Málaga, y la pujanza del sector agroalimentario.