La fastuosa portada de Málaga curiosa I, una ilustración de Gabriel y José Alberto Millán, muestra en la estación de tren de Málaga un soberbio elefante en estado de alerta, puesto en pie, a dos patas, frente a tres toros.

La historia funde dos sucesos reales: la llegada a Málaga en 1866 del elefante 'Pizarro', que en el desaparecido Circo de la Victoria mantuvo singular combate con tres toros, aunque tras dos meses y medio de estancia en Málaga, justo antes de marcharse en tren, el animal se revolvió y destrozó una caseta que servía de cantina en la explanada de la Estación. Su propietario, un americano, tuvo que pagar los daños.

Las poco conocidas andanzas de 'Pizarro' forman uno de los 23 capítulos de Málaga curiosa I.

Como explican sus autores, el periodista Antonio Márquez y el investigador Salvador Jiménez, los dos son amigos de la infancia y hace cuatro años decidieron emprender este proyecto, aunque el empuje definitivo llegó durante el confinamiento.

«En ese tiempo es cuando decidimos que sería el primero de una colección», cuenta Antonio Márquez, que explica que el volumen siguiente ya está previsto para noviembre y no se han puesto límite al número de entregas porque material tienen de sobra.

En cuanto a la forma de escribir, «cada uno ha tenido la libertad de hacerlo de lo que ha querido», comenta Salvador Valverde, que explica que cada capítulo viene firmado por el autor correspondiente, aunque los dos coescribieron uno sobre 'las otras ferias de Málaga', es decir, Feria de Agosto aparte.

Además, cada libro tendrá un capítulo final de un escritor invitado, en este caso del propio editor, Paco Ordóñez Olalla, que desvela que fue Málaga, gracias a Rafael León y Ángel Caffarena, la ciudad en donde por primera vez se publicaron en español unos poemas del griego Cavafis.

En Málaga curiosa, subrayan los autores, hay historias de ayer pero también de nuestros días. De ayer es la poco divulgada noticia de que la nao Victoria, la que dio la vuelta al mundo, debe su nombre a la advocación de la Virgen de la Victoria que los frailes mínimos divulgaron a través de su casa madre en Málaga.

De nuestros días, por ejemplo, son sendos capítulos dedicados al restaurante Nerva -un pequeño museo de Eugenio Chicano- y al padre Gámez, que cuenta con un monumento en la calle Amargura, «porque muchos malagueños no sabrán quién fue el padre Gámez de aquí a poco», argumenta Antonio Márquez.

El objetivo de la obra, cuenta el periodista, es que gracias a este libro y los que le sigan los malagueños puedan recorrer las calles de la ciudad y poder contar historias de muchas de ellas.

Para Salvador Valverde, esta aventura compartida, además de recuperar una amistad de la infancia supone «aportar mi grano de arena a la historia y cultura de Málaga».

De la buena recepción del libro, que salió el 31 de diciembre, habla el que ya se haya agotado. Volverá a las librerías, con una nueva tirada, este viernes, día 8.