La asociación de monitores medioambientales Almijara ha propuesto que el Ayuntamiento de Málaga realice un concurso de ideas, para poder dar una salida útil a los cerca de 600.000 kilos de naranjas amargas de las calles de la capital que, como informó La Opinión de Málaga el pasado día 3, acaban en el vertedero de Los Ruices durante los meses de diciembre y enero, al no darles ningún uso.

«Medidas y soluciones hay un montón, lo que hace falta es innovación, hacer un concurso de ideas», explicó ayer Miguel Ángel Barba, fundador de Almijara.

El monitor medioambiental recordó que en muchas partes de España se está dando una utilidad a las naranjas que en Málaga podría traducirse en «más puestos de trabajo».

Así, recordó que en Cataluña de las cáscaras de las naranjas y la pulpa blanca se extraen policarbonatos, que luego se emplean en fundas para móviles e incluso para las ventanas de los aviones.

También de la cáscara y la pulpa blanca de los cítricos se extrae el limoneno, «que ayudaría a sustituir un producto cancerígeno como es el bifenol A» y además puso el ejemplo de una empresa de zumos de Huelva que aprovecha la cáscara para fabricar un bioplástico «que luego emplean para los envases de esos zumos».

«Soluciones hay muchas para que las naranjas de las calles de Málaga no acaben en la basura», destacó Miguel Ángel Barba, que animó al Ayuntamiento a contactar con la Universidad de Málaga para encontrar soluciones, aunque consideró que un concurso de ideas podría poner esas soluciones en bandeja, en un contexto además favorable para ellas: «Las ayudas que por la crisis está dando la Unión Europea son para la transición ecológica, imagínate una cooperativa malagueña que se encargara de recuperar todo eso», destacó.

El director general del Área de Medio Ambiente, Luis Medina-Montoya, señaló ayer que el concurso de ideas le parece una buena iniciativa, «pero habría que hacerlo como mínimo a nivel provincial, por medio de la Diputación, porque hay otras ciudades con muchos naranjos, como es el caso de Marbella».

De todas formas, consideró que una fórmula mejor sería una licitación pública, para que empresas ya existentes pudieran presentar sus opciones. «El coste de recoger las naranjas ya lo tenemos asumido pero lo que tendría que ofrecer la empresa es una contraprestación para la administración», indicó.

En todo caso, también recordó que «no se trata de una materia prima con un suministro constante en el tiempo, es mucho material pero en un periodo muy reducido», lo que también afectaría a la producción de esos negocios.

De cualquier forma, Luis Medina-Montoya subrayó que el Ayuntamiento tiene «todo el interés del mundo en que esas naranjas vayan a otro sitio que no sea el vertedero».

El pasado día 4, este diario informó de que de los 6.876 naranjos plantados en Málaga capital se iban a recoger 580.920 kilos para depositarlos en Los Ruices. Años antes, una empresa se dedicaba a recolectarlas y el producto se transformaba en pienso para animales, perfume o mermelada de naranja agria.