Si la promoción de la Naturaleza se tradujera en dinero contante y sonante para las arcas públicas, la ciudad de Málaga hace muchos lustros que sería un vergel de frondosidades amazónicas, con ardillas cruzando de rama en rama desde Sacaba hasta La Araña.

Por desgracia, tareas hercúleas como la reforestación de los Montes de Málaga necesitaron décadas para hacerse realidad, una magnitud temporal que nuestros políticos del siglo XXI no están dispuestos a soportar.

Y sin embargo, ninguna promoción de viviendas, hotel casino o estadio de fútbol frenará el cambio climático que ya se nos echa encima. Lo podrá mitigar, entre otros aspectos importantes, una mayor cantidad de zonas verdes y respeto por la Naturaleza. Por eso, mientras asistimos cada vez con más frecuencia a algo tan descriptivo como los 'fenómenos meteorológicos extremos', de forma casi paralela en Málaga se está viviendo entre los colectivos ciudadanos una preocupación por el Medio Ambiente que hace solo veinte años resultaría impensable y que ya no entiende de fronteras ideológicas.

Como se hizo eco esta sección, Ecologistas en Acción presentó hace poco un proyecto para renaturalizar el río Guadalmedina en su tramo urbano de hormigón, después de conseguirlo con gran éxito en el madrileño Manzanares.

A comienzos de semana este periódico daba la noticia de la preocupación de ecologistas y expertos de la UMA por el traslado de una planta endémica de Arraijanal porque más parecía una limpieza del terreno para dejar paso a los proyectos inmobiliarios en marcha. También han recordado que hay un par de insectos que en todo el mundo sólo se han localizado en este rincón con playa virgen de Málaga.

El pasado martes, por otra parte, conocíamos la preocupación de la Asociación de Vecinos de Pedregalejo por el mal estado en que ha quedado el 'Limonium malacitanum' de los Baños del Carmen tras el temporal. En 2019 ya recordaron que la protección de la Junta (un vallado) era insuficiente.

Y entre los dos distritos más poblados de Málaga -la Carretera de Cádiz y la Cruz del Humilladero- la plataforma ciudadana Bosque Urbano Málaga sigue reivindicando 17 hectáreas de zona verde en los terrenos de Repsol, donde sólo hay proyectado un parque de 6,5 (comparen con las 34 hectáreas del Parque de María Luisa de Sevilla).

Iniciativas y preocupaciones del siglo XXI que en muchas ocasiones pillan con el pie cambiado a nuestros políticos. El cambio climático no les pedirá la vez.