Medio ambiente

El Zoosanitario sigue el camino del sacrificio cero

El Centro Zoosanitario municipal ha logrado reducir las eutanasias a perros y gatos en 2020 un 63% y un 49,5%, respectivamente, pero sus responsables quieren endurecer aún más el procedimiento individualizando cada decisión

Un gato que se encuentra ahora en el Centro Zoosanitario de la capital.

Un gato que se encuentra ahora en el Centro Zoosanitario de la capital. / Álex Zea

José Antonio Sau

José Antonio Sau

El sacrificio cero de animales es una meta largamente perseguida por la sociedad, pero la lucha por lograrlo es dura, compleja, y debe ir acompañada de la caída de otros indicadores. Aunque parece, a tenor de los datos y las intenciones del personal que depende del director general de Sostenibilidad Medioambiental, Luis Medina-Montoya, que ya se está en el camino correcto. No en vano, explica este alto cargo municipal, en el Centro Zoosanitario de la capital no dejan de caer los registros de las eutanasias desde 2011 y en 2021 se va a endurecer aún más el procedimiento, pues se quiere individualizar cada decisión final sobre el animal, valorando cada circunstancia y aumentando el seguimiento sobre estos perros y gatos (son los animales más numerosos en las instalaciones). En definitiva, es imposible no sacrificar, explica, porque muchos de ellos son recogidos muy enfermos en la calle, pero la idea es ir reduciendo, como se refleja en los datos, las eutanasias.

La meta está clara y los datos alumbran estas intenciones de Medina-Montoya y el equipo de Sostenibilidad Medioambiental. En 2011 fueron eutanasiados 1.093 perros, mientras que en 2019 esa cifra cayó un 80%, hasta los 216 canes. En cuanto a los gatos, y en la misma horquilla de tiempo, en 2011 fueron sacrificados 889 y en 2019, 271, con una caída del 70%. La tendencia es, claramente, a la baja. También en 2020. El número de animales que han sido sacrificados entre enero y noviembre de 2020, y en relación al mismo periodo de 2019, registra caídas de un 63,03% en el caso de los perros y de un 49,45% en el caso de los felinos.

¿Por qué hay menos sacrificios? La explicación no es sencilla. La Ley andaluza obliga a los Centros Zoosanitarios a recoger a todos los animales que les lleguen, es una disposición de 2003 que quería evitar que la gente los abandonara. Así, tienen que mantenerlo durante 10 días y luego ha de salir en adopción, ser cedido o, si no, sacrificado. Esta ley nace en un contexto en el que tanto la Protectora como el Zoosanitario estaban saturados. Pero hoy han caído los registros y existe mayor sensibilidad social, explica Medina-Montoya. Por ejemplo, en el caso de los perros, las entradas de estos en el Zoosanitario han caído (entraron 2.304 en 2011 y en 2019, 752). «Entran menos perros por que ha subido la esterilización, hay adopciones y ha caído el abandono. En Málaga también ha tenido que ver la identificación con el microchip, porque el 85% de los perros están identificados por su ADN y eso, a su vez, ha reforzado la identificación con el chip. El ADN es obligatorio y hay que llevar la chapa con el código QR, no se hace el ADN sin microchip. El reto ahora es conseguir lo mismo con los gatos». Han subido, por tanto, las esterilizaciones, aunque aún queda mucho camino por recorrer, existe la vía de las adopciones, que este año en el Zoosanitario también han caído, se palpa menos abandono (un parámetro difícil de medir), pero además se estudian nuevas alternativas como la cesión de perros a diferentes asociaciones, las acogidas temporales, etcétera... En 2020, las adopciones han caído precisamente porque han entrado muchas menos mascotas. Gran parte de los animales eutanasiados en este centro, dice Medina-Montoya, lo son porque los dueños los traen con problemas gravísimos de salud, prácticamente insolubles, para ahorrarse el dinero del veterinario. Asimismo, este explica que los perros muy agresivos se ceden a una asociación con el fin de que los adiestren y trabajen con ellos, «hacemos cesiones a asociaciones para reinsertarlos, tratamos de hacer esto lo más posible». Asimismo, «hay perros muy agresivos que están moribundos, enfermos», dice en referencia a la fecha, mediados de diciembre.

Ahora que entran menos animales y, por tanto, la capacidad asistencial del Zoosanitario no está desbordada, es el momento de endurecer el procedimiento de eutanasia: «En 2021 vamos a distinguir qué perros vienen muy enfermos de los otros que entran, este es un alto porcentaje, quiero saber más y afinar las causas de cada sacrificio. Antes las hojas las teníamos con muchas casillas para 20 o 30 perros que entraban al día, pero la información era mínima; como se ha reducido tantísimo la cifra de eutanasias, quiero que cada animal sea gestionado de forma individual, que se explique cómo ha llegado, por qué y si se sacrifica, de forma que yo dé el visto bueno; es endurecer, afinar o, si se quiere, individualizar el procedimiento, aumentando el seguimiento». Eso sí, advierte Medina-Montoya, «el sacrificio cero es imposible, hay perros que no tienen solución, muchas veces los traen aquí para ahorrarse el sacrificio, los traen moribundos». Una idea que se está aplicando en otros países es que los propietarios paguen una tasa por tener al animal y, cuando muere, se da de baja en el registro para no abonar esa tasa, que es casi simbólica. «Así se fomenta la tenencia responsable», recalca. Las adopciones han caído en 2020, recalca, porque han entrado menos animales (entre otras cosas, por el confinamiento y porque, insisten una y otra vez los funcionarios, hay mayor conciencia social. La cifra de bajada de enero a noviembre de 2020 y en relación al mismo periodo de 2019 es del 15,3% en el caso de los perros). De cualquier forma, este alto cargo municipal pide más reflexión a la hora de adoptar, destaca el trabajo hecho con escolares, de hecho en 2019 visitaron las instalaciones unos 5.000, reseña que cada sábado vienen los voluntarios de Perros Málaga a pasear a los canes que están en el centro y explica que con la asociación Amán se están gestionando las colonias felinas urbanas, unas 170, de forma que se hace, incluso, mediación con los vecinos, hay cuidadores (que deben tener un carné) que les dan de comer, detectan las enfermedades y hasta son visitados los felinos por veterinarios.

El Zoosanitario sigue el camino del sacrificio cero

El Zoosanitario sigue el camino del sacrificio cero

En el centro hay también caballos (muchas veces hallados por la Policía Local tras ser abandonados o estar involucrados en accidentes), tortugas y hasta una cabra africana. «Antes se sacrificaba por un problema de espacio, ahora mismo a una eutanasia le damos 20 vueltas. Además, la gente ya esteriliza mucho a los perros y gatos y están entrando menos camadas indeseadas. Hay adopciones, cesiones y más civismo». También se impulsan campañas en redes o en los medios para impulsar la adopción. «El problema es que muchos adoptan sin valorarlo con detenimiento, ven al perrito tan mono y, cuando pasan dos o tres años, los dan», se queja Medina-Montoya, que es optimista: «Vamos camino del sacrificio cero, pero primero hay que llegar al abandono cero». «Estamos alcanzando el objetivo» y destaca el gran trabajo de las asociaciones animalistas. «El Ayuntamiento dará en 2021 en torno a 80.000 euros a la Protectora; y a Aman se le dan en torno a 40.000 euros para esterilizar gatos». «Hay más conciencia, adopciones, implicación y en Málaga, y esto es muy importante, existe una buena implicación con las entidades de protección animal».