TDAH

Guía para dejar de pensar en las musarañas

Francisco Carrero, doctor en Psicología Evolutiva y profesor de la UMA, publica una innovadora guía para logopedas y también para familias acerca de cómo tratar a niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad

El profesor de la UMA Francisco Carrero, el pasado miércoles con su nueva obra.

El profesor de la UMA Francisco Carrero, el pasado miércoles con su nueva obra. / A. V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Niños que se distraen con el vuelo de una mosca (déficit de atención), que realizan acciones de manera impulsiva o que no paran quietos (hiperactividad). Son tres comportamientos que bien juntos o por separado pueden evidenciar que el menor padece un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).

«Es un trastorno de neurodesarrollo que si se trata desde pequeño y se hace bien, el niño automatiza todas esas habilidades y luego se le nota muy poco de adulto», cuenta Francisco Carrero, doctor en Psicología Evolutiva que ha trabajado muchos años como psicólogo y logopeda y que en la actualidad es profesor de la Facultad de Psicología y Logopedia de la UMA.

De sus manos ha salido, por encargo editorial, la ‘Guía de intervención logopédica en el trastorno por déficit de atención en hiperactividad’, que acaba de publicar Síntesis.

Como explica, aunque está dirigido a logopedas, también lo pueden leer familias, a las que dedica un capítulo, «y porque los padres que hayan leído sobre el tema van a entender bien el lenguaje de libro y van a poder hacer cosas», señala.

Con un caso práctico de un niño de Primaria que recorre toda la obra, la guía se centra en la actuación del logopeda, es decir, en el trabajo que con estos pequeños realiza sobre el lenguaje oral y escrito. «Para ayudarles a organizar lo que dicen, atender a las instrucciones en clase, comprender y luego conseguir que se expresen de una forma que sepan lo que van a decir y lo vayan desarrollando, además de adaptarse al interlocutor», detalla el autor.

Como destaca, es muy importante para los logopedas, cuando empiecen a notar problemas de lenguaje, que «se cercioren de que no hay detrás un déficit de atención o de hiperactividad, porque a veces los dos trastornos aparecen juntos y, en ocasiones, uno predomina sobre el otro».

El profesor de la UMA señala que, según el consenso general, el porcentaje de personas con TDAH en el mundo estaría entre un 4 y un 5 por ciento.

Alumnos en una clase de Primaria de Málaga.  | C.C.

Alumnos en una clase de Primaria de Málaga. | C.C. / alfonso vázquez. málaga

Además, aparte del trabajo que sobre el lenguaje oral y escrito se pueda realizar con estos niños, Francisco Carrero señala la importancia de unas pautas, «para que todo esté planificado y el niño pueda tener su ambiente controlado al máximo».

A este respecto, explica que las habitaciones de estos menores tienen que estar muy bien organizadas: «Con los juguetes en un sitio, los libros en otro y cuando vaya a trabajar, que sea en una mesa amplia, con notas visibles y disponibles que le vayan recordando cómo hacer las diferentes cosas». En suma, distracciones las mínimas y organización y si es posible, sin televisión en la habitación -ni siquiera una apagada-.

Tratado a tiempo, el TDAH no tiene por qué convertirse en algo insalvable: «Hay muchas personas que fueron diagnosticadas de pequeños, que estudian un grado universitario con éxito y continúan su formación, gracias a una intervención especializada y al trabajo adecuado de los padres».