Barrios

Los comercios de la Victoria y Lagunillas piden ayuda

La Asociación Victoriana de Capuchinos y la Fuente ha constatado un incremento de los casos de delincuencia desde finales del año pasado a través de los avisos vecinales

Una de las calles de Lagunillas ayer.

Una de las calles de Lagunillas ayer. / Álex Zea

Alba Rosado

En noviembre de 2020, la Asociación Victoriana de Capuchinos y la Fuente comenzaba a recibir avisos vecinales sobre el aumento de la delincuencia en la zona. Tras ponerlo en conocimiento de la Junta municipal del distrito Centro, se reunieron con el intendente de la Policía Local y las patrullas comenzaron a estar más presentes en el barrio.

Según Pepe Ocón, presidente de la Asociación Victoriana de Capuchinos y la Fuente, «el problema está en que la delincuencia ha ido creciendo desde diciembre hasta ahora por la situación social de los vecinos y del resto de malagueños».

Este creciente índice de la delincuencia en la zona se ha dejado notar en el incremento del número de llamadas de comerciantes y vecinos a la asociación. Entre los casos de delincuencia que más le notifican a Pepe Ocón se encuentran el robo de bolsos, intentos de robo en cajas registradoras de los negocios, amenazas o la compra con dinero falsificado.

La puerta del museo Yabal Faruk, que los vecinos solicitan reabrir, y la calle Victoria. | ÁLEX ZEA

La puerta del museo Yabal Faruk, que los vecinos solicitan reabrir, y la calle Victoria / Álex Zea

«La cosa lleva bastante tiempo mal en el barrio», dice Germán Gil, que ostenta el cargo de presidente de la asociación de comerciantes de la calle Victoria, además de tener una relojería en la misma vía. Uno de los clientes de Germán sufrió supuestamente un robo hace dos semanas. «A mi cliente le robaron un rolex valorado en 10.000 euros mediante la técnica del ‘abrazo cariñoso’».

Al parecer, la mujer le preguntó que dónde estaba el ambulatorio y comenzó a marearle hasta que se lo quitó. «Son bandas organizadas, suelen ser mujeres de países del Este que suelen atacar a personas de entre 50 y 65 años. Lo sé porque me dedico a esto, tengo muchos grupos de Whatsapp y sale información a nivel nacional», explica Gil.

Asimismo, el relojero destaca que muchos de sus clientes han ido a pedirle facturas de las reparaciones donde figuran los números de serie, que son claves para poner denuncias a la policía ya que son exactamente lo mismo que las matrículas para los coches. Pese a ello, Gil cuenta que este tipo de robos suelen producirse más en la zonas del Centro donde frecuentan más turistas. «Son casos aislados, pero eso no quita que haya mucha inseguridad en la calle que se transmite a los vecinos, sin ir más lejos, a mi mujer, hace también un par de semanas, la persiguieron e intentaron robarle. Pasó un mal rato», señala.

Los comercios de la Victoria y Lagunillas piden ayuda

Una imagen de la calle Victoria / Álex Zea

Fran Pérez, presidente de la Asociación de comerciantes de Lagunillas, por su parte, hace hincapié en la necesidad de mucho más seguimiento policial, especialmente por la noche. «La calle con iluminación pobre provoca que siga existiendo el tema del menudeo nocturno. Es un tema que hay que solucionar».

Sin embargo, Pérez cree que no es cuestión de que la gente coja miedo a la calle, sino todo lo contrario. «Los comerciantes defendemos que se vuelvan a llenar nuestras calles, haciendo una verdadera simbiosis entre el barrio conocido más tradicional, y la modernidad de sus pinturas. Una calle con negocios, como los de antes, con encanto, y con muchísimo bullicio durante las mañanas. Hay que reconvertir Lagunillas en el auténtico Soho de Málaga, un bulevar».

Los vecinos de la zona han sido también víctimas de algunos robos en el último año. «Hará cuestión de un año entraron a robar en mi garaje. Yo, por suerte, no lo sufrí; pero abrieron muchos trasteros y rompieron muchas puertas», cuenta Javier. Por otro lado, Gonzalo, que trabaja en la zona, cuenta que le robaron hace un año la bicicleta que tenía dentro del portal del edificio y que el pasado verano tuvo que marcharse de madrugada de la oficina porque dos «yonquis» se encerraron en el portal y no pudo salir hasta que la policía acudió a ayudarle.

Los comercios, en extinción

«En esta calle, hay entre 15 y 20 comercios cerrados, personas que con toda la ilusión del mundo, piden préstamos, alquilan sus negocios, lo limpian, pintan, lo ponen bonito… Intentan ponerse a vender y no se vende», dice Germán Gil. Los comerciantes concuerdan en que es imposible que un viandante camine tranquilo por la zona y quiera pararse a ver algún escaparate.

«Pasan 18.000 coches diariamente. La gente va agobiada por las aceras. No hay más negocios cerrados porque en esta calle el Ayuntamiento tiene varios locales y si estos estuvieran ocupados por negocios estoy seguro de que alguno estaría cerrado», cuenta angustiado Germán. Además, temen a la semipeatonalización de la calle Carretería. «Todo el tráfico que pasaba por allí va a acabar en nuestra calle», comenta Gil.

Piden fomentar el turismo

Las asociaciones , además, ven más que necesaria la apertura al público del Museo Yabal Faruk situado en la calle Agua, donde se encuentran dos mezquitas funerarias y un panteón que lleva quince años cerrado.

Consideran que puede ser un gran reclamo turístico que llevaría a cientos de turistas más allá de la plaza de la Merced para verlo. «La apertura llevaría a los turistas a comprar una manzana en la frutería, un reloj en mi tienda o a tomarse un café o una cerveza en uno de los bares», concluye Germán.