Crónicas de la Ciudad

Un parking, la mejor inversión para La Trinidad

El tercer intento municipal de construir un aparcamiento en La Trinidad debe prosperar porque viene de la mano de modestas pero vitales reformas promovidas por los vecinos

Acera-aparcamiento en la calle Trinidad.

Acera-aparcamiento en la calle Trinidad.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Basta un pequeño paseo por el barrio de La Trinidad, fuera de sus vías principales de tráfico, para constatar que, pese a que en él abundan las casas mata, es una de las zonas de Málaga en las que más se echa en falta un aparcamiento municipal.

Como hace algunos días adelantó este periódico, el Ayuntamiento intenta, por tercera vez, construir un parking en el barrio porque en las dos veces anteriores no le salieron las cuentas y tuvo que replegar velas.

Con buen tino, la Asociación de Vecinos Trinidad-Centro le recomendó que, si quiere realmente construirlo, deberá tener en cuenta tanto las plazas en rotación como unos precios asequibles para estos tiempos de pandemia y este barrio o será un nuevo intento fallido.

Hay que tener en cuenta que, pese a los cerca de 120 solares con los que cuenta La Trinidad ahora mismo -según cálculos de la asociación de vecinos- la inmensa mayoría son privados.

La oportunidad de oro, y quizás la última oportunidad, se presenta en la plaza de San Pablo, una explanada en la que la Junta de Andalucía cuenta con tres parcelas todavía sin construir. O se hace ahora o no se hará nunca, creen los vecinos.

La foto de hoy, por cierto, fue tomada a comienzos de semana en esa acera ampliada junto a la bifurcación de las calles Trinidad y Barrera de la Trinidad, cerca de la casa hermandad del Cautivo.

La acera ganada al viandante es aprovechada para aparcar coches encima todo el santo día, ante la falta de espacio y el desdén por las consecuencias.

Y justo enfrente, en la discreta calle Lemus, que es peatonal o al menos luce el mismo piso que la acera, una hilera de coches aparcados.

Coches a lo largo de la estrecha calle Lemus.

Coches a lo largo de calle Lemus. / A.V.

Como recuerda la asociación de vecinos, esta situación se extiende por la mayoría de calles peatonales del barrio en las que se concentran los corralones y se debe -no hay que haber descubierto América para ello- a la falta de sitio.

Por eso es tan importante que el Ayuntamiento, a la tercera, construya un aparcamiento municipal en La Trinidad.

Además, como también adelantó La Opinión, eso permitiría a la asociación de vecinos su proyecto de transformación del barrio en una red de calles llenas de plantas y flores, un regreso a la recordada estética de la década de los 60, pero no para volver a ningún tipismo sin más, sino para que La Trinidad sea un foco de atracción de turistas y así reciba visitas y dinero. Para ello, las calles peatonales deberían primero estar libres de coches, algo difícil sin un parking municipal. La pescadilla trinitaria.