Crónicas de la ciudad

La Naturaleza irrumpe en el río Guadalmedina

La inminente primavera ha llenado de vida y color el cauce del río en pleno casco urbano. Un adelanto de lo que podría suponer ‘renaturalizar’ todo el cauce hasta el mar

El Guadalmedina desde el puente de La Concepción.

El Guadalmedina desde el puente de La Concepción. / Paula Guardián

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En el último ‘Ave del Paraíso’, el boletín de la Asociación de Amigos del Jardín Botánico-Histórico de La Concepción, el reconocido biólogo Ernesto Fernández Sanmartín reivindica las plantas callejeras que crecen en los arroyos, huecos de tapias, terrenos baldíos , bordillos de aceras y alcorques como importantes sumideros de C02, además de deparar belleza y albergar, en el caso de los solares, espacios de biodiversidad.

En este sentido, tarajes, ailantos, cañaveras, ricinos, acacias y eucaliptos podemos ver estos días en los cauces de los arroyos, ejerciendo de escoltas a lo largo de su cauce, como en el Jaboneros, o extendiendo un tapiz vegetal como pudimos comprobar a comienzos de semana en esta sección en el paseo por el arroyo del Cuarto.

Y es de recibo no perderse el espectáculo del río Guadalmedina, un espacio que los malagueños más urbanitas, los que frecuentan el Centro Histórico y no pasan de la iglesia de Fátima hacia arriba, lo suelen asociar con el suelo hormigonado y los surtidores sin funcionar pero que desde esta parroquia de La Trinidad hacia arriba, como alguna vez hemos destacado en esta sección, es un espectáculo de la Naturaleza.

Los vecinos de la Sagrada Familia y La Virreina Alta, a uno y otro lado del río, están acostumbrados a salir de sus casas y contemplar cómo cada año aumentan las parejas de garcetas, mientras los ánades campan a sus anchas y se dan un chapuzón muy cerca del puente del Conservatorio.

Un poco más abajo, desde donde está tomada la foto de hoy, el puente de la Concepción, la apariencia es la de un río Guadalmedina que, cauce abajo, es un pasillo de vida natural.

Una vez más hay que incidir en el reciente ejemplo del madrileño río Manzanares, una operación de ‘renaturalización’ apoyada por políticos de uno y otro signo y en el gran regalo que han ganado en los madriles recuperando este cauce.

Como recordábamos en una crónica anterior, el responsable de este proyecto, de Ecologistas en Acción, es quien también propone algo parecido para Málaga.

Es una estupenda oportunidad para que nuestros políticos examinen a fondo un proyecto que tan bien ha funcionado en Madrid y que podría conjugar la renaturalización del río desde la iglesia de Fátima hasta el mar, con medidas para prevenir grandes avenidas cíclicas. Y todo ello sin necesidad de gastarse un potosí en en el proyecto de puentes plaza o las plazas puente. Urbanizar o renaturalizar. Quien tenga dudas que se asome.