Medio ambiente

Más del 57% de los malagueños consume agua del grifo

Con motivo del día mundial del agua, el Ayuntamiento lanza una campaña “Agua de Málaga”, que pone en valor la calidad del agua en la ciudad

Gemma del Corral, edil de Sostenibilidad Medioambiental, esta mañana en rueda de prensa.

Gemma del Corral, edil de Sostenibilidad Medioambiental, esta mañana en rueda de prensa. / L.O.

La Opinión

El Ayuntamiento de Málaga celebra el Día Mundial del Agua con el lanzamiento de la campaña “Agua de Málaga”, con doble objetivo de poner en valor la calidad del agua de la ciudad e incentivar el consumo del agua del grifo entre los malagueños y el dar a conocer la gestión que se desarrolla desde la empresa municipal Emasa y sus compromisos medioambientales. Según una encuesta realizada por la propia empresa municipal entre sus clientes, más del 57% de los encuestados consume agua del grifo de forma habitual, ya sea para cocinar o beberla directamente.

La campaña se compone de varias piezas. En primer lugar, una ilustración que tiene como protagonista la marca Agua de Málaga y que refleja diferentes elementos característicos de la ciudad. Por otro lado, un vídeo publicitario corto, donde se muestran de forma dinámica diferentes situaciones en las que habitualmente consumiríamos agua de Málaga, como en comidas familiares o durante la práctica deportiva, ha informado hoy el Consistorio en una nota de prensa.

Estas piezas se apoyan, a su vez, en una landing page diseñada específicamente para esta campaña y que refleja información útil para el usuario que quiere consumir agua de Málaga. Esta landing puede consultarse en la url www.emasa.es/miagua/

Esta campaña pretende promover e incentivar el consumo de agua del grifo entre los malagueños, como un recurso que no solo es ecológicamente beneficioso para todos, sino también una opción de calidad, económica y segura.

Tal y como recoge el manifiesto ProGrifo, al que se han sumado ya numerosas capitales de provincia, “el agua es un bien imprescindible cuyo servicio es responsabilidad de las Administraciones Públicas, pues esta ha de ofrecerse con las mayores garantías de salubridad y abundancia para permitir el desarrollo digno de las personas”. En este sentido, Emasa trabaja tanto en la calidad como en la disponibilidad de este bien para garantizar que todas las familias tengan un suministro eficiente.

Desde que, en 2005, entrara en servicio la Instalación Desaladora de Agua Salobre (IDAS) en El Atabal, el trabajo de EMASA se ha centrado en mejorar la calidad percibida del agua en sus usuarios. Además de superar rigurosos controles de calidad en cuanto a dureza, concentración de compuestos minerales - sobre todo magnesio y calcio - turbidez y otros aspectos objetivos, también existe un control exhaustivo en parámetros de calidad más subjetivos, como lo puede ser el sabor del agua.

Desde un punto de vista objetivo, el rendimiento de la planta de tratamiento de EMASA consigue que el agua de Málaga - que entra con una concentración de partículas de hasta 500 mg por litro - salga de la misma con una dureza de entre 95 y 100 mg por litro. Eso la convierte en un agua de baja dureza o semiblanda y, por consiguiente, de calidad superior.

Asimismo, con respecto a la turbidez del agua, se ha logrado resultados que hacen de este parámetro un punto fuerte en lo que al tratamiento del agua respecta. El mismo RD 140/2003 establece en 1 NTU a la salida de la instalación y en 5 NTU en la red de distribución los valores máximos aceptables para el agua. La turbidez medida por los laboratorios de EMASA a la salida de la planta se sitúan entre 0,2 y 0,3 NTU, mientras que en la red de distribución se encuentran entre 0,3 y 0,5 NTU, lo que supone una turbidez mínima.

Respecto a valores com el sabor, los datos también avalan la calidad del agua de la ciudad. Uno de los elementos más influyentes en el sabor del agua es la propia dureza: cuanto más blanda es el agua, mejor es su calidad. Al haberse reducido de forma considerable las sales disueltas del agua de la red, su dureza es más que adecuada para garantizar que su sabor es óptimo.

En cuanto a la presencia de cloro en el agua, cabe reseñar que la presencia de determinados valores en el agua garantiza la salubridad y ausencia de microorganismos en la misma. El Decreto 70/2009 de 31 de marzo - por el que se aprueba el Reglamento de Vigilancia Sanitaria y Calidad del Agua de Consumo Humano de Andalucía - establece un máximo de cloro residual libre en la red de distribución por debajo de 1 mg por litro. El agua de Málaga tiene valores que oscilan entre 0,5 y 0,7 mg por litro, lo que la sitúan más en los parámetros establecidos.

Uno de los fines principales del Ayuntamiento de Málaga, a través de Emasa es garantizar el cumplimiento de todos los parámetros de calidad. Para ello, se realiza un seguimiento de los análisis diarios de la calidad del agua que sale de la planta, poniendo a disposición de los ciudadanos estos datos a través de la propia web de Emasa.

Existen un total de 127 puntos de control en los que se realiza controles de calidad: 64 en la red de distribución, 61 en los depósitos y 2 en la salida de la planta. En estos puntos se realizan hasta 1.300 análisis cada año, ya sean de control o completos, que ayudan a verificar la calidad del agua. Además, se realizan análisis del agua bruta en las mismas presas, plantas de tratamiento y también en el río Guadalhorce en continuo.

Uno de los aspectos que genera más preocupación es la comprobación de la calidad también en el sabor percibido en el agua, por lo que en 2017 se llevó a cabo un estudio en el que se realizaron exámenes específicos con agua procedente de cada distrito. Se incorporaron a los sesenta y cuatro puntos de estudio habituales, otros, como las viviendas del personal de EMASA. De estas catas se desprendió que no existían sabores anómalos, solo presencia de cloro. Igualmente, estas mismas muestras se analizaron en laboratorios externos acreditados en determinación del sabor, arrojando como resultado una clasificación como “agua sin sabor anómalo”.

Como refuerzo a estos resultados, en 2018 el reconocido espacio “El Comidista” valoró en una cata a ciegas junto con Faustino Muñoz, aclamado sumiller de agua, el agua de Málaga como la segunda mejor de España, solo por detrás de la de Sevilla.

Otro de los aspectos a destacar del agua de Málaga es la preocupación por el impacto medioambiental de su gestión, es por ello que desde la empresa municipal se han incorporado medidas de sostenibilidad y que tienen una traducción directa en la huella de carbono. En 2020 cada litro de agua producida por Emasa produjo una huella de 0,58 gCO2, lo que se aleja bastante de los hasta 200 grCO2 por litro que puede llegar a suponer la producción de agua embotellada.

Otro de los aspectos a destacar es que el agua de Málaga tiene un precio medio de 0,0019 euros por cada litro, mientras que el agua envasada - que no supera en calidad a la del grifo y cuyo impacto en el medio ambiente es muy superior - tiene un coste muy superior a este.

En cuanto a los procesos de depuración, el agua de Málaga no es un agua filtrada, ni ultrafiltrada, sino que es osmotizada. Eso significa que en Málaga se depura el agua potable y además se le quita la cal y la sal. Mediante un proceso de ósmosis inversa se mejora ostensiblemente la calidad del agua y se reduce a una cuarta parte el contenido de cal (dureza) del agua que sale a través de los grifos malagueños. La media anual de cal presente en el agua de los grifos malagueños está en torno a 10F. El agua que se consume en Málaga procede fundamentalmente de los embalses de Guadalhorce, Guadalteba, Conde de Guadalhorce, en menor medida de Limonero, Casasola y Pilones.

Igualmente también se abastece de pozos situados en diversos puntos del municipio y eventualmente del embalse de la Viñuela para suministrar agua a Málaga. El agua de Guadalhorce y Guadalteba tiene demasiada sal y por ese motivo en el año 2006 se puso en marcha la desaladora de Atabal.