Entrevista

José María Luna: «Los museos han aportado autoestima, que el malagueño se sienta orgulloso de la ciudad»

Luna es director de la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales. Desde 2011 al frente de la gestión del Nº15 de la plaza de la Merced y a partir de 2014 dirigiendo el Museo Ruso y el Centre Pompidou, Luna suma una trayectoria de diez años en la oferta museística malagueña a los tres grandes aniversarios culturales que se celebran esta semana

José María Luna, director del Museo Ruso, Pompidou y Casa Natal Picasso.

José María Luna, director del Museo Ruso, Pompidou y Casa Natal Picasso.

Ana I. Montañez

Ana I. Montañez

El parón de la Covid-19 atropelló frontalmente a los museos de Málaga, entonces en plena actividad y con todo un año de programación por delante. En el caso del Centre Pompidou, acababa de inaugurar su exposición De Miró a Barceló. Un siglo de arte español bajo la dirección de Brigitte Leal y el Museo Ruso tuvo que encerrarse con las composiciones de Realismo. Pasado y Presente. Arte y Verdad en sus instalaciones, que hubo que montar vía telemática directa desde Rusia para poder inaugurar unos meses más tarde. El director de ambos museos, José María Luna, recuerda aquellos días no tan lejanos como un «shock» que acabó por convertirse en aprendizaje. Tampoco lamenta que la crisis sanitaria truncase la conmemoración del primer lustro del Ruso y el Pompidou en Málaga porque «la vida hay que celebrarla todos los días».

Por fin el Ruso y el Pompidou tienen la oportunidad de celebrar su sexto aniversario después de que la cuarentena truncase el del primer lustro de vida ¿Se sanan esas heridas?

Se sanan y se sanarán. Como dirían los viejos, es ley de vida pero es también nuestra obligación sobre todo porque debemos sanarlas y ayudar a sanarlas, porque nosotros seguimos siendo unos privilegiados. Estamos sanos, estamos abiertos, estamos trabajando y hay mucha gente que lo ha pasado y lo está pasando desgraciadamente mal, con lo cual no hay tiempo para lamerse las heridas, no hay tiempo para llorar, hay tiempo para seguir aportando en la medida de nuestras posibilidades para que Málaga y Andalucía, España y el mundo salga de esto cuanto antes y salga bien.

El Pompidou tuvo que cerrar nada más inaugurarse la exposición De Miró a Barceló. Un siglo de arte español y el Ruso inauguró después con meses de retraso la exposición anual Realismo. Pasado y Presente. Arte y Verdad. ¿Qué suponen estos retrasos y reestructuraciones de agenda para un museo?

El confinamiento supuso un shock. Creo que nos repusimos bien a través de redes sociales y lo virtual, pero es verdad que fue un shock. En el caso del Museo Ruso fue más complejo todavía porque las obras estaban aquí pero no los comisarios y tuvimos que hacer un montaje, en cuanto se pudo abrir, telemático. Gracias a las nuevas tecnologías pudimos conectarnos en directo con Rusia e ir montando, y creo que salió muy bien. Supuso un shock pero luego un aprendizaje. Y como digo, nos adaptamos todos. En cuanto pudimos fuimos los primeros museos, los malagueños, en abrir en España, transmitiendo que somos espacios seguros... Y a partir de ahí seguir trabajando por nuestra ciudad que para eso estamos aquí.

En estos seis años de vida del museo Ruso y el Pompidou, ¿cuántos visitantes han podido pasar ya por estos dos museos?

1.420.798 en ambos museos, 914.145 en el Pompidou, 506.653 en el Colección del Museo Ruso. Claro, esto tiene prácticamente 200.000 visitantes menos porque este año ha sido perdido. Las reducciones han oscilado entre 65% y un 75% menos de visitantes.

¿Cómo ha afectado esa reducción de afluencia a la sanidad económica de los museos?

Afortunadamente, los museos que gestionamos dependen del Ayuntamiento de Málaga y ha decidido seguir apostando. Esto ha afectado en una pérdida notable de nuestros recursos propios que han tenido que ser suplidos por dos vías: la vía del ahorro y la de la transferencia municipal. Nosotros hemos conseguido, vía ahorro, que la transferencia municipal no se incrementara con respecto a años anteriores, pero es verdad que al disminuir los recursos propios nuestra capacidad de actuación ha sido menor. Hemos actuado mucho pero con proyectos de menores costes.

José María Luna, director del Museo Ruso, Pompidou y Casa Natal Picasso.

José María Luna, director del Museo Ruso, Pompidou y Casa Natal Picasso. / Álex Zea

El 26 de mayo de 2020, después de una cuarentena larga, los museos de Málaga reabrieron al público, al malagueño. El turismo entonces no era una opción. ¿La pandemia ha cambiado de alguna forma el paradigma o la razón de ser de los museos en Málaga?

La razón de ser sigue siendo la misma, eso no cambia. Es conservación de patrimonio, creación de conocimiento y transferencia de ese conocimiento a la sociedad. Una sociedad que se ha visto limitada, creemos todos que temporalmente. Ahora estamos trabajando solo con los malagueños pero es que hemos estado trabajando con los malagueños desde que abrimos, siempre, no tiene ningún sentido un museo que no trabaje con sus ciudadanos. Otra cosa es que la masa crítica de visitantes sean turistas, pero eso sucede en todos los museos del mundo. Gracias a esa masa crítica de turistas nosotros podemos trabajar de la forma que trabajamos con los ciudadanos de Málaga y con el entorno. Entonces, el paradigma no ha cambiado en esencia pero sí en cantidades, porque evidentemente hay menos público. Pero confío en que más pronto que tarde se empiece a recuperar y Málaga seguirá siendo, y por eso la apuesta de mantener los museos abiertos, una referencia mundial y eso será bueno para la ciudad.

«El arte no es una medicina pero cura. La cultura ha contribuido a anclarnos en la realidad»

El Museo Thyssen está también esta semana de celebración por su primera década en la ciudad. Consolidada las últimas grandes apuestas de museos en la ciudad, ¿diría que se confirma que la oferta museística ha sido un motor económico para la ciudad?

Eso no lo he dicho yo, lo dicen los estudios. Si no recuerdo mal, el último estudio de turismo hablaba de que la ciudad había pasado en estos últimos cinco años de tener un millón de visitantes al año a tener cuatro millones y pico. Con la subsiguiente repercusión económica directa, indirecta e inducida. Si el 77% si no recuerdo mal de aquellos visitantes que vinieron a Málaga declararon que habían venido atraídos por su oferta museística, entiendo que gran parte de ese impacto económico que ha producido esa explosión del turismo en Málaga se ha debido a los museos. Por tanto, la inversión en museos es absolutamente beneficiosa y rentable en dos sentidos: en el económico, que viene con ese retorno de los turistas y en el social, seguimos trabajando para los ciudadanos de Málaga desde el principio, no solo nosotros, todos los museos de Málaga, y tienen su oferta cultural, sus talleres, sus propuestas, sus publicaciones, sus charlas, sus seminarios… enfocados fundamentalmente a los ciudadanos de Málaga.

Más ampliamente, ¿cómo cree que han cambiado los museos a Málaga?

No solo han sido los museos. Ha habido cambios urbanísticos, logísticos... el vector de desarrollo a través de las tecnologías ha modificado también el perfil de residente en Málaga pero si me pide que destaque algo de lo que hemos aportado al cambio de la ciudad, es autoestima. El malagueño ahora puede ir fuera y escuchar aquello de «oye, ¿cómo está Málaga?, ¿qué pasa con los museos?». Se está hablando de nosotros mucho y bien fuera y se está hablando por la oferta cultural de la ciudad. Y eso creo que los museos han contribuido a que sea así y el malagueño se siente, creo, orgulloso de que así sea. Esto no es una visión subjetiva o un invento mío, esto se estudia así. La autoestima de las ciudades también se estudia y se valora y está dentro de lo intangible que como beneficio tiene este tipo de apuestas.

«No hay tiempo para lamerse las heridas, hay tiempo para seguir aportando y que Málaga salga de esto cuanto antes»

Cuando en los sectores turísticos se habla tanto de romper con la estacionalidad, del turismo de Sol y Playa, con un segmento turístico muy marcado… los museos rompen con esto. 

Los museos son la principal herramienta antiestacionalidad y en Málaga tenemos la ventaja del bendito clima que nos acompaña durante todo el año por lo cual a lo mejor uno puede bañarse en la playa, los más aficionados, en enero o en diciembre, pero puede disfrutar de un espléndido paseo por Málaga y sus museos.

Desde la apertura de los museos en mayo, ¿en qué se han convertido estas instalaciones en un año tan duro y tan difícil como este?

Un lugar de abstracción. Somos espacios seguros, los espacios culturales somos espacios seguros por definición. Los hábitos, las normas de comportamiento dentro de un espacio cultural ya predispone a una mejor capacidad de prevención. El arte cura, esto tampoco es una frase que yo invente. El arte no es una medicina pero el arte cura. La cultura en general sana mentalmente. Y ya lo decían los romanos, mens sana in corpore sano. La cultura ha contribuido a anclarnos en la realidad y evadirnos de la parte mala de esa realidad, lo ha hecho siempre la lectura, la pintura, la música o el audiovisual. Hoy en día con las nuevas tecnologías, en cualquier situación tenemos acceso a la cultura. Todo eso que se ha visto en la gente que hacía cosas en los balcones, en los barrios… todo eso es cultura porque forma parte de nuestra forma de ser, porque estamos hechos para vivir en sociedad. Y la única forma para vivir en sociedad es la cultura, es lo que nos permite conectarnos. Si el hombre, en el sentido humanidad, es comunicación es por el lenguaje y el lenguaje es el que crea la cultura. La cultura nos está salvando, nos ha salvado de perder la cabeza. En el sitio de Leningrado, San Petersburgo, hubo conciertos en la calle en directo para los ciudadanos porque necesitaban evadirse de aquello que era mucho más terrible y cruel de lo que está pasando ahora.

Pese a que sea una celebración muy limitada, sin grandes festejos para conmemorar seis años de vida, ¿es un buen momento para celebrar la vida de los museos?

Es un buen momento para celebrar que estamos vivos como seres humanos y como museos. Celebremos y confiemos que esto va a pasar pronto. Celebremos sin olvidar lo que ha pasado y los que han quedado en el camino y las personas que han quedado en el camino. La celebración de la vida hay que hacerla todos los días y más ahora, sin olvidar lo que ha pasado.

¿Qué nombre le pondría al 2020?

Paréntesis.

¿Y qué le pide al 2021?

Que se cierre el paréntesis.

En corto

Usted también está de aniversario. Desde 2011 estuvo al frente de la gestión de la Casa Natal de Picasso y desde 2014 ya dirigiendo la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales. Una década al frente de una parte importante de la oferta de museos de Málaga. ¿Cómo han sido esos años? Intensos y apasionantes, ha sido un honor participar de este proyecto, un honor trabajar con el equipo que trabajo, un honor de haber recibido la invitación del alcalde a estar en este proyecto... ha sido un tiempo intenso. Todos los días son retos y desafíos y creo que, mal está que yo lo diga, pero el balance ha sido más positivo que negativo. Claro que hemos cometido errores, hemos pasado momentos difíciles este año… pero también nos ha ayudado a tener otras perspectivas y abordarlas. Para mí personalmente ha sido muy positivo y estoy encantado.

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