Crónicas de la ciudad
Un gran artista y hombre de trono agradecido a Mena
El malagueño Miguel González Giménez, un restaurador de talla internacional, regaló ayer un cuadro a Mena en agradecimiento a todos sus años como hombre de trono
En la Sala Capitular de la Catedral de Toledo, al lado de obras de Juan de Borgoña, Francisco de Goya y Diego de Velázquez hay un cuadro del malagueño Miguel González Giménez (1968), un retrato del arzobispo saliente de la ciudad del Tajo.
La Catedral de Toledo se la conoce con los ojos cerrados por sus trabajos de restauración, una disciplina en la que es un profesional de fama internacional.
Su buen hacer se puede admirar en la Alhambra, Medina Azahara, las catedrales de León, Burgos, Murcia, Madrid, Vitoria, Panamá, Cabo Verde, en la iglesia de Saint Patrick de Londres o en la catedral jamaicana de Kingston.
Y si saltó hace años a la palestra fue por superar un reto de envergadura, en una iglesia que llevaba llena de andamios y ‘congelada en el tiempo’ 33 años: pintar los 142 metros cuadrados del gajo central de la cúpula de la Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid, la tercera más grande del mundo. Su gran intervención le abrió las puertas de obras de enorme calado.
Malagueño cordial y discreto, este afamado artista, bisnieto del ingeniero Manuel Giménez Lombardo, el autor de la presa del Agujero y los puentes de Armiñán, la Aurora y el Carmen, también es un brillante pintor hiperrealista.
Y ayer, con la donación de un cuadro, quiso dar las gracias con su mejor arte a la Congregación de Mena, por todos sus años como hombre de trono, un papel que cumplió de forma discreta, bajo la caja del Cristo de la Buena Muerte, donde muchas semanas santas llevó el trono, hombro con hombro, junto a su admirado profesor del Colegio San Estanislao, el coronel de Infantería don Jorge García de Herrera, fallecido en 2018.
Precisamente Jorge, el hijo de este recordado profesor y militar, presentó ayer la donación de esta hermosa obra, un óleo sobre lienzo que representa el traslado del Cristo de Mena por la Legión y en segundo plano, sobre un sobrio fondo negro, la imagen frontal del Crucificado.
Entre las autoridades que asistieron al acto se encontraban Francisco de la Torre, Elías Bendodo, Francisco Salado y Avelino Barrionuevo, compañero de colegio del pintor y restaurador y amigo de Jorge.
En los cuadros de Miguel González Giménez parece palparse el aire, y en cuanto a las vistas de su ciudad, que ha plasmado en algunos lienzos, podrían estar firmadas por Antonio López. Es una alegría que este generoso artista se acuerde de su tierra y que en una Semana Santa tan especial quiera dar las gracias con todo su talento.
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