Innovación

Transfiere: de una chaqueta para gamers a espinilleras inteligentes

Conoce algunas de las innovaciones de empresas andaluzas presentadas en el Foro Transfiere que se celebra en Málaga

La chaqueta de OWO está adaptada a los videojuegos.

La chaqueta de OWO está adaptada a los videojuegos.

José Vicente Rodríguez

José Vicente Rodríguez

Los pasillos del Transfiere son un hervidero de inventiva. La empresa malagueña Owo Game, por ejemplo, exhibe la chaqueta háptica que ha diseñado para que los amantes de los videojuegos puedan experimentar más de 30 sensaciones diferentes a tiempo real. «Es de licra y lleva electrodos que te permiten sentir al jugar la impresión de recibir una flecha, que te toque un zombie, una caída libre o el ralentí de un coche», explica su directora de Marketing, Arancha Echevarría. La sede de Owo está en el Polo de Tabacalera, son 17 personas y esperan empezar a vender la chaqueta en otoño, con unas previsiones muy ambiciosas: un millón en cuatro años en todo el mundo.  

La malagueña Premo Group también está presente con un dispositivo para mantener las distancias interpersonales que alerta con leds de colores y sonidos cuando se sobrepasa. «Se puede usar en eventos, convenciones o museos», comenta Antonio Rojas, director de marketing. Se lanzará al mercado en otoño y hay clientes interesados. ¿El precio? Entre 50 y 70 euros.

Otra curiosidad son las espinilleras inteligentes de fútbol diseñadas por Humanox, una firma gaditana que ya surte de ellas a las canteras del Cádiz y del Osasuna. «Tienen una placa de sensores que permiten monitorizas hasta 40 parámetros de salud y rendimiento. Así podemos controlar la fatiga, hacer mapas de calor o prevenir lesiones. Llevamos un año y esperamos llevarlo a los primeros equipos de los clubes», relata Patricio Monge, uno de sus impulsores.

En el Transfiere también puede contemplarse el prototipo de respirador "Andalucía Respira" diseñado el año pasado por la Universidad de Málaga en tiempo récord para ayudar a combatir la fase más dura de la pandemia. "Se hizo en un mes y está ideado específicamente para el Covid. Es un aparato que trabaja bajo presión, con menos componentes móviles, lo que le da más ventajas, aunque al tener menos piezas tiene un software y un control algo más complicado que otros", comenta Marcos Rollón, ingeniero investigador de la UMA. Se han fabricado unos 300, aunque su uso todavía está pendiente de ciertos requerimientos europeos.

El equipo de trabajo que lo diseñó trabaja ahora para mejorar el prototipo, con el objetivo de que sea más robusto y que aguante así el también periodo medio de convalecencia hospitalaria de un enfermo de Covid, que se mueve entre 15 días y un mes. También se busca que sea un equipo de coste reducido. En 2020, la Junta de Andalucía realizó una donación de algunos respiradores a países de Latinoamérica.