Quejas

Vuelven los malos olores al río Guadalmedina

Vecinos y viandantes denuncian que, desde hace semanas, corre un agua de tono verdoso y el estado de algunas de sus zonas es «deplorable»

Río Guadalmedina, a la altura del puente de la Aurora

Río Guadalmedina, a la altura del puente de la Aurora / L.O

Chaima Laghrissi Rochdi

Mientras el plan especial para el Guadalmedina sigue en el aire, lo cierto es que el estado del río empeora cada día y las críticas de los ciudadanos aumentan. 

Desde hace semanas, pasear por el río es tarea casi imposible debido a la vuelta del mal olor, provocado por el agua estancada a la altura de la desembocadura. "La desembocadura está negra, ha entrado toda la basura al río, parece alquitrán", afirma una viandante. 

Por su parte, Ecologistas en Acción Málaga manifiesta que el olor se puede deber a «un vertido puntual, por eso huele fatal». Mientras que los vecinos y viandantes aseguran que la peste es persistente: «Huele muy mal, como a putrefacción; puede que haya animales muertos», reiteran.

A la altura del puente de la Aurora, el agua que recorre el cauce es de tono verdoso, y se mezcla con toda la basura que encuentra a su paso como latas, bolsas o plásticos, como si de un vertedero se tratase. 

Persistente mal olor de las aguas

Persistente mal olor de las aguas / Sara Fernández

Los vecinos y viandantes califican la situación de «insalubre»: «No se puede andar sin toparte con basura, yo paseo a mi perro por el río y voy a tener que dejar de hacerlo porque tengo miedo de que jugando coja algo», denuncia una vecina. 

Por su parte, desde el Área de Sostenibilidad Medioambiente del Ayuntamiento de Málaga  afirman que el agua que hay ahora mismo en el caudal "no es de vertidos, sino que viene del freático de las obras de Parque Martiricos y habitualmente también del freático del parking de Camas, del NH, Hacienda, etc., que vierten al río directamente y es un agua lo suficientemente limpia como para que EMASA junto con parques y jardines, estén preparando un proyecto para su utilización en el riego de la zona ajardinada", dicen. Así como, alegan que el tono verdoso del agua se debe a la presencia de algas o "camas de rana" que aparecen espontáneamente sobre el agua.

Por su parte, desde la concejalía aseguran que "estos olores no son necesariamente consecuencia de esos vertidos" y que "son algo puntual": "La aparición de algas es inevitable porque surgen en el proceso de naturalización del río, y aunque es la causa de los malos olores cuando comienzan su descomposición, también son indicador de ausencia de otros contaminantes". "Y reiteran que "los olores se producen en momentos de mayor calor y menos aporte de agua, por eso concluimos que no hay apenas relación entre los vertidos y los olores".

En cuanto a la limpieza del cauce, subrayan que la rampa del Guadalmedina y las canaletas "se limpia todos los viernes y la zona donde se acumulan los fangos se limpian unas tres/cuatro veces al año, habiéndose realizado la última el 30 de abril".

El pasado fin de semana, la Policía Local precintó la entrada al río y aunque aún no se saben las razones oficiales, la Concejalía del Área de Seguridad ha afirmado que investigarán lo sucedido.

Esperando el plan Guadalmedina

Aunque ya está redactado el plan especial, la tramitación avanza lentamente y persisten las diferencias de criterio entre el equipo de gobierno y los partidos de la oposición municipal. Se sigue debatiendo sobre la capacidad de desagüe del río, que tanto la Junta gobernada por el PSOE como la del PP sitúan en los 600 metros cúbicos por segundo. 

El Plan del Guadalmedina no está contemplado en el presupuesto municipal para este año, pero Raúl López, edil de Ordenación del Territorio, aseguró recientemente que se está avanzando mucho, hay reuniones técnicas continuas con la Junta de Andalucía y se hacen cálculos hidráulicos, se estudia con precisión la capacidad del río para soportar el agua de la presa, la de los arroyos tributarios y el periodo de retorno de esos episodios.  

El plan prevé varios puentes-plaza que conecten las dos partes de la ciudad, además de pasarelas peatonales, y el soterramiento de las avenidas de Fátima y Rosaleda al tráfico, las dos márgenes del río, reduciendo el impacto del tráfico. El coste previsto es de entorno a 250 millones de euros y para su realización se han solicitado ya fondos europeos.

Por su parte, Ecologistas en Acción apuesta por la renaturalización total del río: «Es un proyecto de vida no de cuatro años, donde el seguimiento y mantenimiento es muy importante», dicen.