Campanillas

Dejar la furgoneta y volver a casa a vivir

La familia desahuciada que desde octubre vivía en una furgoneta recibió de una profesora del colegio de sus hijos una caravana y pronto podrá cumplir el sueño de volver a una casa porque el marido ha encontrado trabajo - La pareja tiene seis hijos y todos viven en la caravana

Yolanda, esta semana en la caravana, por fin con una sonrisa.

Yolanda, esta semana en la caravana, por fin con una sonrisa. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

«Esto es otra cosa, gracias a Dios ya estamos mejor», sentencia Yolanda. Esta vecina de Campanillas sonríe de alivio porque «todo está ya más encarrilado».

Cuando el pasado enero habló con La Opinión, no podía disimular la angustia: Llevaba desde octubre viviendo con José Manuel, su marido de 39 años, en una furgoneta frente a un colegio de Campanillas en el que estudiaban dos de sus seis hijos.

A comienzos de octubre la familia había sido desahuciada. «El propietario quería vender el piso. Allí llevábamos ocho años. No me podía quedar en la calle con seis hijos», recordaba entonces.

Ante la falta de soluciones, decidieron irse a vivir a la furgoneta que José Manuel, que es administrativo, profesor de golf y que tiene una empresa de compraventa de objetos, empleaba para trabajar.

El paso del piso a la furgoneta hizo que cinco de sus hijos menores se quedaran repartidos en casa de las personas que les acogieron y que sólo viviera con ellos una hija mayor de edad.

El panorama comenzó a despejarse en febrero, cuando una profesora del colegio de sus hijos compró una caravana en una plataforma por internet y se la dio a la familia. «Ella la pagó, nos dijo que mientras nos hiciera falta la tuviéramos y que luego ya la volvería a vender», cuenta Yolanda, que remarca que está agradecida «muchísimo» a esta persona.

«Preguntamos si podíamos vivir todos juntos y nos dijeron que sí, que se consideraba una vivienda, así que vivimos con los seis hijos y la furgoneta ya la tenemos para desahogo, para guardar cosas», explica esta semana.

Yolanda y José Manuel, cuando vivían en la furgoneta, el pasado enero.

Yolanda y José Manuel, cuando vivían en la furgoneta, el pasado enero. / A.V.

Además, la principal noticia es que José Manuel, que se ha hecho autónomo, encontró trabajo hace unos dos meses y medio: en la actualidad imparte clases de golf en Guadalmar y Campanillas. «Están muy contentos con él y le están saliendo más cosas», cuenta Yolanda.

Además, ella también ha encontrado una pequeña fuente de ingresos: «Me están llamando algunas mujeres para hacer limpieza y quieras que no, pues mira, es poco pero hay para una cesta de la compra».

Ayuda municipal

Al dinero que están reuniendo hay que sumar los 1.500 euros que recibieron de los Servicios Sociales del distrito de Campanillas por su difícil situación. «Es un dinero que tenemos guardado para ir juntando poco a poco para meternos en un alquiler. Ya hemos buscado una casa también», detalla.

Lo ideal para la familia sería seguir viviendo en Campanillas, «porque los niños han estudiado siempre aquí y uno de ellos quiere terminar aquí bachillerato», destaca la madre.

Yolanda quiere agradecer las muestras de generosidad que han recibido en estos siete meses sin vivienda. «Todavía siguen viniendo y preguntando, trayendo comida, ropa, lo que haga falta», remarca, y comenta el caso de Gross Dentistas, que se ofreció a atender gratis a sus niños.

Yolanda ha vuelto a sonreír porque, confiesa feliz, «ya estamos viendo la salida».