Día Mundial Sin Tabaco | Marcos García Rueda Director del Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía

«Durante el periodo más crítico de la pandemia descendió el consumo de tabaco»

Este neumólogo del Hospital Regional Universitario de Málaga coordina las actuaciones y los recursos para mejorar la atención a las personas fumadoras, a través de la potenciación de estilos de vida saludables y la promoción de opciones alternativas al tabaquismo.. «Si alguien quiere dejar de fumar, lo único que tiene que hacer es pedir cita con su médico o con la enfermería de su centro de salud»

Marcos García Rueda, director del Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía.

Marcos García Rueda, director del Plan Integral de Tabaquismo en Andalucía. / JULIÁN NIETO. MÁLAGA

El Día Mundial Sin Tabaco se celebró este 31 de mayo bajo el lema ‘Dejarlo es ganar’, una frase que se ha llevado a la práctica durante la pandemia en la que muchos han aprovechado para olvidarse del tabaco.

¿Cuál es el perfil del fumador en Andalucía y en Málaga?

Mayoritariamente, hombres y mujeres comprendidos entre 25 y 55 años. Ahora mismo hay más hombres que mujeres fumadores porque los hombres se incorporaron antes al consumo de tabaco. La población activa es la más fumadora y hay un subgrupo muy activo en tabaquismo que son los hombres que han estado trabajando y ahora están en el paro, con una prevalencia del 42%. En Andalucía dicha prevalencia se sitúa en el 27%; Málaga es la provincia andaluza con menor incidencia, un 24,31% de media (hombres 26,5% y 22,3% en mujeres).

¿Cómo es el proceso, el cauce que tiene que seguir una persona que quiere dejar el tabaco?

Desde primeros del año pasado y en determinadas circunstancias se puede financiar un tratamiento por paciente y año con dos fármacos como son el Bupropion y la Vareniclina. Está demostrado que el mejor método para dejar el tabaco es la asociación del tratamiento farmacológico y el llamado tratamiento cognitivo conductual (tratamiento psicológico) y esto es lo que damos en la sanidad pública. Se suele hacer de forma individual o de forma grupal. Quien quiera dejar de fumar ha de ir a su médico de cabecera o pedir cita en enfermería de su centro de salud. La OMS ha diseñado una aplicación que está teniendo mucho éxito «Florencia», que es una asistente virtual con inteligencia artificial que ayuda a no fumar. Los tratamientos son diferentes dependiendo del grado de adicción del fumador, que siempre será diagnosticado por el profesional médico.

¿Ha cambiado el perfil del fumador en la última década?

Los especialistas hablamos de olas. El tabaco es consumido primero por los hombres, pasado un tiempo se iguala el consumo entre hombre y mujer, llega un momento en el que empieza a bajar la prevalencia porque entran en vigor las medidas restrictivas legisladas por los gobiernos. En España, ahora mismo, hay más hombres exfumadores que mujeres, simplemente porque había más hombres fumando. La mujer ahora está deteniendo su consumo y por lo tanto, pronto habrá mas exfumadoras. Ahora lo que nos preocupa mucho son los jóvenes con las cachimbas, los cigarrillos electrónicos, el vapeo, etc.

Por cierto, igual de nocivos que el tabaco ¿no es así?

Las cachimbas con tabaco son nocivas y está demostrado que causan cáncer de pulmón y otras enfermedades. En España un 17% de los chicos y chicas de 16 años declara que ya las ha probado. Los cigarrillos electrónicos, aunque están prohibidos para menores de edad, lo han probado casi la mitad de los adolescentes de nuestro país. En EEUU se venden composiciones de nicotina para electrónicos que enganchan mucho más que la nicotina de los cigarrillos. Un ejemplo de esto es Juul, el cigarrillo electrónico más utilizado por los adolescentes de EEUU (7 de cada 10 lo fuman), tiene unas sales de nicotina que se absorben más rápido y potencian los efectos más nocivos. Afortunadamente Juul ha sido prohibido por la UE.

¿Cómo ha incentivado la pandemia al tabaquismo?

Ya hay estudios al respecto de esto. Durante el confinamiento bajó el consumo de tabaco en términos generales, entre otras cosas porque se despertó la sensación de que había que protegerse frente a los contaminantes aéreos, bien fuera el virus del covid, bien fuera el humo del tabaco y nos hizo sentir de manera más patente esa amenaza. Aunque es cierto que en personas diagnosticadas con transtornos de ansiedad, el consumo subió durante los primeros meses de pandemia.

Cree que la actual normativa antitabaco debería ser más restrictiva aún?

No sé si más restrictiva, pero debería proteger más a la persona que no es fumadora.

Las personas que estaban dejando de fumar cuando irrumpió la pandemia, ¿han recaído en el consumo debido a las dificultades para acceder a hospitales, centros de salud, etc. por miedo al contagio?

En general creo que no. Los centros han intentado mantener los tratamientos en curso con atención telefónica, reuniones por videoconferencia, etc. A lo mejor los que decidieron dejar de fumar en la pandemia han tenido que esperar un poco a que la situación se normalizara en los centros sanitarios.

¿Han disminuido los recursos económicos destinados para dejar de fumar en estos meses de pandemia?

Al contrario, desde hace año y medio hay más presupuesto porque hay que incluir los tratamientos farmacológicos con el Bupropion y la Vareniclina.

¿Cuál es la mejor manera de prevenir que la población no se enganche al tabaco?

En términos generales siempre me gusta hacer alusión a la estrategia Mpower de la OMS, es muy recomendable. También soy partidario de gravar aún más fiscalmente las cajetillas.