Crónicas de la ciudad

La Málaga insólita de un marinista ruso del XIX

En 1843, Iván K. Aivazovsky visitó nuestra ciudad, once años más tarde la plasmó con briosas olas y la Catedral presidiendo la escena. Puede verse en el Museo Ruso

La vista de Málaga, en la exposición temporal del Museo Ruso.

La vista de Málaga, en la exposición temporal del Museo Ruso. / ÁLEX ZEA

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En uno de los maravillosos libros sobre arqueología del berlinés C.W. Ceram se describe el hallazgo, en la Italia del Renacimiento, de la tumba de una joven romana que permanecía intacta.

Fueron muchos los italianos que hicieron cola para admirar su belleza detenida en el tiempo, antes de que las condiciones atmosféricas en muy breve periodo de tiempo la convirtieran en polvo.

Por fortuna, y para evitar estas situaciones, antes de la invención del daguerrotipo una legión de pintores salió al ancho mundo para inmortalizarlo en una tela. Es lo que hizo el pintor y marinista ruso Iván K. Aivazovsky, que visitó Málaga a finales de agosto de 1843, pues nuestra ciudad fue una de las escalas en un largo viaje de negocios por el extranjero.

De ese periplo -ya que de Portugal a España se desplazó en barco de vapor- reunió apuntes que muchos años después, en 1854, le sirvieron para pintar el cuadro ‘Vista de Málaga’, que muy pocos malagueños habían podido disfrutar.

Gracias a la exposición temporal del Museo Ruso, hasta octubre podemos admirar este cuadro, en el que el marinista puso también su imaginación y la influencia del Romanticismo para pintar una Málaga dorada por el sol, con un mar brioso en el que unos pescadores se echan a las ‘eólicas’ aguas muy cerca del conocido entonces como Muelle Viejo.

Pese a la presencia de un bergantín de velas replegadas y bandera española, el protagonismo de la escena es para la silueta de la Catedral de Málaga, todavía no agredida por el Urbanismo mamporrero.

Por cierto que por la información que acompaña al cuadro sabemos que la diligencia que el artista ruso tomó para ir luego a Granada fue ‘intervenida’ por tres bandoleros, que se limitaron a trincar la caja en la que el cochero guardaba el dinero y luego se inclinaron respetuosamente ante el pintor. Al turismo, una sonrisa.

Esta emocionante vista de Málaga, desconocida para muchos, recuerda el caso de un par de lienzos ‘rescatados’ gracias a las obras del académico de la Historia, Ciencias y San Telmo Francisco Cabrera.

En concreto, en su reciente libro ‘Málaga. La ciudad apetecida. La defensa de su mar y de sus costas (1700-1810)’ podemos ver dos cuadros del frente marítimo de Málaga pintados por Mariano Sánchez en 1785, en los que se aprecia con gran detalle cómo era la ciudad amurallada.

Una Málaga insólita para muchos, salvada del olvido gracias a artistas como el ruso y el español.